Robin Buckley x female reader "Puedo concederte este baile?"
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•Robin confiesa sus sentimientos por ti con un mal chiste
Últimamente has estado pasando mucho tiempo con Robin. estudiando, asegurándose de que sus calificaciones se mantuvieran decentes para que cuando llegaran los exámenes finales no estuvieran completamente estresadas. Era tu último año de secundaria y querías que valiera la pena. fue un poco difícil hacer eso con Robin tan distraída.
Ustedes dos decidieron cambiar un poco la configuración: el piso de su habitación ya no sería suficiente. así que la semana pasada, saliste por tu cuenta y encontraste un lugar que fuera discreto para que ustedes dos pasaran el rato. terminaste encontrándote con una mesa de picnic en el lado más alejado del parque un día y decidiste que era perfecto.
Robin se sorprendió, sabía que no te gustaba caminar sola. pero lo hiciste por ella. y desafortunadamente, esa fue la única forma en que pudiste comunicar tus sentimientos. eras una causa perdida como ella, siempre divagando pero nunca diciendo lo correcto.
Además, ¿cómo podrías saber si le gustaban las chicas o no? seguro que no ibas a preguntarle, eso era como caminar directo hacia la muerte. no ibas a preguntarle a Steve porque sabías que no se movería por "razones de privacidad". así que tendrías que seguir intentándolo de una manera que diga "me preocupo por ti" o tal vez "un poco, te amo" sin revelarte antes de estar completamente segura
Robin trajo bocadillos y un cuaderno en el que sabías que simplemente garabatearía, en lugar de tomar notas y tú trajiste los libros.
Solo menos de una hora de "estudiar" Robin ya se había levantado de su asiento y saltaba. se levantó de su lado de la mesa, se acercó a ti y se sentó a tu lado. se inclinó, con la barbilla apoyada en tu hombro y después de unos momentos de silencio, dejó escapar un suspiro dramático. reprimiste una sonrisa, haciendo todo lo posible por ignorarla. sin embargo, para su disgusto, soltó otra, más fuerte que la última vez.
"¿qué es?" le preguntaste sin mirarla.
"Estoy súper, mega aburrida. ¿podemos hacer algo?"
"estamos haciendo algo".
"No, me refiero a algo que no me va a pudrir el cerebro".
"¿Pudrir tu cerebro?"
"____, ya sé todo esto". ella hace un gesto hacia el libro de texto que habías abierto, tomándose la libertad de cerrarlo por ti. "Y sé que tú también, necesitas dejar de estresarte". rodaste los ojos, volteando tu cuerpo para mirarla.
"¿Qué propones que hagamos entonces, hm?" preguntaste, sabiendo que ella no tenía ni idea.
"Podríamos bailar." Se mordió el labio inferior, sonriendo ampliamente.
"¿Bailar?" gemiste.
"¡sí!" ella sonrió.
"Ni siquiera hay música."
"Imagínala."
"Robin, sabes que no-" ni siquiera tuviste tiempo de terminar tu oración antes de que ella te agarrara de la mano y te levantara de tu propio asiento. balanceaba sus brazos haciendo que los tuyos siguieran sus movimientos con tus manos entrelazadas.
Hiciste todo lo posible por contener la risa, con la esperanza de que si actuabas lo suficientemente seria, ella te dejaría volver a estudiar.
pero ¿es eso lo que realmente querías? Robin tenía razón, conocías todo el material, solo querías ir a lo seguro. pero ¿era eso lo correcto? ¿Se suponía que debías ir a lo seguro? te estabas haciendo tantas preguntas que ni siquiera estabas seguro de si estabas hablando de Robin o de tu trabajo escolar. no tuviste tiempo de pensar más antes de que Robin soltara una de tus manos. levantando la otra y haciéndote girar en tu lugar. te volvió a atrapar, articulando la letra de la canción que sonaba en su cabeza.
tu respiración se atascó en tu garganta, dándote cuenta de lo cerca que estaban ustedes dos. te inclinas? intentas hacer un movimiento? ¿Qué carajo se supone que debo hacer? estabas entrando en pánico, solo un poco.
"Necesitas relajarte, ____. no muerdo." Robin habló con su estúpida y extrañamente atractiva voz suave con la ronquera perfecta que te hizo- "ven aquí"
sentiste su mano dejar la tuya, observándola dar un paso hacia el banco, luego la mesa. ella te tendió la mano y aunque viste como un peligro bailar en esta mesa no tan grande, no te importó porque Robin estaba aquí contigo. ella quería bailar contigo, estaba pasando este tiempo contigo.
y eso pareció funcionar por ti, dejaste de lado cada pensamiento bombardeante en tu mente, tomaste la mano de robin y saltaste a la mesa de picnic.
"¡ahí está ella!" robin casi aplaudió, tomando tus manos una vez más y moviendo su cuerpo al ritmo de la música. Ni siquiera podías expresar lo estúpidos que parecían, los pies arrastrando los pies sobre la madera astillada de una mesa de picnic, los brazos agitándose, cacareando como los de un niño de 5 años. pero no te importó.
tu corazón casi se sale de tu cuerpo cuando Robin empujó demasiado cerca del borde, aunque la caída realmente no habría importado, dado que era de 2 pies. todavía jadeaste, inmediatamente lanzando tu mano para atraparla. justo a tiempo, tus manos se unieron, tiraste de Robin de nuevo con una boca en forma de O y múltiples risitas dejándote conmocionada.
"Supongo que podrías decir que me estoy enamorando de ti", bromeó, encogiéndose de hombros para actuar con indiferencia.
"Oh, Dios mío", te sonrojaste de vergüenza por su mal gusto en broma. "nunca vuelvas a decir eso".
"¿Y si así es como me siento realmente?" Su voz de repente se volvió locamente tranquila, los ojos parpadearon de tus ojos a tus labios como si estuviera esperando su oportunidad y tu reacción.
"yo-" no sabías qué decir, así que por una vez en tu vida no dijiste nada. inclinándote, presionaste tus labios contra los de Robin, con los ojos cerrados con fuerza. para tu sorpresa, ella te devolvió el beso, labios suaves sobre los tuyos, manos arrastrándose hasta descansar en tu cintura y si este no era el momento más perfecto, no sabías cuál era. ustedes dos estaban en perfecta sincronía, las energías coincidían con la otra, simplemente perdidos en la sensación de pura felicidad. no te alejaste por lo que pareció una eternidad, tus pulmones prácticamente rogaban por aire. sus ojos aún estaban cerrados cuando abriste los tuyos, envolviendo tus brazos alrededor de su cuello y besando la comisura de su boca para llamar su atención.
