Candy sintió que se acaloraba, era una experiencia muy erótica, aunque el cuerpo de aquel hombre estaba adormecido, ella sintió que su intimidad se humedecía, miró los labios de Albert le parecieron tentadores para besarlos.
«No puedo ser fría y verlo solo como trabajo, desde que lo conocí me pareció atractivo, ¡oh Albert quiero probar tu boca!» -Ella se le encimó con mucho cuidado de no tropezar las mangueras que tenía conectadas, lo besó, Candy se concentró tanto en ese mágico instante, que no vio que los signos vitales de su paciente se alteraron cuando fue el contacto. Después de unos minutos Candy salió de su ensueño y comenzó con su labor por la que fue requerida, frotó aquel descomunal falo ante la mirada curiosa de su gato, de manera extraña toda aquella escena provocó la esperada eyaculación, fueron borbotones de semen. De todas formas todo lo acumulado saldría naturalmente de un modo u otro, quizás sería por algún sueño húmedo.
Candy tomó el recipiente que le dieron, casi lo llenó.
Albert estaba extasiado como Flofy, se puso patitas arriba y empezó a juguetear.
Candy salió con el esperma con cara de victoria y se lo entregó al doctor delante de la señora Elroy y de Stear.
-Creo que he cumplido con la encomienda, es hora que me retire- expresó la rubia.
-Señorita White, requerimos de sus servicios dentro de tres días, con esta muestra no será suficiente, tendremos que repetir el proceso cada 3 días por tres veces más.
Candy se quedó boquiabierta.
La señora Elroy que era un poco desconfiada comentó-, a cada muestra quiero que le haga prueba de ADN, quiero estar segura que el semen que esta chica extrae es de mi sobrino y no de algún novio que tenga por aquí.
-Señora los resultados de ADN tardan algunos días en salir y son caras esas pruebas -, replicó el doctor Michael.
-Doctor ¿Tengo cara de que no podré pagar los servicios que le pido? Usted limítese a cumplir mis solicitudes o si tiene dudas que pagaré le puedo dar un anticipo.
-No Señora Elroy, discúlpeme sólo quería evitarle la espera y los gastos que a mí parecer son innecesarios.
-Por ahora me retiro, estoy cansada, mañana vendré de nuevo a ver a mi sobrino.
Stear aprovechó para decirle -, ¿Ya ves tía? Ahora puedes irte con tranquilidad porque sabes que mañana lo encontrarás aquí, cuando lo desconecten te irás y ya nunca lo verás con vida. Quizás luego los remordimientos no te dejarán vivir en paz.
- ¿Tú crees que quiero hacer esto? - dijo Elroy con los ojos cristalizados por las lágrimas -, Yo deseo que suceda un milagro, pero el imaginar que está sufriendo.
-Tía, nosotros no somos Dios para decidir sobre la vida de mi tío, la eutanasia es asesinato, algunos piensan que es para que ya no sufra el ser amado, según que, por muerte digna, pero ¿Y si no era el momento?
- ¡No comprendes que no soporto ver que siga sufriendo? - expresó con profundo dolor Elroy
-Tú eres la que no lo soporta, entonces pídele a Dios que tenga misericordia en llevárselo, pero no tomes tu la decisión. Mi Tío amaba la vida y no era de ningún modo cobarde, si Cristo padeció en la cruz por nosotros entonces debemos tomar su ejemplo.
La señora Elroy iba a reprocharle a Stear que por su causa Albert estaba en esa condición, pero Candy comentó- Bueno por el momento me despido, mi novio de seguro ya está inquieto por mi ausencia.
En el departamento de Susana empezaron con un juego demasiado peligroso, por cada vez que uno de ellos perdiera en el dominó se quitaría una prenda el perdedor, Terry ya estaba en bóxer a Susana todavía le quedaban tres piezas de ropa encima.
La señora Elroy se retiró, Candy fue por Flofy a la habitación de Albert, Stear la acompañó.
-Señorita Candy, tengo que confesarle algo -, le dijo Stear.
-Joven Stear, ahora me urge marcharme, todavía quiero pasar por donde venden arboles navideños para comprar uno.
-Le diré a mi chofer que la lleve adonde usted necesite ir, pero primero escúcheme tengo que pedirle un enorme favor.
Albert se puso hacer ruido con la garra de Flofy, era un sonido constante, Stear desvió su atención al gato, descifró que decía su nombre en clave morse.
-Señorita Candy ¿De donde sacó a ese gato? ¿Lo educó o le dio entrenamiento especial con algún fin en especial? – le cuestionó Stear
-No, en realidad es un gato callejero, lo acabo de adoptar. ¿Por qué me pregunta?
- ¿Me lo prestaría unos días?
-No, usted mismo me contó lo que pasó en su laboratorio, no quiero que a mi Flofy le pase nada.
- ¿Me dejaría solo con él unos instantes?
Candy lo miró con desconfianza
- ¿A dónde me puedo escapar con él? Estamos en un segundo piso, sólo espere afuera. Revíseme no tengo nada en los bolsillos.
-Perdone Señor Alistair, pero creo que usted es un científico loco.
-Me tengo bien merecida su desconfianza, le aseguro que no le haré nada malo al gato.
-Está bien lo dejaré solo con flofy, pero nada más por 5 minutos.
-Que sean 10 minutos, le daré para que compre el árbol más frondoso y bonito.
-Está bien, confío en usted.
Candy se salió de la habitación Stear se acercó al gato.
- ¿Oí bien gato? ¿dijiste mi nombre en código morse?
Flofy movió la cabeza que sí.
En el edificio unos jóvenes estaban desnudos frente a frente las risas cesaron, y sólo había en el ambiente deseo.
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Mi mínino en navidad
RomanceCandy se encuentra a un hermoso gato en Navidad y se apropia de él, no sabe que este minino es un hombre en el cuerpo de ese gato.