Capítulo (8)

507 35 24
                                    

NARRADOR OMNISCIENTE

La voz chillona de su hermano llamándolo, hace qué despierte. Suelta un pequeño bufido y bostecea antes de abrir sus ojos por completo.

La noche anterior, había sido fatal para él castaño. Al entrar a su habitación después del qué el rizado se fuera, no hizo más qué sollozar. Aunque no lo admitió delante de nadie, le había dolido profundamente la actitud del rubio.

Sentía qué una vez más habían jugado con sus sentimientos, se sentía vulnerable e indefenso.

Además, a las tres de la madrugada, se tuvo que levantar a causa de la insaciable náusea que sintió en ese momento. Estaba consciente que su vida de ahora en adelante iba hacer más difícil de lo que era.

Por más que quisiese tener a alguien que lo cuidara y consintiera cuándo tenga esos síntomas, sabía qué era malditamente imposible. Se había hecho la estúpida ilusión de que Zabdiel, sería esa persona que tanto necesitaba.

—Chris, tengo hambre— susurró él ojiverde, desde afuera de la puerta.

Christopher, rueda los ojos. No había amanecido con el mejor ánimo del mundo.

—Chris t...—

—Ya te oí, Erick. Ya bajo— respondió un poco molesto.

Él ojiverde asintió en silencio, para luego retirarse de la puerta.

Él castaño se levanta perezosamente, para luego darse una pequeña y rápida ducha. Al terminar de alistarse, salió de su habitación para ir directamente al comedor, el cuál estaba su hermano esperándolo.

—Buenos días, Er— saludó un poco más calmado.

Erick, lo mira y sonrié.

—Hola, Chris—

—¿Cómo amaneciste, pequeño?— exclama, mientras toma asiento frente al él.

Ambos se encontraban sentados en la mesa del comedor.

—Bien, muy bien— murmuró sonriendo tímidamente.

Christopher, alzó una ceja sonriendo de igual manera. Ya se imaginaba la razón de la alegría de su hermano. No lo iba a presionar, esperaría que él mismo se lo contara por su propia cuenta.

—Me alegro Er, ¿qué quieres desayunar?. Hoy tenemos todo el día para nosotros, no iré trabajar, así que tengo el día libre para hacer lo qué quieras—

—¿Podemos ir al parque hoy?—

—¿Quieres eso?— él ojiverde asintió efusivamente.

—Está bien pequeño, iremos al parque entonces. Mientras prepararé unos Sándwich de desayuno, ¿te parece?—

—Está bien, Chris— él castaño, asintió para luego disponerse a preparar el desayuno.

Christopher, se levanta para luego dirigirse a la cocina, y tomar unas cuántas lonjas de pan y colocarle jamón y queso.

Algo simple, él ojiverde tenía restringidas ciertas comidas, y él simplemente le daba náuseas lo que veía.

Chiquito (Joerick)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora