The Reason || Adrinette +18

Capítulo VIII

Adrien

Flashback

–Vamos Adrien, sólo es un cigarrillo –dijo mientras me extendía uno– Verás lo relajante que resulta llenarte los pulmones con esta..

–Mierda –la corté– Porque es esa mierda la que destruye tus pulmones –suspiré acercándome– Debes dejarlo. No es bueno para tu salud amor.

Inevitablemente rodó los ojos mientras empezaba a acercarse a mí.

–¿Sabes? No entiendo tu lógica de no querer probar un puto cigarrillo pero sí salir los viernes a tomar alcohol pudriendo cada uno de tus órganos –me miraba inquisitivamente como si aquello funcionara para hacerme ceder.

Y joder, sí que podía. Y si me ponía a pensar, no era tan descabellado el punto de vista de Chloé. De todas formas ya estaba arruinándome interiormente.

Y mentalmente.

Procedí a colocarme el cigarrillo entre los labios bajo su atenta y seductora mirada.

Aquella rubia me tenía a sus pies y podía hacer conmigo lo que se le viniera la gana. No había mayor placer que ver su cara de satisfacción frente al cumplimiento de sus demandas. Solo que en el fondo sabía que no era una relación sana lo que teníamos, nada en nosotros era sano.

De esta forma, un cigarrillo se convirtió en dos, tres, cuatro. Y cuando pude ver tranquilamente podía consumir un atado de veinte cigarrillos por día.

En su momento no sentí las consecuencias a corto plazo. Pero sí era evidente la clara molestia que generaba en mi círculo familiar el que haya cogido el puto vicio.

Lo venía ocultando bastante bien. En un descuido olvidé tirar las colillas de la ventana de mi habitación y mi madre las encontró, a la vez que entraba a gritarme si acaso quería morirme.

Lejos estaba de ese objetivo en un principio, pero sí había algo de cierto en lo que Chloé había mencionado, me relajaba como no tenían idea. Podía sobrellevar tranquilamente el estudio, el recién llegado diagnóstico de Alzheimer de mi abuelo que iría avanzando lentamente, e incluso disminuía todo aquello negativo que me generaba la causante de mi adicción, mi novia.

Solo que en ese momento no pude darme cuenta de cuan mal estaba sobrellevar las cosas de esa manera, no podía darme cuenta de que esa forma de "relajarme" poco a poco me estaba matando. Cuando logré darme cuenta ya era demasiado tarde, ya la adicción estaba ahí, y era demasiado difícil para una mente tan aturdida como la mía eliminarla. Aunque si te pones a pensar no suena tan descabellada la idea de que nos volvemos adictos a todo lo que nos hace bien, y en eso estaba el problema, a mi me hacía "bien" fumar por cómo podía librarme de todo, psicológicamente hablando. O al menos eso creía.

–Tus padres son unos ridículos, no pueden enfadarse contigo sólo por un cigarrillo, sólo miénteles acerca de la cantidad que consumes por día y listo –dijo zanjando el tema de una vez por todas.

–Sólo se preocupan por mí –murmuré intentando reprimir la molestia que me generaba el que se dirigiera a ellos de tal forma.

Suspiró audiblemente al tiempo que se acercaba a mí para dejar un casto beso en mis labios.

–Sólo no lo pienses, ¿sí? –Fue descendiendo con húmedos besos desde mis mejillas hasta cuello, los cuales me terminaron desarmando– Somos jóvenes como para no disfrutar de lo excitante que puede ser romper las reglas y disfrutar de nuestra juventud.

Ojalá y el Adrien del pasado se hubiera dado cuenta de que su forma de "romper las reglas" y disfrutar la vida como "jóvenes" estaba completamente equivocada, de que te sirve vivirla si estás inhalando algo que irónicamente te está matando.