Candy con suma delicadeza, aseó ese torneado y musculoso cuerpo, al minino quien observó todo, se le salió el minúsculo penecillo y se deprimió al verlo tan diminuto. Definitivamente quería regresar a su cuerpo, ya estaba enterado que a Candy no le era indiferente y podría conquistarla sin dificultad.
Los Cornwell llegaron a su casa para descansar, después de la aventura que vivieron de sobornar a un interno de medicina, secuestrar a su tío, hurtar una ambulancia y deshacerse de ella, estaban exhaustos. No contaban que a George le llegó una notificación del banco a su celular, de la transferencia que le hicieron al hospital para reponer la ambulancia.
Subían sigilosamente las escaleras, cuando escucharon un golpe seco, y que trataban de reanimar a la señora Elroy, tuvieron que averiguar que pasaba. Stear acercó unas sales que creó para despertar a las personas, pero Archie por broma se la cambió por pimienta molida, su tía respiró "las sales" y se puso a estornudar, de todas maneras hizo el efecto deseado: Despertar a Elroy Andrew, quien tenía los ojos llorosos y escurrimiento nasal.
—Stear, Archie, han secuestrado a su tío —les informó Elroy. George fijó los ojos en ellos para ver sus reacciones, él conocía cada uno de sus gestos. Con tan solo una mirada fugaz se dio cuenta que los hermanos Cornwell estaban involucrados en ese evento tan lamentable.
—Tía ¿sospechan de alguna persona en particular? ¿Han pedido rescate? ¿Ya dieron parte a la policía? —llenaron de cuestionamientos a la afligida señora Elroy.
—Jóvenes, ¿Podrían llevar a su tía a la recámara? Llamaré al médico a fin de que le recete algo para calmar sus nervios.
—Por supuesto George, entre los dos la llevaremos pues está muy pesada para una sola persona. —respondió Stear, quien quería huir de la mirada meticulosa de George.
—Luego que la dejen en su habitación, quisiera que bajaran porque tengo que dirigirles unas palabras.
Los hermanos se miraron desconcertados, pensaron que hasta ahí había terminado sus planes.
—Si George, aquí te vemos.
Dejaron a la alérgica señora Elroy en su cama, y regresaron para hablar con George.
—Es mejor que hablemos en la oficina del Señor William —dijo George guiando a los jóvenes. —Recibí un mensaje donde me avisaron de una transferencia bancaria, que se le hizo al hospital donde atendían al señor Andrew, lo curioso es que el monto equivale a lo que cuesta una ambulancia.
Los Cornwell levantaron los hombros en señal de que no sabían nada. George no pudo más con su impaciencia y los confrontó —: ¡Ya basta! Sé que fueron ustedes, el único que puede burlar una cámara de vídeo, ¡Es usted, joven Stear! Y además la transferencia la hicieron de su cuenta, el señor William dio indicaciones en el banco, que se me notificara cada movimiento en las cuentas de la familia, dio mi número, por eso me enteré de la transacción. Lo único que quiero saber es ¿Dónde y con quien está el Señor William? ¿Por qué robaron también el esperma de la inseminación?
Los hermanos se quedaron perplejos, un poco confundidos por la segunda acusación.
— ¿Para qué queremos el semen de mi tío, si lo tenemos a él? —preguntó Archie, delatándose el mismo. Stear le dio un codazo para callarlo.
—Muchachos ¿Dónde lo tienen? ¿Tanto al señor William como a su esperma? convenceré a esa chica que le gustaba, digo que le gusta, ¡él está vivo! no debo de hablar en pasado.
—Es cierto a él lo escondimos para que no lo desconecten, pero no hurtamos el esperma.
En la residencia Legan, Neal y su padre vertían en el excusado la simiente de Albert.
—Hoy se termina la estirpe Andrew, no creo que William dure vivo, y no podrán engendrar a ningún bebé que lleve su sangre. Nombrarán a otro sucesor que dirija los negocios, y nosotros los Legan seremos los elegidos —comentó Raymond Legan.
—Nos benefició que hayan secuestrado al tío William, porque mientas averiguaban su desaparición, dejaron sin vigilancia el área del banco de esperma, nadie se imaginó que se le golpearía dos veces a la misma familia.
Esa noche Candy durmió abrazada a su minino, quien se despertó por unos ruidos en la cocina, no pudo resistirse a sus instintos y vio pasar a un roedor. «Asqueroso animal te voy a atrapar» pensó Albert.
Al amanecer Candy abrió los ojos, y se encontró con aquel presente que le había dejado el gato en la cama.
Se escucharon los gritos, hasta los signos vitales se le alteraron al guapo durmiente...
ESTÁS LEYENDO
Mi mínino en navidad
RomanceCandy se encuentra a un hermoso gato en Navidad y se apropia de él, no sabe que este minino es un hombre en el cuerpo de ese gato.