Parecería coincidencia, pero había pasado unos días muy fuertes, me sentía más cansada, quería descansar unos días pero eso en la tienda era imposible a menos que te enfermaras, entonces a forma de broma, hablaba de incapacidad. Y unos días después, un martes comencé a sentirme mal, no le di importancia, supuse que era una simple gripa, y mejoraría, pero la cosa fue a empeorar, me dio temperatura, y en mi descanso que supuse todo estaría mejor, me quede prácticamente sin energía, resultando incapacitada por el virus.
Nunca olvidaré esos días, no solo porque me sentía mal, sino por lo que Dios hizo por mí.Era una noche, estaban ya todos durmiendo, y me desperté por el frío que tenía, me sentía tan mal, no se lo deseo a nadie. Y entre esa fiebre, en mi mente sonó "Jesús, Hijo de David", no sé porque se me ocurrió decirlo, dos veces estando en mi cama con ese frio "Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí, Jesús, hijo de David, ten misericordia de mí", me crean o no, la fiebre que me atormentaba se retiró.
Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a decir: ¡¡¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!!! (Marcos 10:47)
El ciego Bartimeo (Marcos 10:46-52)
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En Tres
Non-FictionEsta historia es una pequeña narración de lo vivido en una tienda de autoservicio con enseñanzas bíblicas.