capítulo 15

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«Pero ¿Qué hice? Soy de lo peor, he abusado del Señor Andrew, lo dejaron conmigo para que lo cuidara, y lo hice mío, merezco ir a la cárcel» se mortificaba Candy, quien después del acto sexual agarró al gato que estaba a su alcance para acostarse junto a él y quedarse dormida.

Al día siguiente, Stear y Archie la despertaron con el sonido del timbre. Ella se levantó para lavarse la cara y los dientes después de eso abrió la puerta, ellos le llevaron listo el desayuno.

—Buenos días gatita, hemos venido para llevar de paseo a flofy —dijo Archie guiñándole el ojo, al mismo tiempo que la agarraba de la barbilla.

Flofy celoso lo mordió «ningún otro hombre tiene derecho de acariciarla, ella es mi humana» maullaba Albert enfurecido.

—¡Tío no seas salvaje!

—¿Le dice tío a un gato? —le preguntó Candy asombrada.

—Es que de seguro en años felinos es mayor que yo y me gusta respetar a mis mayores, aunque sean de otra especie —explicó Archie.

«Confirmado, los Cornwell están locos» Señor Archie a mi gato no se lo cedo a nadie, les agradezco el desayuno, pero flofy se queda conmigo.

—Candy, leímos en un artículo que los gatos necesitan pasear para sacar el estrés acumulado.

Stear se agachó para sostener a Albert, era tan hermoso, que no pudo resistirse y lo llenó de besos, el minino forcejeó para soltarse, no quería que lo besara su sobrino en la nariz. Se escucharon los maullidos de queja.

—Perdona tío, es que estás tan bonito que se me apetece besarte. Candy ya sabes que nosotros somos filántropos y queremos abrir hospitales veterinarios gratuitos, hoy tendremos junta en el consorcio Andrew, expondremos el proyecto, pero necesitamos varios peluditos, para que los socios se enamoren de ellos y den su anuencia.

—Al parecer ustedes no le caen bien a mi gato.

Al terminar de decir la frase Albert se les pasó en medio de las piernas para que Candy viera que les tenía confianza.

—Está bien se los prestaré, pero si no me lo traen sano y salvo, los buscaré y les haré pagar.

—Confía en nosotros.

Desayunaron juntos, se llevaron a Albert en la cajita para transportar mascotas. Él empezó a maullar por la molestia (luego sabrán el motivo).

—Tío, ya sabes que a la tía Elroy no le gustan los animalitos, estará presente en la junta, ¿A quién quieres que propongamos como presidente interino? —le preguntó Stear.

Lo sacaron de la caja para que el señalara en un tablero de Ouija el nombre de su candidato, Archie lo puso en sus piernas y a Albert se le erizaron los pelos al verlo; en el pasado vio la película del exorcista y le quedó cierto recelo por ese juego diabólico, sacó las uñas y se inquietó.

—Tío, cálmate solo es un juego.

Escucharon maullidos de regaño, a Stear se le ocurrió pasarle la laptop para que Albert tecleara con su garrita el nombre del que lo supliría, Albert escribió con la manita "Archie".

—¿Por qué le tienes más confianza a Archie que a mí?

El chofer del auto estaba impactado de ver a sus jefes conversando con un gato «Tantos químicos que usa en sus experimentos terminaron por afectarle, y al señorito Archie, tantos productos que usa para el cabello y de higiene personal, pobres tan simpáticos que son» se lamentaba el conductor.

—Bueno tío, cualquier cosa que digan los Legan si estás de acuerdo maullarás una vez, si no te convencen sus propuestas maullarás dos veces ¿de acuerdo?

—Miau —contestó Albert.

—¡Ese es mi tío! Inteligentísimo

«Pobres chicos, extrañan al señor Andrew, pero ¿están dejando el futuro del consorcio Andrew en las garras de un felino? ¡el mundo está de cabeza! Tengo que comentarlo con alguien».

Llegaron al edificio, Archie llevaba a Albert en brazos, Stear iba con la caja por si acaso se portaba mal tendrían que encerrarlo, solo ellos faltaban para que comenzara la reunión.

—Buenos días, había demasiado tráfico —se excusó Stear.

—Stear, Archie ¿Por qué trajeron a ese animal? Saben que soy alérgica al pelo de gato.

—Tía te aseguro que este gato no soltará ni un pelito, le pusimos gel —la tranquilizó Archie.

Albert sacó las uñas, todavía no les perdonaba ese atropello, no podía pasarse la lengua por el cuerpo porque podría intoxicarse, lo que más le preocupaba era que después lo bañaran con agua fría.

—Está bien, tomen sus lugares, muévanse todos para que el gato tenga un lugar donde sentarse —ordenó la señora Elroy.

—Tía Elroy ¿Cómo nos vas a incomodar a todos solo por un gato? —reclamó Neal.

—Es el gato de mis niños, así que tenemos que tratarlo bien.

Los hermosos ojos azules de ese adorado felino cautivaron a la señora Elroy, quien sintió calidez en su corazón al contemplarlo.

—Convocamos a esta junta, porque vemos necesario que se asigne un sucesor, que diga, un presidente interino para suplir a William Albert Andrew mientras está desaparecido, al no tener un vicepresidente es necesario nombrar a alguien, yo propongo a mi hijo Daniel Legan —dijo Raymond.

—¿Quién lo secunda? —preguntó George

Nadie levantó la mano salvo el propio Neal.

—Yo propongo a mi hermano Archibald

Todos levantaron la mano al mismo tiempo y se escuchó que dijeron al unísono: Lo secundo.

Mientras en el hospital una rubia despampanante llegó preguntando por su prometido, era Susana quien vio en las redes sociales donde estaba Terry internado, se encontró con Eleanor Baker.

Mi mínino en navidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora