Wtf!?

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Me desperté a las 7 con todas las ganas del mundo de ver a Simon aunque ayer le abandonara en mitad del beso. Me estaba vistiendo con un vestido amarillo y unas manoletinas beige, las favoritas de Simon. De repente llamron a la puerta, abrí creyendo que era mi madre, que volvía de trabajar, pero no, era Simon que me venía a buscar para acompañarme al colegio con su mejor sonrisa.

Salimos de casa y cogimos el autobús en dirección al colegio. Todo parecía ir perfecto, con Simon todo estaba siempre bien. Hablábamos sin parar de todo cuanto acontecía en nuestras vidas. Llegué a clase, por primera vez en el curso, no estaba sola. Fernando no paraba de mirarnos mientras entrábamos por la puerta de clase y Alicia le miraba al mismo tiempo desconcertada porque odiaba que no la mirara siempre a ella... Pero para mi sorpresa, Marina nos miraba desde nuestro sitio al fin al de la clase con cara de resentimiento. Me extrañé, ella siempre estaba feliz y siempre me animaba a empezar una relación con alguien, ¡hasta aprobaba que me gustara el mismisimo Fernando! Pero algo había cambiado en ella, o algo no iba bien, así que me despedí de Simon con un abrazo y me senté a su lado :

- ¡Buenos días! ¿Todo bien? - su respuesta fue, ignorarme. Genial, un problema añadido a mi día casi perfecto... Le volví a preguntar - Marina..., ¿todo bien? - como sabía que hasta que no me contestara no le iba a parar de preguntar, asintió con la cabeza sin dignarse si quiera a mirarme a los ojos.

Pasaron las horas eternas ahora más que nunca sin los comentarios de Marina. Llegó el recreo, estaba decidida a hablar con ella. Lo hice, la agarré del brazo antes de que se escapara fuera del recinto:

- ¡Se puede saber qué te pasa! - la solté.

- ¿Deberías saberlo...?- me dijo en tono irónico.

- ¿Se puede saber por qué estáis tan raros todos últimamente? Mira no sé lo que te pasa, no soy adivina, si no me lo dices nunca lo sabré.

- ¡Joder Inés! Deberías saberlo solo por pura lógica.- miré extrañada, como diciendo con ojos que no entendía nada, así que continuó- Hace tiempo te conté que me gustaba un chico, ¿no? No te dije el nombre, pero creo que es bastante evidente , ¿no crees?

- ¿ Te gusta Fernando?

- ¿Qué? Bueno, a todas nos gusta Fernando, pero no, no es él. Nunca me gustaría el mismo chico que a ti, que a mi mejor amiga,... como,... como has hecho tú.- se me heló la sangre. ¿ Le gustaba..?- Sí, se lo que estás pensando y sí, me gusta Simon. Llevo años enamorada de él y tú de la noche a la mañana con tus confusiones y tus cosas, ahora estás con él. ¡No sabes cómo duele eso! Es como cuando tú ves a Fernando con Alicia, bueno, peor porque todos sabemos como es Alicia, pero de mi mejor amiga no me lo esperaba. Aunque realmente espero que ahora Fernando no te importe, porque como le estés utilizando... - me quedé a cuadros, círculos y rectángulos, todas las formas posibles.

- Eh... no sé qué decir. Supongo que "perdona"- ella asintió con la cabeza al mismo tiempo que sonaba el timbre para volver a clase. Entramos en clase. Tendría que hablar con él. Aunque en el día de hoy no lo hice, estaba completamente hecha un lío, supongo que Simon lo notó pero por suerte no pregunto nada.

Llegué a casa y como quería olvidarme un poco de todo me puse a leer y más tarde me fui a dormir.

Diario de una luchadoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora