capítulo 16

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Susana se acercó a Terry, le administraron una droga para controlarle el dolor por lo que estaba dormido.

—Buenas tardes señorita Eleonor, me da mucho gusto conocerla.

—¿Quién eres?

—Soy la novia de Terrence —contestó Susana.

—Él una vez me enseñó una foto de una joven rubia, pero no se parece a ti, ella tiene el cabello ondulado y ojos verdes.

—Lo sé, Terry es muy enamorado, pero así lo quiero con todo y sus defectos.

Eleonor estudió el aspecto de Susana, vio que toda su ropa era de diseñador, lo mismo que sus accesorios, en ese momento sonó su celular.

—Ahora no puedo, mi hijo está en el hospital, bueno al parecer fue un procedimiento ambulatorio y no es grave, pero no hay nadie más que se quede con él, sé que es un contrato muy importante, pero...

—Señorita Eleonor, vaya usted, yo me quedaré cuidando a Terry, le aseguro que le informaré de su evolución.

—Está bien, ahora mismo voy —Eleonor terminó la llamada— Te lo agradezco, es para grabar una película a lado de Tom Hanks será una hermosa experiencia ser su compañera.

—Comprendo, yo también soy actriz, apúrese y luego me cuenta cómo le va.

Eleonor le dio un beso en la frente a su hijo y lo dejó al cuidado de Susana.

En la sala de juntas del corporativo Andrew, los Legan expusieron un negocio de inversión para la extracción de litio en Bacadéhuachi en Sonora México, casi convencieron a todos incluso a la señora Elroy, Albert lanzó un maullido de protesta, la señora Elroy se asustó, pensaron que se había puesto agresivo el gato el cuál se subió a la mesa maullando al mismo tiempo que caminaba en círculos, según él estaba alegando que no era conveniente negociar en un lugar tan peligroso. Se escuchaba: miau miau; Stear y Archie no podían contener la risa al ver a su tío con los pelos tiesos por el gel y emitiendo ruidos enérgicos. Albert se acercó a Archie y le mordió la mano, este comprendió que debía oponerse al planteamiento de los Legan.

—Como presidente interino me opongo —dijo Archie golpeando la mesa.

La señora Elroy que vio buena la propuesta de los Legan se extrañó la reacción del rubio cenizo y lo cuestionó—: ¿Cuáles son los motivos por lo que te opones?

Archie que no estaba al corriente del tema, no pudo contestar, sabía que debía ser un obstáculo para los Legan pues Albert no lo aprobaba, pero no estaba documentado en el tema. George intervino—: El Señor Andrew y yo investigamos un poco cuando se dio a conocer la noticia de ese gran yacimiento, hay problemas entre carteles de la droga, una empresa canadiense y una china ya están negociando en el área, sabemos que México es peligroso, no arriesgáremos a nuestro personal, no podemos garantizar su seguridad.

—Por eso mismo me opongo —volvió a decir Archie y fue apoyado por Stear.

—Si William descartó ese negocio pues nosotros también lo desechamos, ante todo debemos salvaguardar la vida de nuestros trabajadores —señaló Elroy.

Los Legan se molestaron, pues habían invertido un generoso capital en la empresa canadiense —Podemos contratar mercenarios, hay mucho que ganar.

—Lo siento Raymond no enviaré a nadie a esa zona de guerra, he dicho y ya no acepto más alegatos. —comentó Elroy.

Neal le dio un golpe a Albert pues se acercó a su bocadillo, se le antojó pues era de atún. Albert en venganza buscó el portafolios de Neal, ondeó su cola al mismo tiempo que soltaba un chorro. Se sintió una pestilencia en el ambiente y tuvieron que concluir la reunión.

El chofer de los Andrew conversó con el de los Legan.

—Si pobres jóvenes, extrañan tanto a su tío que se imaginan que el minino que portan es el Señor Andrew.

Los Legan se subieron molestos a su auto, Neal tuvo que sacar sus cosas de ese portafolio y se deshizo de él.

—¡Estúpidos! Nos arruinaron el negocio.

—Ese gato asqueroso arruinó mi portafolios.

—Hay que sacar a Archie de la presidencia.

El chofer escuchó todas las maledicencias en contra de los Andrew, cuando llegaron a su destino, Neal se atrasó.

—Señor Daniel, escuché todo lo que pasó en esa junta, y ninguno de los jóvenes Andrew está cuerdo, me contó mi compañero chofer de ellos, que hablan con un gato y le dicen tío.

—¿Estás seguro que le dicen tío?

—Sí, eso me contó mí amigo, quizá haya alguna manera de declararlos incompetentes.

—Quizá —respondió Neal «¿Será posible que en ese experimento...» Neal analizó todo lo ocurrido?

Mi mínino en navidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora