Cuando llego a mi habitación me desnudo rápidamente y me quedo en ropa interior, estoy segura de que Harry viene corriendo. En menos de un minuto mi puerta se abre y se cierra de un portazo, me doy la vuelta y ahí está, sin camiseta, ésta ya está en el suelo. Sus manos están desabrochando sus pantalones y su mirada vagando por mi cuerpo casi desnudo.
- Tranquilo, nene. Solo quiero hablar. Tenía calor, por eso estoy así.- Intento parecer seria, aunque su cara de desesperación hace que me sea muy difícil aguantarme la risa.
- ¿Hablar?- Tiene las cejas levantadas por del desconcierto.- Después ya hablaremos, también vas a tener más calor. Ya sabes, la fricción crea calor.- Se acerca peligrosamente a mí.
- No, primero vamos a hablar.- Me quito el sujetador. Se queda boquiabierto.- Como bien sabes, el viernes vienen mis padres y se quedan hasta el domingo.- Asiente con la cabeza, sigue confundido. Me quito las bragas.- En todo el fin de semana no podremos acostarnos ni besarnos.- Agarro sus manos y las coloco en mis pechos.- Tendrás que darme todo el placer que no podrás darme. Por eso estás en mi habitación, porque yo voy a recibir todo el placer, o la mayoría de ello.
- Pero por la noche duermen en un hotel, no duermen aquí.- Masajea mis pechos.- Puedo hacerte de todo por la noche.
- He dicho, que esta semana voy a recibir yo el placer. ¿Vas a hacerme la contraria en mi habitación?- Hago cara de pena.
- Está bien, pero prepara esa boca para la semana que viene. Estarás todos los días en mi habitación.- Le sonrío, me encanta este Harry sucio.
- Siéntate en la cama, quiero que me masturbes como aquella vez que me diste un adelanto de tu dureza.- Niega con la cabeza y yo lo miro mal.
- Túmbate, voy a comerte entera. ¿Cuantas veces quieres correrte, preciosa?
- Todas las necesarias.- Le guiño el ojo y me tumbo en la cama
Su lengua se pasea por todo mi cuerpo hasta llegar a mi centro de placer. Se entretiene ahí, haciéndome gemir y gritar de placer, cuando en unos momentos, me hace llegar al orgasmo. Es increíble el esfuerzo que pone siempre en mi placer.
Levanta su cuerpo y se pone sobre mí, me besa lentamente. Se entretiene en mi boca un tiempo, frotando nuestros sexos lentamente. Me recuerda que le de un condón y lo busco en mi cajón, a ciegas, no me ha dejado levantar.
Se pone el preservativo y me penetra lentamente, su ritmo es lento, placentero. Se toma su tiempo para besarme y acariciarme. Nuestras pesadas respiraciones se mezclan entre nuestros besos. La delicadeza de sus movimientos y de sus besos me va acercando lentamente al orgasmo, haciéndome disfrutar de cada roce.
- ¿Te gusta así?- Asiento con la cabeza volviendo a sus labios.
Después de unos minutos de besos y movimientos suaves empieza a moverse más rápido y firme. Nuestros gemidos aumentan y en un momento, los dos estamos jadeando después del gran final.
Me besa y se tumba a mi lado, rodeando mi cuerpo con sus tatuados brazos, después de deshacerse el condón.
Me ha encantado este ritmo lento, esos besos y esa conexión entre nosotros. Lo que me preocupa es que acaba de hacerme el amor. ¿Querrá hacerme entrar en razón de que estoy enamorada o querrá que acepte que los sentimientos son buenos?
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Empieza el juego. H.S.
FanficAquí estoy yo, en el aeropuerto de Madrid con mis padres de camino al que será mi hogar durante los próximos dos años, la residencia de la universidad. Nunca me había sentido tan extraña emocionalmente hablando, voy a separarme de mis padres en dos...