Capítulo 3

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En las profundidades de la tierra, en un lugar oscuro, sombrío y lúgubre conocido como el inframundo vigilado a todas horas por el gigante Cancerbero, donde llegaban las almas de muchos muertos a través de su viaje con el barquero hasta llegar a los cimientos de una estructura tan imponente como tenebrosa, de varios metros de altura construida de materiales como obsidiana, huesos y piedra volcánica. Esa inmensa fortaleza es el castillo del averno, una vez dentro son guiados a la sala de juicio donde se decidirá si las almas irán al tártaro, al lago del olvido o a los campos de Elíseo. El destino de cada alma se pone a discusión de los tres demonios que forman parte del juzgado (Minos , Eaco y Radamantis), entre ellos analizan el pasado de cada persona y determinan si es culpable o inocente. Su decisión no es definitiva, su trabajo es dar esa sugerencia, pues, la última palabra la tiene el ser sentado en el trono color negro con detalles en plata y adornada de huesos, diamantes rojos, espinas y rosas negras, ese ser de apariencia tenebrosa y hostil es Hades, el dios de los muertos, rey del inframundo.

Hace muchos años cuando triunfaron en la titanomaquia y se dispusieron a repartirse la tierra, él no tenía intenciones de reinar los cielos, su inclinación siempre fue por el lado oscuro, sin ser el dios de los muertos en ese momento, en él ya aceptaba esa energía y los espíritus de los caídos en las batallas a diferencia de los demás él sí los veía. Ante sus hermanos demostró ser un gran guerrero como ellos, de hecho, su poder podría superar al de Zeus. Durante la guerra hizo uso de sus habilidades invocando al Kraken para que peleará con los titanes, creyó que con eso sus hermanos lo verían como alguien fuerte e importante, lo que no se esperaba era que sus hermanos, más Zeus, temerían de su poder y fuese visto como una amenaza.

Tras la derrota de su padre Cronos, a los días celebraron en honor a su victoria y ahí mismo decidieron como repartirse el mundo. En esa reunión esperaba decirles que preferiría el mando relacionada a la tierra, no sentia que el cielo o el mar fueran lo suyo. Nuevamente, no espero lo que sucedio ese día , ese decepcionante día, Zeus se auto proclamo el cielo, proclamaron a Poseidón el regente del mar y a él se le proclamó el rey del inframundo, estaba feliz por eso, podía ser un lugar espeluznante pero fue relacionado a lo que quería.

En el brindis, Poseidón se acerco a él para felicitarlo por su reino y cuando estaba por devolverle el gesto un intenso dolor por todo el cuerpo lo invadió quitandole el aire y tirandolo al piso. Poseidón trataba de auxiliarlo muy asustado al ver como se retorcia su hermano, Hades gritaba de dolor hasta casi quedarse sin cuerdas bucales, las otras diosas se acercaron alarmadas viendo con terror como una bruma negra envolvía al mayor haciendo su piel pálida como la de un muerto, hizo sus uñas puntiagudas ligeramente largas, sus ojos marrón oscuro cambiaron a rojo sangre, su túnica antes blanca se torno negra y en su cabeza descansaban unos grandes cuernos. Cuando el dolor se fue, la bruma desaparició haciendo que pudiese recuperar la cordura, sus hermanos lo miraban con horrorizados, de los seis, él poseía una apariencia aterradora y un aura maligna, como un autentico demonio, nadie entendía cómo pudo ocurrir de la nada, de seguro fue por el hecho de adjudicarse el averno. Poseidón estaba asustado pero seguía siendo su amigo y hermano, antes de poder decirle algo, Hades intento hablar y acercarse a sus otros hermanos pero estos sólo le mostraron horror y rechazo. Fue ahí que Zeus dijo "era lo mejor hermano" momento en que la tierra se abrió en un profundo agujero que arrastro al mayor a sus entrañas, lo último que se escuchó fueron los gritos de Hades al caer y de Poseidón desde arriba gritando el nombre de su querido hermano.

Al caer al inframundo perdió la conciencia por breves instantes, cuando despertó se encontró con la sopresa de ver un cielo en completa oscuridad, relieves montañosos con ríos de lava que corrían en diferentes direcciones, olor azufre por todos lados, rugidos y ruidos de extrañas criaturas se percibían a lo lejos. Hecho una mirada al suelo, el cual era tierra negra como residuo volcánico y cenizas. En definitiva, es el inframundo, era obvio que terminaría ahí pero algo le decía que no fue de la mejor manera, Zeus le dijo algo antes de ser absorbido, cuando pensaba en irse y exigirle una explicación a Zeus se dio cuenta de que no pudo cruzar el umbral que divide el mundo de los vivos con el de los muertos, lo intento con desesperación otras mil veces y una violenta sacudida de la tierra le hace perder el equilibrio y cae de nuevo al suelo.

La Muerte y la Primavera| Un Amor RealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora