Capítulo 10.

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Harry.

Estoy en la pista de atletismo charlando con Zayn, un amigo que conocí en la universidad el primer año, y desde entonces somos amigos. Es algo fanfarrón y mujeriego, aunque tiene novia desde hace tiempo. A nuestra conversación, sobre rutinas de ejercicios para mantenernos en forma, se ha apuntado el chico rubio que estaba ligando con la amiga de Marta, Ana creo que se llama, el otro día en la fiesta. De repente, mira detrás de mi y sonríe. Habrá visto a alguien conocido, pienso yo. Hasta que da un grito para llamar a dicha persona.

- ¡Marta! Vente con nosotros a calentar.- Me doy la vuelta. ¡No puede ser! ¿qué está haciendo aquí y vestida así? Claro que va vestida como cualquier persona para hacer deporte, pero mi acumulación de sangre en mi entrepierna me impide pensar con claridad. Me quedo con cara de gilipollas mientras la sigo con la mirada hasta que llega a nuestro lado y me mira con su sonrisa de prepotencia como si me dijera que está apunto de ganar el juego, y la creo, ya debo estar babeando.

- Hola chicos, me llamo Marta.- Nos saluda y se presenta a mi amigo. Parece que Niall, el rubio que así se llama, la conoce bastante bien porque se dan un abrazo amistoso mientras le acaricia la piel de la espalda que tiene al descubierto.

- Encantado, me llamo Zayn.- Conozco esa mirada, está echándole el ojo a la "presa" como diría él, ¡y para nada Marta es una presa! Ella le acepta la mano que le extiende y le sonríe educadamente antes de volverse hacia Niall.

- ¿Empezamos a calentar Niall?- el asiente y si apartan un poco adelante de nosotros.

Me quedo embobado mirando a Marta, que está de espaldas a mi dándome unas vistas increíbles de su perfecto trasero. Mientras calienta con Niall, no paran de reírse y hablar, en lo que mueve las caderas en círculos con las manos apoyadas en la cintura. Esto me esta dando mucho calor. Su posición de calentamiento cambia, parece que van a estirar las piernas, ¡oh no! Se agacha para cogerse los tobillos con las manos y... ahí está su culo en pompa. Esto ha sido mi perdición, creo que no voy a poder correr, no me queda sangre circulando fuera de mi erección.

- Joder, vaya espectáculo ver el impresionante culo de Marta.- Dice Zayn con la mirada fija a dónde la tenía yo. La está devorando con la mirada. Lo voy a matar.

- Tío, córtate un poco ¿no?- le digo propinando un codazo en sus costillas, aparentemente de broma, aunque en realidad esté ardiendo, por ella y por el caza mujeres de una noche. Zayn levanta las manos en señal de inocencia, yo pongo los ojos en blanco.

Calentamos nosotros dos, de forma rápida ya que no tengo la cabeza donde tengo que tenerla después de ver el culo de Marta embutido en esas mallas meneándose. Eso en la vida olvidaré eso. Quizá me ayude en mi sexo en soledad.

Marta ha empezado a correr junto con Niall, a unos cuantos metros se les ha unido su amiga Ana y la pareja acaramelada ha dejado a Marta corriendo sola. Empiezo a correr para alcanzarla para hacerle compañía y para no tener su culo corriendo delante de mi, es demasiada tentación.

- ¿Te han dejado sola?- se vuelve para asentir con una sonrisa, es demasiado guapa cuando sonríe tan tiernamente.- Te has puesto esa ropa y has venido para torturarme.- Me mira fingiendo estar ofendida y estalla a carcajadas.

Seguimos corriendo. Mi dolor en mi entrepierna se hace mayor cuando paramos y estiramos. Marta se pone delante de espaldas a mi y hace el mismo estiramiento de antes agarrándose los tobillos dejando su culo muy cerca de mi erección. ¡Joder! No voy a aguantar una mierda en este juego, voy a perder, me pone demasiado.

Ella se levanta, se da la vuelta, me mira fijamente mientras esboza una sonrisa pícara y me guiña un ojo antes de alejarse hacia los vestuarios. Me quedo ahí pasmado, más caliente que el pico de una plancha. Salgo de mi ensoñación antes de que ella cruce la puerta, corro hacia ella. Voy a devolverle lo que ella me ha hecho a mí.

La agarro por un brazo y tiro de ella hacia un vestuario individual del de los chicos. Cuando ya he cerrado la puerta, pongo a Marta contra ella de espaldas a mi mientras sujeto firmemente sus manos por encima de su cabeza apoyadas en la puerta.

- ¿Qué estabas haciendo allí fuera?- pego mi erección a su culo de un golpe mientras soltamos un gemido los dos.

- Estaba corriendo, ¿tu te has corrido? Digo... ¿has corrido?- bromea con una risita inocente que va directa abajo, entre mis piernas. Le doy otro golpe de cadera a su precioso trasero.

- Con que esas tenemos, ¿eh? Así que yo puedo hacer esto...- toco su entrepierna por encima de esas finas mallas. Escucho como aguanta la respiración y se tensa.- O esto...- meto la mano dentro de su ropa interior y acaricio su clítoris con tranquilidad. Ella suelta un pequeño gemido.- No sabes como me pones.- Me refriego en su trasero jadeante mientras sigo masturbándola. Introduzco un dedo en ella y gime un poco más fuerte.- Shhhht.- le advierto.

- No estamos en tu habitación, no mandas tú.- No mando yo, y con ella probablemente no mande ni en mi habitación, pero voy a devolverle lo que me ha hecho a mí allí fuera.

Le bajo los pantalones y las bragas. Me agacho detrás de ella y contemplo su hinchada entrepierna mientras introduzco mi dedo lentamente. Ella gime. Creo que me estoy torturando más a mí mismo, esto es demasiado sexy. Pero no ceso es provocarla. Lentamente lamo su clítoris hasta llegar a su agujero mojado, está deliciosa. Sorprendentemente, ella sigue con las manos apoyadas a la puerta.

- Eres deliciosa y preciosa.- Sigo saboreándola. De cada vez esté más húmeda y más jadeante.

- Vas a perder.- Dice entre gemidos.- Yo puedo aguantar esto, en cambio, tu no has podido aguantar verme mover el culo.

¿Ah si?

Me levando, me saco el pene por encima de los pantalones y la penetro. Ella da un respingo y suelta un gemido ante mi invasión. Yo rujo detrás de ella. Madre mía lo que le hacía ahora. Pero tengo que ser más fuerte que ella. Le saco mi erección, mientras ella gime ante la fricción, vuelvo a esconderla en los pantalones, le coloco su ropa interior y sus pantalones en su lugar y le doy la vuelta para que me mire. Esta excitada. Con las pupilas dilatadas, jadeante y la boca entreabierta, lo que me provoca besar esa boca descontroladamente.

- Nos vemos dentro de una hora en mi habitación.- Ella no dice nada, solo me mira. Le doy un beso en los labios, tiro de ella hasta fuera y me voy.

Voy a ganar yo esta tarde. No puedo estar mucho más tiempo sin saciarme de su cuerpo.

Empieza el juego. H.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora