Capítulo 7

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Desde la desaparición de su hija, Demeter se ha sumido en la preocupación, agonía y miedo absoluto. Su intranquilidad llego desde que no llego al almuerzo, espero y espero pero su niña nunca regreso, la tarde llegaba sin su llegada, fue entonces que salió de su casa asustada en búsqueda de su hija. Paso varios días vagando por la tierra preguntando a quienes veía si habían visto, incluso pregunto a las ninfas si la vieron pero le dijeron que ese día no la habían ido a visitar. Fue entonces que el terror a que se haya perdido, la hayan raptado o este muerta la atormentaba a diario llorando amargamente por su Persefone. Fueron tantos los días que pasó fuera de su casa que las diosas Afrodita y Hestia al no ver a ninguna en casa se preocuparon y salieron a buscarlas.

Tres días después, las diosas encontraron a Demeter llorando bajo sombra de un árbol. Se acercaron asustadas a ella quien al verlas se abalanzó a ellas abrazándolas mientras sollozaba. Después de un rato en que ambas la pudieron tranquilizar, la diosa de la tierra les pudo explicar qué pasó.

---Hace varios días, mi niña me pidió permiso para salir a recoger flores y la dejé salir con la condición de regresar puntual al almuerzo. Paso el tiempo, llegó la hora de comer y ella no llegaba, esperé más hasta que comenzó a ocultarse el sol y salí a buscarla sin éxito alguno. Incluso le pregunté a sus amigas las ninfas y me dijeron que ese día no estaban con mi bebé. Mi niña desapareció y hasta ahora no la encuentro.--- dicho eso se puso a llorar de nuevo.

Hestia abrazo a su hermana soltando varias lágrimas mientras que Afrodita se sentía morir "Maldita sea, Hades, te dije que dejarás el tema por la paz. Mira el lio que causó tu terquedad" pensó preocupada al extremo, no daría vueltas en el asunto, él se la llevó y lo único que le aliviaba era que sabe muy bien que él no le haría daño.

---Hermana, tranquila encontraremos a Persefone, nosotras te ayudaremos y no permitiremos que nada malo le pase.--- decía Hestia secando las lágrimas de Demeter.

---La he buscado por todos lados sin encontrarla, es como si se la hubiese tragado la tierra.--- al decir eso a Afrodita se le vino un color tras otro.

---Soló hay alguien que puede decirnos donde esta Demeter, el que todo lo ve y más si es de día.

Ambas diosas miraron a Afrodita con una sonrisa, es verdad, el hecho ocurrió en el día, como no se les vino ese pensamiento antes, sólo él les diría lo que paso.

Las diosas emprendieron viaje a lo alto de unas montañas así era más fácil comunicarse con él, sí, el ser que las ayudará es nada más y nada menos que Helios, la personalización del sol. La figura de los cielos es conocida por resolver las incognitas y ayudar en situaciones como estas, por lo que se ganó el apodo de "chismoso" pero tampoco se le puede culpar, su vista alcanza hasta donde sus majestuosos rayos de luz toquen.

En el camino las únicas diosas que iban platicando son la diosa del fuego hogareño y la del amor , haciendo bromas y platicando de sus asuntos personales en ciertas ocasiones. La única que no hablaba era Demeter, pues, aún teniendo la seguridad de que el astro rey le revelará dónde está su niña, aun sentia el pecho oprimido por la angustia, ella no descansaria hasta verla de nuevo a su lado.

Con el duro camino por tan empinadas piedras, las diosas llegaron a la cima recibidas por la inclemente luz del sol.

--Oh Helios, personificación del sol, nuestro gran astro rey preséntate ante nosotras, pues, necesitamos de tu ayuda.-- habló Hestia elevando sus brazos al cielo.

De pronto, el sol emitió una luz más potente de la normal haciendo que las tres mujeres se cubrieran sus ojos. Luego de eso, se escucho una voz profunda e hipnotizante, tan maravillosa como tenebrosa que doblaría las piernas del más valiente.

La Muerte y la Primavera| Un Amor RealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora