¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
"Esa chica tuya está causando problemas, Robin". Steve habla, sus ojos te siguen andando en patineta arriba y abajo de la calle frente a Family Video.
"¿Qué está haciendo?" pregunta Robin, rebuscando en varias cajas de cintas en busca de algo que ver.
"Está en esa maldita patineta otra vez"
Los ojos de Robin revolotean hacia arriba justo a tiempo para verte tambalearte y caer de cabeza sobre la acera. Te sientas por un momento, aturdida, antes de volver a levantarte de un salto y saltar directamente a la tabla.
En los meses que has estado practicando, no has mejorado nada; de hecho, de alguna manera estás peor que cuando empezaste.
Antes de que puedas patinar, Robin sale corriendo y te convence para que regreses a tierra firme.
"No más patinaje hoy, cariño"
"¡Robin!" arrullas alegremente, inclinándote precariamente en el borde de tu tabla.
Sus manos delgadas agarran tu cintura, levantándote y colocándote frente a ella. Su cabeza se hunde, los dedos delgados amasan tus caderas y viajan hacia abajo mientras su cabello te hace cosquillas en la mejilla.
"Déjame ver tus rodillas, linda", murmura Robin, inclinándose para sacar tu amada patineta del concreto; ella entrelaza tus dedos con los suyos y te lleva adentro, sentándote detrás del mostrador al lado de Steve.
"Hola ___", saluda, mientras Robin se agacha frente a ti, subiendo tus jeans sueltos.
Su pulgar roza las profundas raspaduras rojas y el dolor agudo te hace estremecerte y alejarte de ella.
Ella envuelve su brazo alrededor de tu cintura, murmurando palabras de aliento en tu piel.
"Hey", te las arreglas para decir con los dientes apretados, una sonrisa poco entusiasta empujando tus labios en dirección a Steve.
"Lo sé", se compadece Robin mientras te retuerces, presionando una franela fría sobre tus heridas. "Aunque tengo que limpiarlos"
"Nuh uhhh", te quejas, rebotando ligeramente en la silla. Su mano libre sube para acunar tu mejilla cariñosamente. "¡Robin, estoy bien! Solo déjalos"
"No, cariño." Robin reprende. "Se infectarán. Solo tengo que limpiarlos y luego pondré una curita, ¿de acuerdo?"
"¿Me dan una divertida?"
"Sí. Cualquiera que quieras"
"¿Uno de Star Wars?" preguntas con esperanza, la dulce cadencia de tu voz hace que Robin sonría. Star Wars es tu favorito.
"Claro, bebé".
Tus rodillas rebotan cuando Robin las limpia y Steve hace todo lo posible para distraerte.
"¿Qué has estado haciendo, entonces? No te he visto tanto" .Le sonríes tímidamente, encogiéndote cuando Robin golpea tu rodilla con particular firmeza.
"Eddie nos ha tenido a todos muy ocupados con sus cosas de Hellfire. Dustin me hizo suplente cuando perdieron a Lucas y supongo que ahora estoy un poco atascado. Es bueno, sin embargo, él es agradable. ¡Apuesto a que te gustaría!" divagas, sin darte cuenta de que Robin te pone las tiritas en las rodillas llorosas y te baja los vaqueros.
"Sí, sí. Sin embargo, no creo que D&D sea lo mío", dice Steve.
"Sí". Pones los ojos en blanco, "Pero te gustaría Eddie". Levantas las cejas sugestivamente, dándole un codazo.
"Cállate", resopla. Te ríes.
"Todo listo, nena". Robin interrumpe tu risa, besando tus piernas vestidas. Steve se burla de las bromas, poniéndose de pie para rebuscar entre las cajas desechadas que Robin dejó a favor de salvarte de tu patineta.
"¡Gracias bebé!" graznas, saltando hacia el abrazo expectante de Robin. "Te extrañé." Ella ahueca tu mandíbula y tus brazos se deslizan alrededor de su cintura.
"Yo también te extrañé".
La miras, los ojos recorren el ancho de su cara con asombro.
"¿Qué estás haciendo, cariño?"
"¡Contando tus pecas, shh!" La misma punta de tu dedo índice traza las protuberancias y protuberancias de su nariz y sonríes, presionando un beso en su pómulo.
"¡Ooh, casi lo olvido!" tu chillas "Te traje esto. Sacas una caja de trapos de leche de tu bolsillo trasero, frunciendo el ceño ante la caja ahora plana desinflada. "Lo siento, Robin. Olvidé que estaban allí. Me senté sobre ellos"
"¡Gracias linda!" exclama, tomando la caja de tus manos con entusiasmo. "¿Cómo supiste que tenía antojo de esto?"
"Son tus favoritos, tonta", murmuras, con una sonrisa en tu rostro al verla tan eufórica. Ella besa tu frente.
"Vamos, cariño. ¡Ven y ayúdame a elegir una película para ver y podemos comer esto!"
