Capítulo 67.

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Me despierto a las tantas de la mañana. No hay nadie en casa, todos se han ido a clase. Harry no me ha despertado, aún quiere que descanse aunque el polvo de ayer fuera mucho más agotador que ir a clase.

Cuando me levanto, voy directa a la cocina, mi estómago ruge. Mi desayuno está encima de la mesa, excepto la leche y el zumo, que están en la nevera. El zumo natural, exprimido por el mismísimo Harry, me espera en un vaso fresquito de la nevera.

Al terminar el desayuno, arreglo mi habitación y mientras me estoy vistiendo suena el timbre de la puerta. Termino de embutirme en la ropa a toda prisa y corro hacia la puerta. Delante de mí hay una chica rubia, unos pocos años mayor que yo. Sus ojos carecen de brillo, aunque tiene algo que me resulta familiar.

- Hola, ¿está Harry? Me han dicho que podría encontrarlo aquí.-Dice la desconocida sin mostrar felicidad alguna.

- Ahora mismo no está. Pero no creo que tarde en llegar.- La chica levanta la manga de su jersey para mirar el reloj y puedo ver unos moratones en su brazo. Al momento sé quien es sin haberla visto nunca.- Si quieres puedes pasar a tomar algo hasta que vuelva, está en clase.

- No puedo esperar, no tengo tiempo.- Se pone nerviosa.

- Eres Gemma, ¿verdad?- Asiente con la cabeza.- No te marches, insisto a que lo esperes, por favor.

- Está bien.- Entra y le señalo la sala de estar. Le pregunto que quiere tomar, solo quiere agua.

- No quiero meterme donde no me llaman, pero, si necesitas ayuda puedes quedarte aquí, hay sitio de sobra.

- ¿Te lo ha contado?- Asiento.- Necesito su ayuda, es el único que me entiende. Espero que no te moleste.- ¿Que no me moleste? Es su hermana.

- ¿Por qué iba a molestarme que te ayude?- Acaricio su mano para intentar apaciguar su estado nervioso.- Es más, puedes contar conmigo también.- Le sonrío, y por primera vez veo sus dientes relucientes en una tímida sonrisa.

- Tiene suerte de tener una novia como tú. Es un chico increíble, y no lo digo solo porque sea mi hermano.

- Yo también tengo mucha suerte de tenerlo.- Suspiro pensativa, es la pura verdad, tengo mucha suerte de tener a una persona así a mi lado.

- No sabía que vivíais juntos. Sólo llamó a mi madre para avisarle que dejaba la residencia y que pagara el alquiler de esta casa. No le dijo que se fuera a vivir contigo.

- En realidad somos compañeros de piso, algo especiales, eso sí.- Me río.- Aquí también viven otro chico y otra chica.

Escuchamos la puerta abrirse y el, ya típico, "hola nena" de Harry. Entra sonriente en el salón, aunque su cara se queda blanca al ver a su hermana. El terror sobresale de sus ojos.

- ¡Gemma! ¿Estás bien? ¿Qué te ha hecho ese cabrón?- Corre hacia nosotras y se arrodilla delante de su hermana. Ella rompe a llorar y se abrazan.

- No puedo más Harry, esto es un infierno. Lo amo, pero no puedo aguantarlo más. Va a darme una paliza cuando llegue a casa, y mamá ni siquiera intentará evitarlo.- A mí se me saltan las lágrimas al verla así. Mi corazón se estruja al ver que una madre apoya a su yerno para que maltrate a su pobre hija.

- Os dejo solos.- Intento levantarme, pero Harry me lo impide.

- Quédate.- Me acaricia la mano a la vez que se separa de Gemma.- Mira, Gemma, ella es Marta. Es la mujer más especial de mi vida, junto a ti y, aunque no se lo merezca, junto a mamá.- Soy especial para él. ¡Soy especial para Harry! ¡Soy la más especial, junto a su família!- Marta va a ayudarte, sabe mucho de estos temas, y yo también voy a ayudarte.

- Claro, Gemma. Quédate a vivir con nosotros, si no quieres volver a esa casa y a ese infierno, aquí tienes sitio. Hay cuatro habitaciones y apenas se usan dos. Puedes tener mi cuarto o el de Harry, el que más te guste.- Con mi mano libre acaricio la mano de la chica y me sorprende con una abierta sonrisa y un abrazo.

Empieza el juego. H.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora