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Fue el tequila barato y la cerveza tibia lo que te ha metido en este apuro, pegada al costado de Robin mientras te guía, tropezando, escaleras arriba hacia tu habitación, agradeciendo a Dios que tus padres no hayan estado esa noche.
Estás riendo suavemente, con los brazos envueltos alrededor de su cintura mientras te ruega que muevas un pie delante del otro. Ella ya planeó exactamente cómo pretende regañar a Steve y Eddie al día siguiente por esos últimos tragos de tequila en el patio trasero de Steve.
"Vamos, ____", murmura en voz baja, "Casi llegamos".
Juntas, cruzan a trompicones la puerta de tu dormitorio y, cuando Robin te baja con cuidado sobre el colchón, la gravedad se apodera de ustedes y caen hacia atrás con una carcajada. Robin maldice a Steve "solo una ronda más" Harrington y su habilidad borracha para convertir una última ronda de tragos en tres tragos y una copa de champán robada del gabinete de sus padres.
"Ven a acostarte conmigo, Robbie."
Robin niega con la cabeza, contenta de haber dejado de beber en el segundo en que las cosas comenzaron a salirse de control. Un pequeño consuelo es que es probable que Eddie y Steve tengan peores resacas que tú.
"No puedo, nena", dice ella, "tengo que prepararte para ir a la cama".
Se mueve hacia tus cajones en busca de un pijama. Ella regresa con una camiseta de gran tamaño y un par de pantalones cortos de algodón, titubeando al ver tus ojos grandes y brillantes y tus labios fruncidos mientras se vuelve hacia ti.
"¿Estás llorando?"
"No...", sollozas. "¿Por qué no te acuestas conmigo?"
"Me acostaré contigo una vez que estés cómoda, ¿de acuerdo?" Robin toma asiento en el borde de tu colchón, "Ven, vamos a sacarte esa ropa incómoda".
Tiene que levantarte, con cuidado de no sacudirte demasiado. Todavía estás un poco enfadada, y ella se estira para deslizar su pulgar debajo de tus ojos llorosos, sacudiendo la cabeza lentamente con una sonrisa cansada.
"¿Lo prometes?"
"Te lo prometo", asegura Robin, reprimiendo una pequeña risa, "brazos arriba, nena".
Ella te ayuda a cambiarte la ropa de fiesta por tu pijama mientras balbuceas sobre su promesa de acostarte con ella. Robin se pregunta qué hay en tu techo del que te has enamorado tanto mientras tira tu ropa sucia en la esquina de la habitación, se pone de pie y se dirige a la puerta para tomar un paño suave y un desmaquillador del baño.
"¡Robin!" Exclamas, sorprendida por su figura retraída, "¿A dónde vas?"
"Solo por cosas para quitarte el maquillaje, nena", Robin se vuelve hacia atrás, con el ceño fruncido en tono de disculpa, "Estabas muy enojada la última vez que te ensuciaste las almohadas con sombra de ojos, ¿recuerdas?"
