Cuando recibí la gracia del Señor, por medio de la cual me regresó a la vida, tenía tantas ganas de compartir la palabra, e ir corrigiendo los errores de los demás, las doctrinas equivocas, las creencias del universo conspiran a tu favor y muchas tonterías, pero era un bebé queriendo correr cuando no sabía ni gatear. Y recuerdo un pasaje que me tocó la mente una y otra vez, hasta que lo entendí.
¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?
¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo?
¡¡¡Hipócrita!!! Saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano. (Mateo 7:3-5)
Esto es, no eres apto para corregir si no te has corregido primero, para corregir a otro, debes ser un ejemplo, tu vida debe ser corregida, no decir "no hagas esto" cuando tú lo haces, no ser hipócrita.
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En Tres
SaggisticaEsta historia es una pequeña narración de lo vivido en una tienda de autoservicio con enseñanzas bíblicas.