Adrien
Siempre me gustó ser una persona organizada. Trataba de despertar y automáticamente ponerme a planificar mentalmente lo que debía hacer durante el día.
Desayunar. Asistir a clases. Pasar por la biblioteca. Comprar en el supermercado. No olvidar tender la ropa. QUITAR EL MALDITO TIMBRE ARRUINA MOMENTOS CON MI SEXY COMPAÑERA DE CUARTO.
Era la segunda vez que nos interrumpían, y en esta ocasión la situación se había encendido mucho más que la primera vez.
«Por lo menos esta vez alcanzaste a besarla»
Ansioso, me quedé mirándola mientras dirigía sus pasos a la puerta y atendía a quien se le hubiera ocurrido venir en este momento.
Respiré profundo mientras trataba de calmar la jodida erección que me había provocado esa bella azabache. Conocerla con esta faceta definitivamente me volvía loco, había descubierto lo mucho que me encantaba ponerla nerviosa con mis insinuantes acercamientos. Así mismo, también descubrí lo mucho que me gustaba tenerla en mis brazos, sentir sus labios, sus manos tocándome. Amaba la sensación de que por un instante solo éramos Adrien y Marinette, sin un pasado tras nosotros.
Mentiría si dijera que solamente era una chica más del montón, porque inevitablemente la proyectaba como algo más. Y siendo completamente sincero me generaba un montón de sensaciones que no sabía cómo controlar.
Clavé mis esmeraldas en la puerta esperando descifrar quién era mientras acomodaba un poco mi camisa que había sufrido las consecuencias del candente momento.
-Kim -susurró sorprendida -¿Qué haces aquí?
-Hola bonita -rodé los ojos por cómo se dirigió a ella -Creo que me he confundido de cuarto, estaba buscando a un compa -posó su mirada hacia donde me encontraba -ñero...
«Ja, jódete cabrón»
No podía evitar sentirme regocijado con su mirada desconcertada, podía imaginar qué estaría pensando frente a nuestras apariencias un tanto desordenadas.
Me acerqué mientras intentaba reprimir una sonrisa socarrona para averiguar qué necesitaba.
-¿Me buscabas?
-No te preocupes, es algo que puede esperar -masculló mientras sentía que me lanzaba dagas con su mirada -No quiero interrumpir tu charla con la señorita Dupain. -finalizó mientras la escaneaba descaradamente.
-Y-yo igual tengo cosas que hacer -pasó un mechón detrás de su oreja nerviosamente, mientras nos miraba alternadamente -Entonces... los dejo solos -se despidió yéndose apurada.
-Así que... Marinette -susurró Kim -Creí que pensabas que no era la gran cosa -dijo arqueando una ceja.
Me encogí de hombros. Más allá de sentirme bien con que estuviera al tanto de mi situación con ella, no iba a entrar en detalles.
-¿Qué quieres? -pregunté impaciente por todavía no saber el motivo por el que se encontraba allí.
-Venía a ver qué había sido toda esa escenita de recién en el patio, pero ya entiendo por qué te pusiste a la defensiva -sonrió maliciosamente sacudiendo la cabeza. -No hay que ser muy listo para saber que te la estás tirando -tragué grueso mientras lo escuchaba -Dime Agreste, ¿ya te metiste entre sus piernas y probaste lo excitante que es poder entrar en ella?
Mi respiración se tornó irregular, sintiendo mi característica vena marcarse en mi frente, una indescriptible ola de enojo me embargó siendo consciente de todo a mi alrededor.
-Largo -murmuré duramente mientras lo acribillaba con la mirada.
Soltó una leve carcajada por mi reacción, intentando hacerme explotar. Porque sí, eso era lo que lograría si seguía con esa actitud de mierda.
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The Reason || Adrinette +18
RomanceMarinette Dupain Cheng es una joven de veintiún años que se encuentra cursando su último año de Psicología, una chica que ha sufrido de abuso psicológico por parte de su antigua relación. Muertas han quedado todas sus expectativas en el amor. Hasta...