Parte 15

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–¿Señor, usted estará presente en el quirófano? – Preguntó una de las enfermeras. El asintió y se acercó a Sara, tomó sus manos que estaban frías y temblorosas y las besó. –Señor acompáñeme por aquí.

–Todo va a estar bien, amor –Besó su frente y siguió a la enfermera.

–¿Puedo preguntarle qué fue lo que paso? Esta mañana mi esposa se encontraba muy bien y ahora está a punto de entrar al quirófano de emergencia. –Su voz sonó quebrada.

–Su esposa tuvo un fuerte dolor en la pelvis y presento sangrado, tomamos sus pulsaciones y habían aumentado considerablemente. La doctora tomo la decisión de hacer la cesárea ahora mismo, ya que por la edad de su esposa y debido a que se trata de un embarazo múltiple puede haber muchos problemas si esperamos más tiempo.

–¿Pero los bebés están bien?

–Hasta ahora los latidos de los bebés han sido constantes, esperamos que sus órganos estén bien formados, pero eso solo lo sabremos una vez hayan nacido. Aquí tiene para que se cambie, en un momento vengo por usted.

–Gracias. –Franco tomo el paquete con manos temblorosas.

–Y no se preocupe, haremos todo lo posible para que ellos estén bien.

Franco sonrió y la enfermera salió de la habitación, dándole privacidad para que se cambiara. Una vez solo dejó que las lágrimas cayeran por sus mejillas, por unos minutos se permitió sentir miedo por lo que pudiera pasarle a su mujer y a sus hijos ya que cuando estuviera al lado de Sara tendría que darle todo el apoyo y la fuerza que ella necesitaba. Pasó sus manos por la cara, limpiándose las lágrimas. "Todo va a estar bien" pensó.

Llegaron al quirófano, donde ya estaba todo listo para la operación, Franco se acercó a Sara, le acarició el cabello y le dio un beso en la coronilla.

–Te amo, Sara. –Estas palabras eran todo lo que ella necesitaba en este momento. Sara tomó la mano de Franco y lo miro a los ojos. Se notaba que había estado llorando, acarició su mejilla.

–Prométeme que si algo me pasa cuidaras de nuestros hijos. –Las lágrimas caían por su rostro– Prométemelo, Franco.

–Nada malo va a pasarte, Sara. Escúchame bien –Tomó su rostro y la miro a los ojos– Todo va a salir bien y pronto vamos a sostener a nuestros bebitos en los brazos y juntos vamos a cuidarlos y a amarlos, ¿me escuchas? ­–Asintió y Franco limpió sus mejillas.

–Ahora sí, estamos listos. Vamos a empezar con la cesárea. Sara, sentirás un poco de presión, pero nada más.

La doctora procedió a hacer la incisión, Franco no dejaba de acariciar la cabeza de Sara mientras sostenía su mano.

–Muy bien, aquí está el primero, es un niño. –El sonido del llanto del bebé los lleno de emoción, Franco besó la frente de su mujer y se separó de ella para ver a su hijo. Rápidamente se llevaron al bebé para evaluarlo y ver que todo estuviera bien– Aquí viene el segundo bebé, una niña. –Franco se asomó para ver a su hija, Sara se preocupó al no escuchar su llanto.

–¿Qué pasa, doctora? ¿Franco, qué está pasando? ¿Por qué no llora? –Sara se sentía impotente ya que no podía moverse de donde estaba, necesitaba saber que sucedía con sus hijos. Los doctores de neo se llevaron a los bebés en incubadoras y ella no pudo ver nada. Franco no entendía nada de lo que estaba pasando, ya que todo paso muy rápido.

–Están evaluando a los bebés, recuerda que son prematuros y sus pulmones aún no han terminado de madurar, ahora necesitamos cerrar la incisión para pasarte a recuperación. Cuando estés lista una enfermera te llevara a la UCIN, donde podrás ver a tus bebés.

Una Noche de PasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora