Lunes otra vez.
Las miradas estaban sobre ella una vez más. Personas susurrando a medida de que avanzaba en el corredor. Ella había manchado su nombre una vez más.
Caminó con la cabeza gacha y mantuvo bajo perfil durante todas sus clases hasta el almuerzo.
Wanda y Valkyrie no estaban allí. Habían recibido una suspensión la cual principalmente sería de una semana pero se redujo a tres días debido a la confesión de Natasha.
Ella creía que nuevamente no tendría donde sentarse. Observó como su grupo actual estaba inmerso en una aparentemente interesante conversación sin siquiera notarla.
Ella sabía que a éstas alturas ninguna otra persona querría que se sentara con ellos. Ya no era solo la chica que había engañado a María Hill y había sido expulsada del grupo popular. Sino que ahora era conocida por la chica que también engañó a la rara y apostó por la chica nueva. Oh, y la hija de la directora.
Estuvo a punto de retroceder e irse del comedor cuando sintió que la tomaban de los hombros y la arrastraban hacia la mesa de los populares.
— ¿A dónde pensaste que irías? — Tony le sonrió dejándola en la banca de la mesa.
Natasha miró de Tony a María confundida.
— ¿Disculpa? — Natasha preguntó con nerviosismo.
— Te dije que había recuperado a mi Nat, así que Romanoff. Tú te quedas allí. — Tony le sonrió sentándose junto a ella tomando las papas fritas que se encontraban en su propia bandeja.
Natasha miró a Steve, Carol, y María sintiéndose una forastera. No encajaba en ese lugar, jamás lo hizo realmente. Y no se sentía correcto estar allí.
Ellos habían sido las personas que le habían dado la espalda por una apuesta y ahora le estaban dando la bienvenida por otra. Nada de lo que estaba ocurriendo tenía sentido para ella. Pero si de algo estaba segura, es que no confiaba en nadie.
— ¿Ustedes me quieren aquí? — Natasha les preguntó sin apartar la mirada de los ojos de María.
María suspiró.
— No. — espetó. — Pero supongo que no tengo voto aquí.
Natasha frunció el ceño.
— En realidad si lo tienes. Expulsaste a Bruce y me expulsaste a mí sin dejar que nadie más diera su opinión.
— En realidad si pudieron hacerlo. Todos podían haber opinado pero no lo hicieron. Incluso cuando expulsé a Bruce tú pudiste haber hablado, pero no lo hiciste. ¿Por qué? — María cuestionó colocando sus codos sobre la mesa.
— Oh, pelea de gatas. — Tony bromeó.
— Porque los respetaba. — Natasha confesó. — En cualquier otro momento hubiese dicho que era por miedo pero ya no, eso no era verdad. No lo hice, no hablé a favor de Bruce porque los respetaba a ustedes. Sin embargo... Sé que Tony no lo hizo porque no le importaba una mierda, y Carol siempre ha hecho todo lo que le ordenas... ¿Crees que ella está allí sentada junto a tí siguiendo cada orden tuya porque quiere? — Natasha se burló haciendo un pequeño puchero sarcástico. Si ella quería que la respetaran, tenía que darse a respetar. Porque sino, todos la seguirían tomando como un chiste. — Recuerdo que dijiste que mis amigos querían nada más que follarme... Si bueno, ¿Qué hay de tu perrito faldero? — señaló a Carol con la cabeza.
Carol se sobresaltó con la boca abierta y los ojos como platos comenzando a balbucear cosas apenas. María la miró con el ceño fruncido y Steve y Tony aún observaban la escena.
— Oh vamos, Carol. ¿Crees que no sé que te querías follar a mi novia? — Natasha se encogió de hombros fingiendo restarle importancia quitandole a Tony una de sus papas fritas. Él le extendió el plato con asombro y orgullo.
— Te extrañé tanto. — Tony esbozó una sonrisa feliz.
Natasha rodó los ojos con el ceño fruncido después de hacer que toda la mesa entrara en un silencio incómodo.
Sintió que alguien la miraba. Por instinto, levantó su mirada detenidamente hacia la mesa donde Clint estaba sentando, encontrandose con su mirada. Su rostro era ilegible, pero sabía que su silencio significaba mala señal, siempre significaba una mala señal.
~*~
— ¡Natasha Romanoff! — Clint exclamó corriendo hasta ella en medio del corredor del colegio, tomándola del brazo.
Natasha arqueó su ceja al mirar el agarre de Clint en su brazo. Sin decir nada, ella simplemente lo miró esperando que hablara.
— ¿Cómo estás? — Clint preguntó nervioso.
Ella frunció el ceño aún sin responder.
— ¿Necesitas ayuda? — Clint insistió.
— Tú me llamaste. — Natasha replicó en voz baja soltándose del agarre de su ex mejor amigo.
Clint rió con nerviosismo.
— Si, claro. Lo hice, es solo...
— Es solo que siempre que estoy mal acudo a tí, ¿No? — Natasha dedujo con facilidad colgándose su bolso de clases en el hombro. — Pues no estoy mal, déjalo. — intentó caminar en dirección contraria una vez más y él volvió a tomarla del brazo, esta vez reforzando su agarre. — ¿Qué quieres Barton?
Los ojos de Clint se desviaron hacia el brazo de Natasha. Su manga había subido un poco más arriba mostrando los corazones dibujados en su brazo de la noche anterior.
Y Clint era su mejor amigos él sabía exactamente el significado.
— Quiero saber que mi mejor amiga está bien. Porque mi Natasha, la Natasha que yo conozco jamás hubiese vuelto a esa mesa el día de hoy.
Natasha cerró los ojos bajando la cabeza y mordiendo su labio inferior para controlar sus emociones.
— Estoy bien. — gimió débilmente.
Clint entrecerró sus ojos y utilizó el agarre del brazo de Natasha para arrastrarla hasta el salón de ciencias completamente vacío. Él la arrojó allí y después cerró la puerta detrás de él.
— ¡Mierda, Clint! ¿Cuándo te hiciste tan fuerte? — siseó entre dientes sobando su brazo. — Neandertal.
— Pubertad. — se encogió de hombros. — Ahora puedes contarme lo que ocurrió. Desde que ocurrió todo no he recibido ni un solo texto tuyo pidiéndome ayuda para resolver tu desastre. Me preocupé.
— Eso es porque no necesito ayuda. — Natasha espetó dejando sus cosas sobre el escritorio del salón y sentándose sobre él. — No siempre te necesitaré para juntar mi mierda, ¿Sabes?
Clint dejó escapar un largo suspiro.
— Siempre rogué porque llegara el día en que eso sucediera pero... No se siente bien.
— ¿De qué estás hablando ahora?
— Cuando nos distanciamos lo hicimos porque eras otra persona completamente diferente, pero incluso allí seguías buscándome para recoger tu basura. Pero éste último año... Sentí que tenía devuelta a la verdadera tú, e incluso ahora cuando todo el colegio está en tu contra sé que hay algo más allá que no están viendo.
Natasha asintió jugando con sus pies colgando en la mesa.
— ¿Entonces no vas a echarme en cara lo mucho que me equivoqué y que no merezco a Wanda?
Él negó.
— Iba a hacerlo pero... — dió unos pasos hasta ella y tomó su mano arremangando la manga de su uniforme. — Supongo que no hay nada que pueda decirte que no te hayas dicho ya, ¿No?
Tuvo dos crisis más después de la primera. En las cuales pido salir exitosamente de ellas, no sabía cuánto tiempo más podría ser lo suficientemente fuerte para tan solo dibujar en su antebrazo. Pero por ahora, para ella, no había de qué preocuparse.
El nudo llegó a su garganta tan pronto como su brazo quedó expuesto, su boca se curvó hacia abajo y asintió a Clint frente a ella quien acariciaba su mano.
— Está bien, puede que sí necesite ayuda.
ESTÁS LEYENDO
TODAVÍA LA RARA | Wandanat. #2 ©
Fanfic¿Qué pasó con las vidas de Wanda y Natasha después de la boda de Iván Alianova?. Secuela de 'La Rara' siguiendo los eventos del primer final alternativo.