La Muerte y la Primavera| Un Amor Real

Capítulo 2

Así como prometió Demeter aquel día, se dedicó a tratar su embarazo con esmero, amplió la casa que Yasión había hecho llenándola de muchas flores y árboles a su alrededor, la habitación de su hija la adorno con miles de flores de distintos colores, no sabía por qué pero en su corazón algo le decía que a ella le gustarían mucho. Siguió con sus labores de diosa con los mortales, con la diferencia de que tenía que tomarse recesos porque trabajar embarazada es difícil hasta para un ser inmortal.

Cuando estaba en el 8vo mes pasaron muchas cosas, cuales no se hubiese enterado de no ser por sus hermanas, habían pasado demasiados sucesos en el Olimpo, en primera; Zeus se comprometió con Hera haciéndola la nueva diosa de los dioses, a Demeter le dio lo mismo, no estaba interesada en lo que ellos hagan o dejen de hacer, igual sabía que los dos son igual de tóxicos, su hermana sufriría por las infidelidades de su esposo y Zeus las pagaría con los enfermos celos de Hera. Ella recuerda que él solo le insistió dos veces para que le dejara ver a su hija y esas mismas veces le dejó en claro que nadie se acercaría a ella o conocerían su furia, misma razón por la cual no la volvió a molestar, nadie se atrevería a desafiar a Demeter.

Como era de esperarse, Zeus sí le fue infiel a Hera con distintas diosas, ninfas y humanas, es extraña la relación de ellos desde el punto de vista de Demeter porque a Hera ya la tuvo y no la a despreciado, es más, le insiste que cambiará, que no se separen y Hera tan cruel que es lo termina perdonando, eso sí, muchas amantes conocieron la furia de la diosa del matrimonio y esa misma furia la cobraba con los hijos de ellas. No obstante, no podía deshacerse de todos y muchos terminaron teniendo su lugar en el monte Olimpo (Apolo, Artemisa, Dionisio, Atenea, etc). A veces siente lastima por su hermana, ¿cómo será para ella verlos a diario? Ver en ellos el recuerdo tanta de infidelidad, bien, ese sería su problema.

Otra novedad fue que ellos tuvieron dos hijos, Hefesto y Ares, uno es el dios del fuego y la forga que nació menos agraciado y camina cojo porque Hera molesta por no ser hermoso como ella deseaba lo lanzó de bebé por las escaleras. Él es el herrero de los dioses, se encarga de hacer y perfeccionar las armas de estos y hacer objetos increíblemente hermosos. El segundo "Ares" es el dios de la guerra violenta y sanguinaria, este si fue agraciado a diferencia de su hermano pero verlo provoca terror porque casi siempre se le ve con sangre en su armadura puesto que pasa largas jornadas en los campos de batalla y su apariencia es de un ser alto, robusto y musculoso, una bestia. Lo malo de Ares es su pésima relación con Zeus, se puede decir que el dios del trueno lo odia y su hijo se lo corresponde, raramente se les ve conviviendo juntos o hablar, a uno no le nace sentimiento por el otro.

Y de la última novedad que supo pero si estuvo un poco presente fue en la humillación de Afrodita. Se puede decir que un día Demeter estaba cosechando trigo en una enorme parcela y llego la hermosa mujer muerta en llanto, al principio no lo creía, Dita es extrovertida, despreocupada y muy enérgica, verla llorar no es normal. Después de tranquilzarla más en su casa le contó la atrocidad de la que vivió hace unas horas. Todo empezó porque Zeus al ver que ella despertaba mucho a los hombres del Olimpo por su belleza, provoco conflicto entre ellos y decidio ofrecersela a su hijo Hefesto quien la acepto sólo si con eso lo respetaban como un dios más y todos aceptaron. Afrodita al principio no se opuso viendo las atenciones de Hefesto hacía ella, la trataba como una reina y más cuando le construía tiaras, brazaletes, collares y todo tipo de joyería moldeando a mano los mejores diamantes para ella. Se puede decir que todo estaba bien en su relación, a él le daban su respeto y ella estaba llena de atenciones, mas no todo era perfecto, Hefesto le regalaba muchas cosas para que estuviera contenta pero no le decía nada bonito, como si su cariño lo demostrará con regalos. La diosa intentaba sacar su lado romántico con él pero siempre era lo mismo "estoy cansado" ,"estoy trabajando Afrodita" ," ahora no", "ahora no" y así siempre. Para ser la diosa del amor y la pasión, con él no lograba nada y pronto comenzó a deprimirse de tal manera que las joyas no le sacaban una sonrisa.

La mujer se sentía sola e ignorada, pensaba que las cosas iban bien pero no era así, en ese momento le tocó conocer a Ares, le dio miedo al principio pero fueron tantas las veces que se lo topaba que ya no sentía más que curiosidad por aquel dios que todos evitaban. Su curiosidad llego muy lejos dejándose llevar por aquellos sentimientos que sólo Ares le despertaba y no había experimentado con esa magnitud. Es verdad, lo que hizo a los ojos de cualquiera se llama infidelidad y por los motivos que sea está mal, que al inicio ella tambien pensó que esa relación era una aventura y después se dio cuenta de que se había enamorado de Ares, sí, no obstante, ella no lo hizo como otros pensarían, Hefesto le daba todo materialmente pero no era atento, ni le dedicaba tiempo, ni le decía cosas lindas y Ares a pesar de ser crucificado por ser un ser atroz y sanguinario le demostró más cariño que su esposo. Lamentablemente, Hefesto los descubrió y los expuso de la peor manera posible frente a todos los dioses, razón por la que llego llorando ese día.

A la llegada del 9no mes, los dioses del Olimpo aún cotillaban sobre Afrodita pero está decidió ignorarlo, era su vida no la de ellos, en cuanto a Ares, bueno, si antes se le evitaba ahora le evitaban el doble, sin embargo, hicieron algo que dejo a todos sin habla. Afrodita se separó definitivamente de Hefesto sin importarle las habladurias y consecuencias, ya habían decidido por ella y no término bien , ahora deseaba ser feliz con el hombre que amaba. Así fue , hicieron oficial su unión callando las bocas de muchos, aparte él disfrutaba de la compañia de ella y la llama cariñosamente "Dita".

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Dejando ese tema de lado, tal como Hestia lo predijo, Demeter dio a luz una hermosa bebé de deslumbrantes ojos verde aqua y cabello rojo. La bella niña brillaba en donde estuviera y su sonrisa alegraba el corazon de los que la conocían. El día de su nacimiento estuvieron ahí Afrodita y Hestia, ambas muy emocionadas por ver aquella bebé bonita y delicada. La mujer de cabello castaño y reboso blanco la bendijo con inteligencia, amabilidad y alegría mientras que Afrodita la bendijo con gracia, belleza y en secreto la bendijo para que encontrase el amor de su vida. Obviamente, en el futuro le traerá muchos problemas a la niña con Demeter pero no estaba de acuerdo con la ideología de su madre, se merecía encontrar a alguien.

Demeter llamó a la bella criatura "Persefone" en todos esos años la crio y educó como una madre amorosa pero estricta, recia y autoritaria. La mujer desde muy pequeña le impuso demasiadas reglas sobre el exterior, acerca de no salir mucho y no hablar con los hombres solo podía hacer amiga de sus tias y de las ninfas. A su corta edad le metio en la cabeza ideas de aspirar a ser como Atenea, Artemisa y Hestia, diciendole que ella no debía casarse nunca puesto que los hombres y más si son dioses son unos depredadores que solo saben lastimar, mentir y humillar.

De ese modo , Persefone crecio ignorante de lo que ocurría en el Olimpo, de conocer a los demás dioses, de saber como son los humanos y sobre todo desconocía de porque su mamá le prohibía tanto el conocer más lugares y hablar con más personas. Ella solo conocía a los dioses por lo que hablaban sus tias sobre ellos, ellas cuentan la verdad mientras que su madre le dice que ellos no son importantes en su vida. Las dudas más frecuentes de Persefone era de su padre, de sus tíos, tias, primos y primas pero su madre nunca le decía cosas satisfactorias, unicamente decía "me tienes a mi, a ellos no los necesitas".

Con el tiempo decidió ya no seguirle preguntando esas cosas a su mamá puesto que no lograría nada, simplemente, prefirió darle gusto, si su madre le dice que ellos no son importantes, le creyó, solo una madre sabe lo que es mejor para su hija. Con los años se apegó a las costumbres y lecciónes de su tia Hestia, adoraba su personalidad tan tranquila, le contaba historias acerca de varios héroes a lo largo de la historia, le hablo sobre la titanomaquia, cómo se creo la tierra, quienes son los padres de ellos y cómo vencieron a Cronos.

Persefone en su edad adulta fue considerada la diosa de la primavera, su nombramiento fue festejado en casa de ellas, ese convivio duró hasta la medianoche con el obsequio de las tres diosas, la corona de flores que representaría lo que es. Al finalizar el festejo, la joven se fue a dormir no sin antes mirar la ventana de su habitación que daba una vista muy lejana al monte Olimpo. La chica soltó un suspiro desganado, ¿cómo serán todos ellos para que su madre le prohiba verlos? ¿Qué hay más allá de la enorme colina? ¿será que algún día conocerá bien la tierra o así será su vida siempre? Sinceramente, aunque ame a su mamá, a sus tias y a sus amigas, ella deseaba ser más libre.