Después de que regresaran al palacio e incluso en su camino, ninguno de los dos había hablado sobre el beso. Damian porque se sentía avergonzado y Anya porque le parecía divertido.
Lo primero que hicieron después de regresar fue ir con Demetrius a informarle de lo que pasó. Estuvo toda la reunión inclinada hacia adelante con los ojos cerrados mientras Damian contaba lo que hicieron.
—¿Esto es todo lo que hiciste?
Cuando Damian terminó de narrar, Demestúpido habló.
—Si, es todo.
—Ah... idiota tenías que ser.
Anya no entendió a que se refería y supo que Damian tampoco.
—Pudiste haber hecho las cosas distinto, como hacer que se mudaran a una ciudad grande, no solo hacer ayuditas estúpidas. ¡Ni siquiera les diste comida! Aunque debo admitir que al menos sí hiciste algo bien, me han dicho que, en Puerto Esmeralda, la cantidad de contrabandos ha disminuido en sobremanera.
Damian se sentía enojado. Parecía que su hermano esperaba que hiciera alguna especie de milagro por la forma en que hablaba.
—No voy a obligar a la gente a abandonar sus hogares, les tienen recuerdo y aprecio. Hice lo que consideré mejor para...
—Y ahí es donde te equivocaste. Los ciudadanos no importan, lo que importa es la capital que obtenemos. Como lo de Planta Rosa, creaste una ley que no les afectará en nada. ¿No sabías que el principal lugar de producción de alimentos era Selva Verde?
Anya tenía ganas de darle una bofetada a Demestúpido.
—Los ciudadanos de Selva Verde compran los alimentos a Planta Rosa y lo venden a más de diez veces el precio al que lo compraron. No me parece justo.
Demetrius suspiró. Le sorprendía ver las tonterías que su hermano hizo y, sobre todo, saber que esa mujer que llamaba "caballera personal" no había hecho nada por detenerlo. Se alegró al haber rechazado la oferta de su padre.
Anya tenía muchas más ganas de darle una bofetada a Demestúpido.
—No hiciste nada para cambiar tu apodo. Me decepcionas. Puedes retirarte.
Damian no dijo nada más y tomó la mano de Anya para jalarla a la salida. No la soltó cuando salieron de la oficina, no la soltó cuando caminaba apuradamente por los pasillos del palacio y no la soltó cuando salieron de este. Fue hasta que estaban en medio del patio trasero que la dejó ir.
Anya sabía lo frustrado y enojado que él se sentía. No era para menos, su hermano básicamente le ordenó salir a dar víveres y luego le llamó idiota por hacerlo. Sabía muy bien que no podía desobedecer al príncipe heredero pese a ser un príncipe igual, pero, en su corta estadía en ese palacio, pudo ver lo mal que a Damian le caía su hermano.
Y ella lo entendía, lo entendía tan bien como él expresaba en sus pensamientos.
Se acercó a él y lo tomó del brazo. Damian no dudó en alejarla de manera brusca. Brusco, algo inusual en él, él quien siempre era cuidadoso con ella. Por eso, ella no pudo evitar alejarse instintivamente de él.
No era que quisiera, era que algo en él le gritaba que ese era el peor momento para estar cerca suyo.
"Maldito Demetrius, ¿por qué no puedes reconocer lo que hago aunque sea solo una vez...?".
Aun así, Anya se quedó con él en silencio, observándolo desquitar su frustración con las flores del jardín. Parecía que su lado infantil salía a la luz y hacía un berrinche, le parecía adorable... y triste a la vez.
Demetrius no tenía ni una pizca de cariño ni afecto por su hermano menor. Ahora tenía otro motivo por el que debía cumplir su misión.
Cuando Damian finalmente se calmó y dejó de pelearse con plantas, volteó a ver a Anya. Recordó, de manera vaga, cómo la empujó cuando se acercó a él, algo que le fastidió por estar enojado, más ahora se arrepentía en sobremanera.
No pensaba con claridad cuando estaba enojado, por eso no le dijo nada y reservó todos sus pensamientos al interior de su mente, todo para evitar lastimarla con sus palabras. Falló en eso, falló de manera inconsciente, falló con sus acciones.
Pensó que Anya lo rechazaría por eso, más, cuando estiró su mando buscándola, ella la tomó entre sus manos dulcemente mientras mostraba una grande sonrisa en su rostro.
—¿Ya te calmaste?
—Sí, yo... —"gracias por quedarte conmigo", más se tragó sus palabras y dijo otra cosa—. Ya me siento tranquilo.
"Tú me haces sentirme tranquilo, en paz".
Y Anya no pudo evitar abrazarlo. Sintió cómo él le correspondió al envolverla entre sus brazos.
—Me alegra escuchar eso, su alteza.
୧‿︵‿・゚ʚ🎀ɞ゚・‿︵‿୨
Cuando Damian le habló a Anya sobre el banquete, no mencionó sobre la importancia de este ni el motivo, que ella sabía bien era por la llegada del invierno, pues en ese reino acostumbraban hacer uno para la llegada de cada estación como excusa para celebrar. No, en su lugar, Damian mencionó otra cosa.
—Mandé a hacer este vestido para ti. Está diseñado para que puedas llevar una espada y pelear cómodamente con él.
Era un vestido color verde agua. Tenía solo una de las dos mangas y unos volantes colgando de la tela que cubría su pecho. Tenía un listón naranja en la zona de la cintura, seguro para resaltarla y otro en la cadera del mismo color que el vestido donde podía colgar una espada. Por lo largo y el diseño propio del vestido, podía asumir que la zona delantera de sus piernas se vería, solo que debajo de las rodillas. Abajo de donde estaba el maniquí, habían unas zapatillas sin tacón del mismo color que el listón de la cintura.
—Está lindo —fue todo lo que atinó a decir—. Me gusta, pero ¿está bien que yo vaya con un vestido y no con el traje de escolta?
La mente de Damian le indicó que él no había pensado en eso.
—Quiero que vayas vestida así, ¿algún problema?
—Ninguno. —Anya sonrió, se acercó a donde estaba Damian y le dio un beso en la mejilla—. Gracias por el regalo, principito.
"Diablos... me dio un beso, ¡un beso es un beso, aunque sea en la mejilla!".
—N-no hay nada que agradecer —tartamudeó, apenado—. Es lo m-menos que puedo hacer por ti.
—Heh, tsundere.
—¿Qué fue eso?
—Nada~
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Operación Némesis
Fanfiction★ DAMIANYA AU ★ Némesis (mitología griega) - diosa de la justicia retributiva, la solidaridad, la venganza, el equilibrio y la fortuna. Pero a Anya no le importó ninguno más que "venganza" a la hora de darle nombre a la operación que le asignaron. S...