Una mañana que me tocó apertura, como siempre que abría, llevé una papelería a mesa de control, y estando en el camino por piso de ventas, pensaba en que un pastor cristiano era alguien que se paraba en frente y predicaba la palabra, pero ¿y como uno podía hacer eso mismo sino eras pastor?, sino un hermano mas, es decir, como predicar la palabra sino eres alguien importante, o alguien que destaque como un pastor que se para frente al púlpito.
De regreso miré a una chica de cocina, ella estaba preparando su área para apertura, lo que le correspondía, y pensé, si ella faltará, nadie más sabría que hacer porque no es su área, luego mire a la chica de tortillería, ella hacia lo mismo pero diferente, es decir, también se preparaba para la apertura, el compañero de Frescos hacia lo mismo que ellas dos. En eso pensé, no todos pueden ser gerentes, porque no habría tienda. No todos puedes hacer lo que hace el otro porque no es su área, no sabrían cómo hacerlo, porque cada uno conoce su área, y cada uno es importante, no importa que no sea gerente.
Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros. (Romanos 12:4-5)
Así es como funciona la iglesia, nadie es más que otro, todos son importantes. No todos son pastores, pero todos llevan la misma misión, compartir el evangelio de salvación.
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En Tres
No FicciónEsta historia es una pequeña narración de lo vivido en una tienda de autoservicio con enseñanzas bíblicas.