Martes Confuso

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Me levanté con dolor de cabeza, de ayer ya que estaba enferma y confusa. Todo lo que había pasado el sábado, no podía ser real. Llevaba dos días sin hablar con Simon, y de Fernando ya ni hablamos... Cogí un pantalón vaquero negro y una blusa morada para enfrentarme a mis peores miedos. El autobús llegó a tiempo, así que llegué a clase a tiempo.

Primera hora de la mañana, matemáticas, genial... Marina estaba sentada en la última fila esperándome. Le conté todo lo que había pasado y se quedó pasmada.

- Cómo que te besó,... pero qué,... Simon, ¿cómo?

- Todo pasó muy deprisa, pero todo es cierto. Yo tampoco entiendo nada.

Llegó "el matemático de nacimiento" y empezamos las clases. En la siguiente hora tuvimos examen sorpresa de física y esta vez no tuve la suerte de que Fernando se girara para copiarme. Tenía pensado hablar con él, aclarar todo lo que había pasado, las horas pasaban y yo no me atrevía. En el recreo tuve la intención de hablar con Fernando, pero se acercó antes Simon y me saludó como si nada hubiera pasado:

- ¿Qué tal está mi fiestera favorita?- dijo con los ojos abiertos con intención de darme un abrazo. Pero yo me aparté y le dije

- No estoy de humor- y seguí mi camino hacía Fernando. Me paré en seco por que le vi con Alicia, y no hablando... Simon me tocó el hombro para que me girara a hablar con él:

-Inés, ...

Le tapé los labios con mis dedos y miré desganada hacia el suelo. Aparté los dedos de sus labios, y me fui al baño . Me siguió y entró y me vio llorar en el lavabo. Me envolvió en sus brazos y sentí protegida, lloré en su hombro.

-Shhh, ya pasó, ya pasó

- Esque... esque no...- mis lágrimas caían por mis mejillas, no entendía nada. Le pedí que se fuera, quería lavarme la cara. Aceptó y se fue cabizbajo. Entre tanto entró Alicia en el baño, sonrió maliciosamente mientras me dijo:

- Fracasada, ¿qué te crees especial para él? Pues no, yo soy la única y siempre lo seré.

-No lo dudo- Me fui, no tenía ganas de discutir.

Salí del baño y estaban discutiendo Simon y Fernando, me acerqué a ellos:

-¿De qué habláis?

-De nada- Dijo Fernando con su cara de asco y se fue, miré a Simon:

-Qué... ¿Qué hablabais?

- De nada, de cosas...

- ¿ Qué cosas?¡ Simon! Yo siempre te cuento todo, ¿qué pasa?

- Ya hablaremos luego, ¿vale?- en mismo instante sonó el timbre para entrar de nuevo a las clases. Estuvimos tres eternas últimas horas en clase y busqué a Simon para hablar con él. Me estaba esperando en la puerta y me acompañó a casa.

- Bien, ¿me vas a decir qué pasa ahora?

- Si, si. El lunes, ayer, cuando faltaste, Alicia se enteró de lo que pasó contigo y Fernando en la fiesta. Antes, le estaba diciendo a Fernando que no hacía falta que lo supiera todo el colegio, que te dejaran tranquila.

Mi cara lo decía todo. No estaba preparada para aquello. Así que le invité a comer a casa para distraerme un rato. Estudiábamos filosofía, cuando se hizo tarde y Simon se tenía que ir. Le acompañé a la puerta, y le iba a dar dos besos cuando él me besó en los labios. Me quedé en shock. Antes de que pudiera darme cuenta de lo que acababa de pasar, se había ido. Salí corriendo al descansillo de la casa por si podía aclarar algo, pero ya no había nadie tampoco. ¿Se iba a convertir en costumbre que los chicos me besaran y se fueran antes de que pudiera reaccionar?

Diario de una luchadoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora