Capítulo 81.

2.1K 136 13
                                    

Estoy pasmada, estupefacta, asqueada, iracunda y muda. Sobretodo muda. Marcos y Laura se ríen a mi alrededor, Gemma llora y Harry me acaricia la espalda e intenta que salga alguna palabra de mi boca o que aparezca algún tipo de emoción en mi cara. Pero soy incapaz.

Tengo delante una habitación repleta de armas de fuego. Grandes, pequeñas, diminutas... de todos los tamaños. Nunca había visto una pistola en mi vida. Jamás había estado de acuerdo con la legalización de las armas porqué su propósito era, únicamente, herir y matar.

Mi reacción, aparte de la sorprendente colección de asesinos de hojalata que tenía en frente, era porqué estaban en casa de la familia de la persona que amaba, y porqué decían tener algo que ver con la venta de muertes. Obviamente, eso me hizo cavilar, él y su familia se dedicaban al tráfico de armas, al tráfico de muertes.

Lo peor ha sido recorrer la habitación con la mirada hasta pararse en una pared recubierta de fotografías. ¿Qué pinta aquello al lado de las armas que venden? En ella, había fotografías de innumerables personas, algunas tal cual y otras con una cruz en la cara. ¿Serían los clientes?

- Nena, dime algo.- Susurra un implorante Harry.

- ¿Traficas con armas?- Salío, por fin, un graznido de mi boca seca.

- Mi padrastro está metido en esta mierda, y yo tuve que participar en la peor época de mi vida para conseguir dinero.- Su voz denota tristeza.

- Cuando estuviste con ésta.- Digo refiriéndome a Laura. Asiente con la cabeza.- ¿Por qué te has metido ahora?- La verdad, no entendía porqué estaba en esta mierda en estos momentos, no necesitaba droga ni dinero extra.

- Mi padrastro tiene muchas deudas con algunos socios, y para joder, me han metido a mí para saldarlas.- Se acerca a mi y me abraza.- Lo siento.- Dice en mi oído.

- Nadie sale de este mundo.- Dice Marcos.

- En cuanto haya saldado la deuda no pienso acercarme nunca más. Me iré de Madrid.- Harry se dirige a Marcos.

- No le has contado la mejor parte de todo, Styles.- Escucho un Marcos burlón. Levanto la vista y miro a Harry alarmada.

- ¿Quienes son los de las fotos?- Pregunto histérica, espero que no sea lo que pienso.

- Son morosos, a los que hay que matar.- Contesta Marcos a mi pregunta, mientras Harry me mira tremendamente dolido.

- ¿Has matado a alguien?- Sollozo a más no poder, no me puedo creer que haya compartido cama con un asesino.

- ¡No! ¡Jamás he matado a nadie!- Suspiro ante la franqueza de Harry. Me alivia que, a pesar de todo esto, no haya matado a nadie.

- No entiendo porqué me tenias que dejar para dedicarte de nuevo a esto.

- Porqué no quería meterte en este mundo, además de que Laura me había amenazado.

- Como llames a la policía estás muerta.- Comenta la zorra. Yo no le hago ni puñetero caso.

- Harry, no quiero saber nada de esto. Estás vendiendo armas para matar a gente y siendo cómplice de asesinatos. No puedo estar contigo así, pensando que cuando te vas de mi lado es para ir a ofrecerle el arma homicida a alguien.- Digo muy segura de mí misma.

- ¿Estás terminando lo nuestro?- Pregunta Harry incrédulo.

- Sí. Hasta que salgas completamente de este mundo no quiero que nos veamos.- Mis ojos empiezan a derramar más lágrimas.- Si te interesa más el cuantioso dinero sucio que obtengas con esto después de saldar la puta deuda, olvídate de mí. Prefiero ser pobre que tener las manos manchadas de la sangre de otros.- A pesar de mi llanto, jamás había estado tan segura.

- Cuando haya saldado la deuda iré a por ti.- Se acerca a mis labios.- Espérame, por favor.

- ¿Dejarás esta mierda?- Digo muy cerca de sus labios.

- Te juro que lo dejaré. Entiendo que quieras irte, yo tampoco quiero pertenecer a este mundo.- Agarra mi mano y la apoya sobre mi tatuaje en su corazón.- Te amo, Marta.

- Prométeme que volverás a buscarme.- Susurro entre sollozos en sus labios.- Aún no lo he lamido.- Hago una mueca intentando hacer una sonrisa que no me sale.

- Lo prometo. Iré a buscarte allí donde estés.

- Te amo, Harry.- Me besa tiernamente en forma de despedida.

- Te adoro, Marta. Siempre estarás aquí.- Aprieta mi mano que está en su pecho.

- Siempre.- Susurro antes de irme llorando, cruzando ese jardín de la muerte enmascarado de flores.



Empieza el juego. H.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora