TODAVÍA LA RARA | Wandanat. #2 ©

Capitulo 19

— ¡Bienvenidos al torneo estatal de Karate 2020!

Los equipos se colocaron en formación durante la presentación. Los ojos de Wanda y Valkyrie no se despegaban los unos de la otra, el día de hoy una iba a perder y esa no sería Wanda.

Flashback.

— En realidad hay una chica de otro dojo, es mi competencia y... Mi sensei espera que le gane a toda costa pero no lo sé... Jamás había sido buena en algo y aparentemente ahora soy la mejor de mi división.

— Pero eso es bueno, Malysh. Tu sensei confía en ti. — Natasha intentó animarla.

— Sí, pero... ¿Qué pasa si no gano? Ésta chica es realmente ruda. Mis compañeros la han visto pelear antes, utiliza la técnica ofensiva y yo solo práctico defensa. Siento que podría acabar conmigo o algo así.

Natasha sacudió su cabeza, negando y tomando su mano por encima del tablero.

— No pienses en ella ahora ni en tu sensei o lo que digan tus compañeros, cuando estés compitiendo simplemente haz lo mejor que puedas. Es tu primera competencia, llevas practicando tan solo meses y ya eres de las mejores. Eso es lo único que cuenta, además, yo estaré allí para apoyarte.

— ¿Lo prometes?

— Lo prometo.

Fin del flashback.

Wanda desvió su atención hacia el público buscando algún rostro conocido. Allí se encontraba Pietro y su madre dándoles ánimos desde las gradas, pero no había señales de ella.

Era una tontería de su parte pensar que después de todo lo que ocurrió ella cumpliría la promesa.

~*~

— ¿Cuánto de oxígeno te queda? ¿Ya es hora de cambiarlo? — Natasha murmuró sentandose en la silla de la entrada al lado de su abuelo con un semblante preocupado.

Su abuelo sonrió cerrando sus ojos permitiendo que el aire golpeara su rostro con suavidad.

— No te preocupes por eso, me queda más que suficiente. — el hombre respondió con tranquilidad sin dejar que su sonrisa se borrara.

Natasha asintió permitiendo cerrar sus ojos también para tan solo quedarse junto a su abuelo unos segundos.

— ¿No deberías estar en ese torneo con tu amiga, Wanda?

Su abuelo no sabía que Natasha era lesbiana, si bien sabía que ella era un poco descarrilada y diferente a su hermana Yelena jamás contó con ese tipo de información. El era su mejor amigo, él cuidó de ella mientras sus padres trabajaban toda su niñez, pero ella sentía que si se lo decía perdería algún tipo de afecto hacía ella.

Pero él estaba a punto de morir en cualquier momento.

¿Cuánto tiempo más mantendría ésta farsa con él?

— Wanda y yo... Ya no somos amigas. — Natasha murmuró con tristeza.

— Dijiste que le prometiste estar allí, todavía tienes tiempo de llegar. Quizá ella agradezca tu presencia. — él objetó abriendo sus ojos para mirarla.

Los ojos de Natasha se conectaron con los suyos. Había cierto parecido en ambos parientes, lo que la hizo sonreír.

— Creo que lo último que necesita es tenerme allí. — Natasha se lamentó encogiéndose de hombros.