Me levanto a las 7:00 con la intención de hablar con Simon, desayuné en el autobús porque salí tarde de casa, no hacía más que pensar en Simon. Llegué tarde y me esperaba mi amigo Ramón para preguntarme con la voz ronca y su aliento de rata muerta la razón por la cual llegaba tarde. Cuando estaba pasando por secretaría vi a la madre de Simon, ¿qué haría allí?
Subí las escaleras corriendo llegaba media hora tarde, mientras pasaba por las clases primero la A, luego la B, luego la E, y deseando llegar a la C para ver a mi querido Simon. Me di cuenta que no estaba, ahora todo me cuadraba la madre habría ido a avisar que estaba malo. Por suerte, así podría hablar con Marina y arreglarlo,a pesar de estar con Simon, no podía evitar que Fernando me encantara, cuando me miraba desde lejos con sus ojazos verde e inquisitivos.
Me senté en mi sitio, al lado de Marina, en las tres primeras horas no me dirigió la palabra, ni se giró 90 grados para mirarme a la cara, más bien me daba la espalda. Cuando sonó el timbre la pregunté si podíamos hablar,no recibí ni un sí ni un no, no obtuve ninguna respuesta, apesar de ello le solté todo lo que sentía sobre la situación. Algo pillaría, digo yo...
-Marina, yo a Simon le quiero, y lo siento si te molesta, estoy decidida a estar con él, ojalá pudieras entenderlo. Te prometo que no le voy a hacer daño...- no me dejo terminar pero la grité- ¡Le quiero, y si tu quisieras así a Fernando, yo te apoyaría aunque me gusta mucho, pero te apoyaría!
- ¡ Eso no te lo crees ni tú!
- ¿Qué no? ¡Veo todos los días a Fernando dándose el lote con Alicia y tengo que aceptarlo por mucho que me duela, preferiría un millón de veces que tú fueras las novia de Fernando!- mientras yo la decía esto Marina se fue alejando- ¡ Me gustaría que fueras feliz...!
Cuando me quise dar cuenta ya tenía veinte mil ojos puestos en mí, y sobresalían los ojos verdes de Fernando, que me miraba como si yo me hubiera declarado y él me fuera a rechazar, no podía estar pasando, por qué he dicho todo esto, quiero súper poderes para rebobinar en el tiempo...
Todo el mundo se me acercaba para preguntarme qué ha pasado, simple cotilleo, pero yo ya estaba llorando, cuando tenía todos encima, sentí una mano fría en mi hombro. Era Fernando mientras le decía a todos que me dejaran en paz, pero incluso él me dejó en paz, me vi ahí tan sola, mientras las rubias de bote asquerosas se reían a mis espaldas y los chicos guaperas que iban detrás de su culo, les seguían el rollo, no oía más que todas las risitas retumbando en mi cabeza. Ese patio puedo decir que fue el más largo de toda mi existencia. Y a al fin sonó el timbre para volver a clase, decidí que ya era humillación suficiente por hoy y tuve la cobardía sufiiente como para irme antes de empezara de nuevo la lección.
Cuando llegué a casa, me esperaba una ración de espaguetis con tomate fríos para calentar en el microondas. Antes pasé por casa de Simon, pero no me abrió nadie. Estaría en el hospital, supongo... pero me sonaba raro que no hubiera avisado. Me tomé mis espaguetis recordando la maravillosa humillación de hoy sin poder contener las lágrimas que se agolpaban dentro de mis párpados.
Hice los deberes y me quedé dormida con Miau en mi regazo.
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Diario de una luchadora
Teen FictionMe llamo Inés, soy una chica normal, como cualquiera que te puedes encontrar andando por la calle, mi vida es lo que no es normal. Como toda adolescente vivo enamorada de un chico, Fernando, pero el vive enamorado de Alicia. Tengo dos mejores amigos...