Capítulo V

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Adrien

Después de un día agotador, con el inicio de clases y la mudanza, logré conciliar el sueño rápidamente. Tanto así que terminé quedándome dormido por la mañana.

«Joder»

Necesitaba una ducha para despertarme y salir corriendo a la primera clase que tenía en la mañana. Y de paso bajar cierta erección matutina que tenía en ese momento. Aunque por desgracia esta se incrementó al ver a mi sexy compañera de cuarto salir envuelta en una pequeña toalla del baño.

De igual forma el desayuno no resultó incómodo como esperaba. O Marinette tenía la habilidad para disociar estos momentos vergonzosos y seguir como si nada hubiese pasado.

Debo admitir que me quedé un tanto sorprendido cuando me aclaró que no tenía novio. No es que me interesara realmente, pero la chica era toda una belleza. Así mismo, pude percibir que no era un tema que quisiera seguir tocando, por lo que preferí cambiar el rumbo de nuestra conversación.

No sé de dónde salió mi sugerencia de acompañarla a entrenar, ni mucho menos mi exposición frente a la tristeza que me genera el haber adquirido el hábito de fumar.

Pero sí había algo de lo que no me arrepentía, y era de haberle dicho lo hermosa que lucía hoy. Así era, no había mentira alguna en ello. Simplemente salió y definitivamente mi comentario la había hecho sentir bien porque me besó, bueno mi mejilla. Pero de alguna extraña forma se sintió correcto.

Por otra parte, la invitación a la fiesta me pareció interesante, ya vería qué decisión tomar ese día, pero en definitiva tenía ganas de salir, divertirme, mi cabeza pedía a gritos esa desconexión, y tampoco me vendría mal conocer gente.

A lo lejos alcancé a divisar a Kim coqueteando con una bonita pelirroja. Apenas me reconoció alzó su mano indicándome que me acercara para luego despedirse de la chica al momento en que iba llegando a su lado.

-Hey Agreste, ¿qué tal amigo? –dijo un sonriente Kim como si no conociera la palabra amargura.

-Nada nuevo, ya sabes... arrancando otro día de cursada – respondí intentando sonar amigable.

-Uf ni me lo digas, los Martes suelen ser los días más pesados, pero te acostumbrarás –bufó mientras su mirada se perdía en algo interesante a mis espaldas.

De su boca salió un silbido que se extendió por unos segundos hasta que procedió a hablar.

-Pero qué agradables vistas nos regala la señorita Dupain Cheng en esta mañana de Martes –alzó la voz en un tono travieso.

Inmediatamente giré mi cuerpo ante la mención de mi compañera. Y sí. Definitivamente era una jodidamente atractiva vista.

En esos momentos todo parecía ocurrir en cámara lenta.

Marinette se encontraba terminando de trotar a la vez que intentaba regular su agitada respiración y secaba la casi inexistente capa de sudor en su frente.

¡Dios!

Me encontré maravillado frente a una imagen totalmente común pero que me resultaba cautivadora. Mis ojos parecían no querer despegarse de su perfecta figura.

Caminó hacia un banco que tenía cerca a estirar sus extremidades para después de ello comenzar a agacharse tocando las puntas de sus zapatillas y ofrecer una buena vista de su c..

SUFICIENTE.

Obligué a mi mente a concentrarse en otra cosa que no fuera ella. Esto no estaba bien y sólo alimentaba a que mi cabeza divagara con pensamientos que solo me producirían una jodida y dolorosa erección. Apenas había podido lidiar con la de la mañana.

The Reason || Adrinette +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora