Me desperté a las 7, con ganas de ir al instituto y verle a él. Cogí mi ropa simple de siempre, desayuné e intenté parecer algo menos desastrosa, así que me ricé el pelo con las planchas que mi madre usa a veces. Tardé 15 minutos en hacerme el pelo y como no me quedó del todo mal, hice un intento de raya del ojo. Fallido, por supuesto, era de esperar que a mí no me saliera bien. El móvil sonó de repente, me tembló el pulso y ¡a la mierda la raya! Tuve que desmaquillar esa parte y volverla a hacer, consciente de que llegaría tarde pero no me importaba porque aquel día quería estar divina.
Cogí el autobús de menos diez, que para colmo llegó tarde y había tráfico en la carretera, pero todo fuera para gustarle y que me volviera a hablar. Cuando al final llegué a la puerta, me esperaba Ramón, el conserje, de pelo canoso y fregona en mano, gritándome con ese aliento de rata muerta :
- ¡¡Llegas tarde!!
Me limité a sonreír de soslayo e intentar estar tranquila así que respiré hondo. Subí los tres pisos hasta clase pensando que excusa inventarme para que no me comieran. Cuando llegué a clase, no estaba el profesor así que aquello era más bien la jungla, papeles volando y risotadas "everywhere". Fui a sentarme con Marina y de camino saludé a Fer que se limitó a mirarme mal y girarse. Me quedé rota aunque simplemente sonreí, supongo que lo esperaba...
Pasaron las tres primeras y eternas horas de la mañana. Quise hablarle y esperé a que mi "amiguita" se fuera, cuando al fin se fue me acerqué a él decidida a plantarle cara, por lo que me armé de valor y le solté :
- ¿ Por qué no me saludaste antes?
- ¿Eh...? ¿Quién eres?
Me quedé planchada, no sabía qué hacer o decir más, así que sonreí y moví la cabeza como si me lo esperara de él y me fui. Por un momento me sentí tan ridícula, tan de más, que no podía ni llorar. De repente una mano me cogió del hombro y me saludó. Mi mente se hizo ilusiones, pensé que sería Fernando arrepentido por su grosero comportamiento de antes, pero no, era Simon, mi mejor amigo, pelo castaño, ojos azules, gafas hispter (aunque él se considera nerd, para mí siempre será hispter, tenemos debates y debates sobre ello) y gamer.
- ¿ Qué tal estás, Inés? Te veo cambiada...
- Bueno, quería hacerme algunos cambios,... ya sabes.
- ¿Es por ese estúpido de Fercardo no?
- Fernando, Simon,...
- Lo que sea... es imbécil, ya lo sabes.
Me eché a llorar en sus brazos. Simon se limitó a acariciarme el pelo y a repetir como un mantra, " es imbécil, tu tranquila". Entretanto sonó el timbre para irnos a casa.
Llegué a casa, me eché a dormir... estaba deseosa de que acabara este día.
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Diario de una luchadora
Novela JuvenilMe llamo Inés, soy una chica normal, como cualquiera que te puedes encontrar andando por la calle, mi vida es lo que no es normal. Como toda adolescente vivo enamorada de un chico, Fernando, pero el vive enamorado de Alicia. Tengo dos mejores amigos...