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•Robin y tú coquetean constantemente. ¿El único problema? Ninguna de las dos sabe si la otra realmente lo dice en serio.
Era uno de esos días perfectos de mayo en que todo era brillante y cálido. La mayoría de la gente habría ido al parque, o se habría sentado en su terraza, o habría hecho cualquier cosa, realmente, para disfrutar del clima. Te encontraste dentro de Family Video local, con la esperanza de encontrarte con la chica que te hizo sentir de la misma manera que el clima.
El timbre sonó cuando abriste la puerta, pero nadie te saludó desde el mostrador. Por lo general, tanto Robin como Steve trabajaban los sábados. Tus visitas frecuentes te hicieron amigo de ambos, hasta el punto de que estabas vagamente familiarizada con sus horarios. Amistosa probablemente fue un eufemismo para ti y Robin, en realidad, pero realmente no estabas muy segura de cómo llamarlo.
Descartando su ausencia, te dirigiste al pasillo de Romance. Hacía tiempo que dominabas el arte de inventar razones para estar en Family Video, y la razón de ese día resultó ser tu madre. Como se acercaba su cumpleaños, le ofreciste alquilar su película favorita y te diste una excusa para ver a Robin en el proceso.
"Oooooh, la sección Romance", una voz familiar habló detrás de ti, "¿qué te trae por aquí hoy, señorita?" Sonreíste y te volviste hacia ella.
"Estoy en busca de una película", le informaste, igualando su tono. Volviste hacia el estante dramáticamente y reanudaste tu caza.
"De verdad", dijo Robin con falsa sorpresa, "¿no has conseguido tu dosis? Pensé que ibas a ver Top Gun anoche."
"Lo hice, y creo que es de mala educación que Top Gun no tenga mujeres piloto". Dijiste y le diste un firme asentimiento.
"Oh, bueno, creo que es grosero lo bien que te ves en esos jeans". Ella bromeó de vuelta, y tus ojos se abrieron un poco. Amabas estas interacciones, sin importar cuánto te confundieran.
Dio un grito ahogado dramático y se llevó la mano al corazón. "¡Bueno, lo declaro!" Una sonrisa creció en su rostro ante el acento sureño que estabas haciendo, "Señorita Robin, la gente del pueblo podría escuchar. Piensa en mi propiedad." Bromeaste, poniéndolo en grueso. Ella puso los ojos en blanco, todavía luchando contra una sonrisa, y comenzó a caminar en la otra dirección. Igualaste su paso en un instante.
"¿Qué es lo que estás buscando?" Preguntó, y así terminó otro episodio de coqueteo. ¿O estaba coqueteando? No estabas completamente seguro. Incluso cuando llegaste al final de tu último año, en realidad nunca saliste con nadie. No sabías exactamente cómo era el romance, pero cuando Robin hizo comentarios como ese, estabas bastante segura de que calificaba.
Te sacaste de tus pensamientos para responder a su pregunta. "The sound of music", dijiste, y la excusa entró en juego. "Es la favorita de mi mamá y se acerca su cumpleaños". Robin te acompañó hacia una parte diferente de la tienda después de escuchar el título.
