Diario de una luchadora

Sola

Me desperté a las 7:00, ya Simon se había ido, me volví a despertar porque creía que era un sueño, sin ganas de no escuchar su voz, de no ver sus ojos, de no verle. "Desayuné", en realidad solo me tomé un vaso de leche, no tenía ganas de desayunar. Cogí el autobús y me fui en dirección al colegio mirando por la ventana y recordando esos momentos con Simon. Cuando llegué al colegio todo fuera estaba igual, como siempre, pero yo por dentro estaba destrozada...

Quise hablar con Marina, era mi mejor amiga, pero la vi hablando con Fernando, extraño en ella ya que le odiaba. Cuando terminó de hablar con Fernando me acerqué a ella y antes de poder decirla nada, me dijo:

-Ya ha cortado con Alicia, ahora engaña a Simon- puso una sonrisa falsa y se marchó. Yo la observaba con los ojos llorosos, la había perdido... y a Simon también.

Entré por la puerta, pensando en que clase de monstruo pensaba Marina que era, mientras estaba en mi mundo, vi a Alicia, allí sola, como yo, llorando. No sé si pasó un "ovni" o qué, pero me acerqué. Cuando la pregunté empezó a girar la cabeza lentamente con una mirada de asesina y no contestó, me acerqué un poco más, y gritó:

-¡YO TE MATO PUTA!

- ¿Puta yo? Puta tú.

-Puta tú, ya lo has conseguido- apludió como una foca- ahora te toca a ti vivir la historia con Fernando y con Simon, dime qué tal es llevar dos relaciones.

-Eso deberías decírmelo tú, ¿no crees?

-¡TE JURO QUE TE MATO!

-¡TÚ Y CUANTAS MÁS!

Cuando Fernando se dio cuenta me apartó de ella, porque la verdad es que podía matarme. Me quedé en el suelo, sentada, llorando

-¿Por qué lloras?- dijo Fernando.

-Le quiero y mucho, ¿vale?- snif- Y ahora también dicen que estoy contigo, pero Fernando lo tuyo es pasado, ya no te quiero, yo solo tengo ojos para él le amo ¿vale?

-Pero...

-Ni pero ni nada, mi corazón está ocupado, está lejos él y en su maleta se ha llevado mi corazón, me falta, le necesito, necesito que llame a mi puerta con una sonrisa diciéndome buenos días, necesito que esté aquí para librarme de esta pesadilla.

-Pero...

-Calla estoy hablando, necesito sus besos, sus abrazos, su olor, y otra vez sus besos- Me eché a llorar

-Sí quieres te beso yo- dijo con esa sonrisa.

-No seas imbécil, quizás antes, ahora solo traeme a Simon

Me dio un beso en la cabeza y me secó las lágrimas.

-Te lo voy a traer, te lo prometo.

Sonó el timbre, los amigos de Fernando vinieron a buscarle, tenía educación física, yo en cambio tenía química. Pasaron las horas y volví a mi casa, sola.