Yo tenía dos compañeras en el departamento, una era la jefa y la otra mi sub jefa, trabaje muy bien con la segunda, hacíamos buen equipo, pero la otra parecía darle igual, se iba faltando poco para el cierre y me dejaba pendientes que no hacía porque no quería. Y esto era siempre. Un día pensé en algo, algo que para mí era lo justo, y que mi jefa se merecía por ser como era, una mala jefa abusadora de su poder.
Pero luego pensé en mi sub jefa, y me dije por ella no lo haré, en eso recordé la conversación de Abraham y Dios cuando Sodoma y Gomorra fueron destruidas.
Y se acercó Abraham y dijo: ¿Destruirás también al justo con el impío?
Quizá haya cincuenta justos dentro de la ciudad: ¿destruirás también y no perdonarás al lugar por amor a los cincuenta justos que estén dentro de él?
Lejos de ti el hacer tal, que hagas morir al justo con el impío, y que sea el justo tratado como el impío, nunca tal hagas. El Juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo?Entonces respondió Jehová: Si hallaré en Sodoma cincuenta justos dentro de la ciudad, perdonaré a todo este lugar por amor a ellos. (Génesis 18:23-26)
Por amor a esa única persona me detuve, porque ella no lo merecía.

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En Tres
Non-FictionEsta historia es una pequeña narración de lo vivido en una tienda de autoservicio con enseñanzas bíblicas.