XII 🎀 Culpable

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—¡¿Qué está pasando aquí?!

El rey Donovan estaba furioso y no era para menos, pues su banquete fue cancelado porque alguien fue asesinado dentro del palacio. No solo eso, sino que también ¡casi lo matan a él!

—¡¿Quién es el encargado de la seguridad dentro del palacio?!

Un caballero, temeroso por la furia del rey, dio un paso adelante y se arrodilló.

—Yo, majestad.

Tanto el príncipe Demetrius como el rey lo miraron atento, ambos enojados. El primero porque su informante fue asesinado y el segundo por la clara falta de esfuerzo.

Por otro lado, Damian veía la pelea en el patio con atención, pues quería ser el primero en enterarse si algo le pasaba a Anya.

—Te vamos a quitar tu rango y decapitar.

—Espera, Demetrius. No podemos hacer este incidente público.

Si no podían revelar lo que pasó, no tenían motivo para quitar a ese caballero de su puesto.

En ese momento, todos escucharon un fuerte estruendo proveniente del patio. Voltearon a ver solo para descubrir que Anya mató al asesino. Parecía una figura digna de respetar, con la cara sin iluminar y la espada manchada de sangre.

Cuando Anya entró al salón, el rey se le acercó. Ella hizo una reverencia.

—¿Qué fue lo que pasó?

A Anya le pareció un poco insensible de su parte que ignorara a Damian, quien estuvo con ella la mayor parte del tiempo, para preguntarle.

—Cuando acompañé al príncipe Damian al patio, nos encontramos el cadáver. No había nadie alrededor ni ninguna pista que pudiera dar el culpable. El hombre que lo atacó y acabo de matar era puño de fuego.

"Así que la organización mandó a matar a Franky. Ya se habían tardado".

Anya se centró en los pensamientos de Demetrius.

"Esto es malo. Sin Franky, no sabré cuándo es el próximo intento de asesinarme y... ".

—Podemos asumir que puño de fuego mató a Franky —siguió el rey.

Anya sabía que eso era imposible. El corte en el cuello no podía haber sido hecho ni por una flecha ni por un puño. Solo podía ser una espada, y puño de fuego no llevaba ninguna consigo. Parecía ser un detalle que todos omitieron.

"... no podré saber quién es el infiltrado".

Ante eso último, Anya casi deja caer su espada. Demetrius sabía que ella estaba ahí, más no parecía sospechar actualmente de ella, tampoco parecía que fuera a hacerlo pronto, no después de salvarle la vida al rey y matar a alguien de esa organización.

—También tenemos que encontrar algo que decirle a los nobles por cancelar el evento tan abruptamente.

El rey asintió a lo que Demetrius dijo y siguió.

—Demetrius, vamos a mi oficina. Guardias, encárguense de los cadáveres y limpiar el lugar. Y Damian... —Donovan miró a su hijo menor, quien no participó en toda la conversación—. Regresa a tu habitación.

—Sí, padre.

Damian no dijo nada más y se dirigió a la torre en la que residía. Antes de que Anya lo siguiera, el rey la llamó.

—Anya, tú ven conmigo.

Ambos se detuvieron, Damian un poco desconcertado al igual que Anya, pero ambos decidieron no oponerse. Él porque no tenía ni voz ni voto en ese lugar y ella porque no podía desobedecer una orden del rey.

Operación NémesisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora