XXVI 🎀 Por Mi Hermano (Pt. 1)

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Cuando Yor y Yuri perdieron a sus padres tras un desafortunado accidente, quedaron completamente solos. Yor, como era la mayor, buscó un trabajo, lo que fuera, no importaba qué tuviera que hacer. Ella quería proteger a su hermanito y eso iba a hacer.

Por ello no se desanimó después de semanas de búsqueda, no dudó cuando tuvo que robar para alimentarlo y tampoco cuando la iniciaron a rechazar en la ciudad en la que vivía. Con tal de ver la sonrisa de su hermano cuando regresaba a casa, le era suficiente.

Esa era su rutina diaria hasta que accidentalmente terminó envuelta en un asesinato, era el señor del restaurante que a veces le daba sobras de comida. Vio, junto al cadáver del señor, a un hombre parado, quien fumaba un cigarro mientras sostenía una daga cubierta de sangre.

Yor no gritó, no lloró, solo se tiró al piso e inició a temblar. Temía no por su vida, sino por dejar a su hermano pequeño solo, sin una familia que lo apoyara. El hombre la miró y no dudó en poner su daga en el cuello de la niña.

—Viste algo que no debías.

—Es... —tembló Yor—. ¡Espera! ¡Haré lo que sea, pero no me mates!

A Yor le daba igual morir, ella no vivía para ella, vivía por su hermanito.

—Heh, ¿lo que sea? —El hombre empujó un poco más su daga contra la piel de Yor—. ¿Te volverías una asesina?

Pero, contrario a lo que él creía, ella no dudó en responderle.

—¡Sí!

Después de eso, su vida cambió para bien. El hombre la llevó a su organización, donde la entrenaron para usarla como arma en un futuro. Había desarrollado mucha resistencia al huir de los comerciantes cuando les robaba comida, así que se centraron más en su fuerza física y habilidades de combate.

Cuando ella completaba una misión de manera exitosa, le daban dinero que gastaba en consentir a su hermanito.

—Hermana... —murmuró Yuri un día que Yor le regaló un libro que quería—. ¿De dónde sacas el dinero? ¿Eres una ladrona?

Más Yor solo sonrió al ver la preocupación en sus ojos.

—¡Lo gano de manera honesta para cuidar mejor de ti!

Y no mentía, ese dinero lo ganó trabajando, aunque tuviera que matar personas.

Los años siguientes, Yuri inició a adorar a su hermana. Se dio cuenta de que ella maduró y no disfrutó su infancia con tal de poder proveerle, de cuidarlo, de ver que no le faltara nada. Amaba a su hermana más que a nada ni nadie en el mundo y Yor se sentía igual con él.

Todo hasta el fatídico día...

Yor no le había dicho a nadie de su organización que tenía un hermano. El hombre que la entrenó la fue a visitar. Se suponía que sería una sorpresa, un agradable encuentro después de mucho tiempo de no verse, excepto por una cosa.

Cuando él entró a la casa de Yor, se encontró a un adolescente leyendo un libro en la sala. El primer pensamiento que tuvo no fue pensar que era su hermano menor, sino que ella estaba en peligro, por lo que hizo lo que cualquier asesino hubiera hecho.

Sin dudarlo, se acercó para matarlo.

Yuri se defendió, pero no tuvo suerte, ese hombre tenía mucha más fuerza que él. Iba a morir ahorcado. Él no quería que su vida terminara así, no quería ser asesinado, él no había hecho nada malo a nadie, diablos, ni siquiera tenía amigos.

Quería regresarle a su hermana lo que le hizo...

—He... herma...

Su último pensamiento antes de perder la consciencia fue que quería verla una vez más, y lo último que vio antes de cerrar sus ojos fue a Yor entrando a la casa, quien temblaba al ver la escena.

Operación NémesisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora