Me desperté por la mañana, en casa de Fernando. Miré hacia el lado esperando encontrarle, pero no estaba. Cogí el móvil recordando que mi madre no sabía dónde había dormido, y en efecto tenía 20 mensajes de mi querida madre preguntando dónde estaba. Le dije que estaba en casa de Fernando que se me hizo tarde y que volvería tarde hoy.
Bajé las escaleras llevando la camiseta/camisón de Fernando y sus palabras como un recuerdo retumbaban en mi cabeza. Llegué al comedor y me encontré con Alicia. Estaba desayunando un bol de leche con cereales y tenía en la mesa una manzana a medio terminar. Miró hacia un lado en cuanto notó mi presencia :
- ¿Qué haces aquí?- dijo mientras seguí comiendo.
- Podría preguntarte lo mismo- le ataqué.
- Cierto - sonrió con ironía contenida.
Me preparé para volver a darme la vuelta e irme, pero cuando lo hice, me llamó:
- ¡Tú!
- ¿Sí?
- Tengo que hablar contigo.- dijo seria.
- Si es para insultarme o algo así, Alicia de verdad, no estoy de humor...
- No es para eso. Esta vez no. Quiero hablarte en serio hoy- me quedé petrificada.
- ¿Dónde está Fernando?
- Ha salido a correr, creo. Pero ahora quiero que me escuches.
- No quiero hacerlo.- me dispuse a darme la vuelta de nuevo y entonces...
- ¡Te quiere!- "cómo"- Te quiere, lo dejamos porque no paraba de hablar de ti. En cuanto te conoció siempre hablaba de ti y cuando comenzó a hablarte, desde ese día del aula cuando te copió en mates, ¿te acuerdas?- asentí con la cabeza aún medio dada la vuelta- Pues eso, que te quiere y creo que te lo mereces más que yo. Me lié con su hermano hace unas semanas y además, quiero que sepas que el tal ¿Sison?, no sé, tu amigo, el friki de tu último novio, se lió conmigo en la fiesta de Fernando, la que organizó Carlos- me entró una rabia por dentro tan horrible que adelanté un paso con intención de matarla allí mismo, pero no lo hice porque continuó hablando - lo siento, mucho, más de lo que imaginas, pero por ello quiero recompensarte diciéndote la verdad sobre lo que Fernando siente por ti .
En ese momento, Fernando entró por la puerta. Llevaba una bolsa de Bershka. Me pareció raro, pero en cuanto me vio sonrió y yo me puse roja cual tomate cherry. Me dio la bolsa que llevaba en la mano y me dijo:
- Cámbiate - la había comprado para mí, aunque se acercó más y me dijo susurrando al oído- aunque con mi camiseta estás súper mona.- me salió una sonrisa tonta y subí las escaleras. Llegué a la habitación y sonó el móvil. Ni miré la pantalla porque pensaba que era mi madre :
- ¿Diga? - puse el altavoz, porque quería cambiarme mientras y hacer algo productivo.
- ¡Me lo has cogido! Pensé que no lo harías, Inés necesito hablar contigo, todo pasó tan deprisa, ¡Oh dios! Demasiado deprisa, creo- estaba en shock, era Simon.
- ¿ Qué haces llamándome?
- Lo has cogido...
- No sabía que eras tú
- Pero...- improvisé sobre la marcha.
- Borré tu móvil y no me salía el nombre. Gran error cogerlo.
- Lo siento, Inés no me dejaste explicarme...
- ¡NO HAY NADA QUE EXPLICAR! Ah bueno sí. ¿Ha habido alguna más?
- No.
- Eres un mentiroso... no sé cómo he podido estar contigo alguna vez, ¿cómo no me di cuenta?
- ¿De qué?
- De que eres la peor persona que se ha cruzado en mi camino y ni siquiera me di cuenta.
- ¿Pero por qué dices eso? Inés yo te quiero
- ¿Ah sí? Te liaste con Alicia en la fiesta de Fernando. Es más esa noche me dijiste no sé qué de que era tu chica o algo así y yo me lo creí,... que tonta fui...
- ¿Quién te ha dicho eso?
- ¿Qué más da quién? El hecho es que lo hiciste y no te perdonaré nunca. - las lágrimas brotaban de mis ojos y era a penas capaz de articular palabra.
- No llores, pequeña, te oigo...
- No importa, no te importo, nunca lo hice. Simon, creo que no quiero volver a hablar contigo así que gracias por las sonrisas que alguna vez me sacaste, gracias por todos los momentos en los que me creí tu papel de cine, pero ya no quiero creerme más cosas tuyas, así que, adiós Simon.- colgué. Lo hice segura de lo que hacía. De repente, alguien entró en la habitación y me abrazó por detrás. Fernando :
- No te preocupes, todo saldrá bien, eres muy fuerte.- me di la vuelta para devolverle el abrazo y me quedé allí, sumergida en su fragancia de recién duchado. Tenía el pelo mojado y desde las alturas me cayeron algunas gotas a la cara, me separé y me reí por ello. Me di cuenta de que tenía una camiseta negra en una mano y el torso sin nada. Me puse colorada, y le dije que quería cambiarme. Se fue. Me cambié. Fernando me metió prisa y tiró de mi brazo para llevarme a su moto, me daba miedo, pero subí, le cogí por la cintura y emprendimos nuestro viaje hacia el cine.
Allí nos encontramos con Alicia y con Carlos, compramos una palomitas, unas bebidas y entramos, nos sentamos, se apagaron las luces, mientras Carlos y Alicia se daban el lote, y veía a Fernando mal, le tiré una palomita para que volviera a la Tierra. Nos quedamos mirando la película, cuando me entró sed, le pedí a Fernando un poco de su bebida, me la ofreció, y me dijo:
-Anda bebe
Le di un trago, me atraganté, Fernando se reía de mí, asqueroso...
Fernando me cogió de la mano y me fue a besar, pero no podía, me levanté y me fui al baño, de chicas, y yo ahí llorando cuando entró Fernando.
-Que bonito es vuestro baño- saqué una sonrisa
-Le echo de menos, me enamoré de un imbecil como Simon y ahora aquí llorando en el baño como una tonta y yo sé que tú me quieres y no sé por qué pero no puedo, pero quiero, pero no sé...- me besó.
Me callé, obviamente, creo que era lo que quería el que me callara, me calló con un beso, chico listo, le seguí el beso. Me estoy volviendo loca, no encuentro a Simon en mi cabeza, quizás no era mi príncipe y sí lo es Fernando, le quiero mucho más de lo que pensé, pero es un idiota, pero lo quiero, sí, le quiero, le amo. Me miró y me dijo:
-Siempre has sido tú, pringadilla.- Nos echamos a reír y le besé. Le abracé.
Fuimos a su casa, cuando acabó la película, antes comimos fuera y cenamos, hicimos poca cosa.
Por la noche me fui a mi cama del otro día y cuando me estaba quedando dormida, se abrió mi puerta, entró Fernando y me dijo:
-Te quiero, y te echo de menos, ¿puedo?- señalándome la cama
Me eché a un lado y le besé, esta vez no tenía la camiseta
-Te prometo que no soy como Simon, yo te quiero así como para verte a diario y rendir mi mirada, perder mis ojos y posar mi último recuerdo sobre tus manos, sobre tu incierto destino; te quiero como para predecir que todos los días, de ahora en adelante, sonreiré solo si a mi lado estás; te quiero poco y suficiente, y mucho más.
Nos besamos otra vez y así fui feliz.

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Diario de una luchadora
Fiksi RemajaMe llamo Inés, soy una chica normal, como cualquiera que te puedes encontrar andando por la calle, mi vida es lo que no es normal. Como toda adolescente vivo enamorada de un chico, Fernando, pero el vive enamorado de Alicia. Tengo dos mejores amigos...