BUSCÁNDOTE {ShinKami}

CAPÍTULO 23: PÁNICO

Jueves, 17 de enero, 11:17pm:

Los villanos acaban de apagar la luz y cerrar la puerta después de salir ellos por ella. Dejando así sólo, asustado y a oscuras a Kaminari.

Éste sigue desesperado por el dolor de cabeza y las gotas de sangre no paran de fluir y gotear de su frente hasta su barbilla. Las cadenas no son lo suficientemente largas como para que se pueda limpiar la cara, ni siquiera puede juntar las manos, los pies y apenas puede mover la cabeza ya que también está cogido del cuello.

Afortunadamente, detrás suyo tiene una pared en la que puede apoyarse. Los brazos le quedan colgando de las cadenas, pero agradece no tener que estar sosteniendo su peso todo el rato.

Cierra los ojos despacio esperando poder descansar unos pocos minutos. Y así sucede hasta que el chirrido de la puerta rebota contra las paredes del almacén creando un eco agonizante.

<<¿Ni siquiera van a esperar a mañana?>> Se escandaliza Denki. Del exterior entra una figura bajita dando pequeños pero saltarines pasos. Por lo que deduce Kaminari, debe ser Toga, y lo confirma cuando se enciende la luz.

Empieza a tener más miedo aún. ¿Qué no podrá esperar a mañana? La chica se acerca a paso lento ahora a Kaminari y éste nota su pulso acelerarse a medida que la distancia entre ambos se reduce.

Se acerca unos metros más y saca un paño y algo de alcohol. Denki al principio intenta imaginarse algún tipo de tortura que conlleve el uso de ambas cosas. Y a continuación Toga empieza a verter pequeños chorros de alcohol en la tela. La acerca a la frente de Kaminari y empieza a palpar suave en la herida.

Éste se queda aún más desconcertado. Lo está… ¿Curando?

-No me malinterpretes. Soy una villana, pero no un monstruo. Además no me gusta tratar mal a la gente. Por lo que parece a ti tampoco, ¿no? No como ese amigo tuyo de Bakugou. No sabe tratar con nadie, a que no. Si Tomura-kun me viera me diría algo y por eso lo hago ahora.- Toga habla alegremente, como si lo que dijera fuera lo más común del mundo.

Denki no sabe qué responder. Tiene miedo de que sea otra trampa y suceda algo terrible. Así que se limita a quedarse quieto y en completo silencio. Le escuece pero no mueve ni un pelo.

Ella sigue dando pequeños toques en la herida para desinfectarla a la vez que limpia la sangre, y una gota más se desliza esta vez cerca de la oreja. Toga acerca un dedo y recoge la gota con él justo antes de metérselo en la boca.

-Mmm… ¡Qué buena! Eres de tipo 0, ¿Verdad? Me encanta la sangre tipo 0, incluso más que la B.- Comenta con una enorme sonrisa de satisfacción y gozo en su cara.

Kaminari sólo traga saliva y asiente levemente. Está loca, o quizás actuando, pero da miedo de todas maneras.

Toga termina y pone un esparadrapo en la zona del golpe para tapar la herida. Denki le está agradecido, aunque sigue sin fiarse de ella, ni de ninguno.

-He terminado. ¡Nos vemos mañana!- Denki sonríe casi por accidente después de esas palabras. Para ser ella quien lo ha secuestrado, no es tan terrible. -Me muero por ver lo que tiene pensado Tomura-kun.- Y el miedo vuelve a apoderarse de él.

Himiko abandona el lugar apagando y cerrando la puerta tras de sí.

Las siguientes horas pasan más despacio que nunca para Kaminari. El terror y la intriga no le dejan pegar ojo, y pierde completamente la noción del tiempo allí dentro. No sabe qué será de él, pero no tiene muy buena pinta.

Viernes, 18 de enero, 8:04am:

Denki está medio adormilado, con el cuello echado hacia un lado. No ha conseguido dormirse en toda la noche, al menos, no en condiciones. Se encuentra en un estado intermedio, como un ordenador en suspensión. Ni dormido, ni despierto. Lo equivalente a dormir con un ojo abierto, lo cual le viene bien en esta situación.

La luz empieza a asomarse por los diminutos huecos de entre los tablones de las ventanas. La puerta empieza a moverse, creando una vez más estruendo en la habitación por culpa de la oxidación de ésta. Kaminari se estremece ante el repentino ruido.

El exterior no tarda en verse y junto a él, un grupo de personas que entran. La luz se enciende y la puerta se cierra para, según Dabi, “tener intimidad”, lo cual a Denki no le gusta cómo ha sonado.

Lo primero que hacen los villanos al encender la luz y ver a Kaminari es sorprenderse, y luego dirigen sus miradas hacia Toga. Ella sólo se encoge de hombros con una sonrisa traviesa.

-¿Para qué lo curas si seguro que morirá dentro de unas semanas como mucho?- Le pregunta Dabi retóricamente, con una voz grave y un tono sereno.

-No sé. Hace mucho que no recibimos visitas y me apetecía.- Se excusa Toga todavía sonriendo grácilmente. -Pero ni siquiera me ha dado las gracias.- Mira ahora a Denki con una mirada de rencor y a éste le vuelven los escalofríos.

Kaminari está aterrado. Sin embargo, sabe que lo último que tiene que hacer en una situación de peligro es perder la calma. Si se desmorona desde el principio, no habrá final. Es algo que ha tenido que aprender por las malas.

<<Si no me han matado ya es porque quieren algo de mí.>> Razona esperando que sea así. Debe conseguir distraerse y olvidarse por un segundo de cómo de terrible es la situación.

-Bueno, basta de cháchara.- Los detiene Shigaraki. -Voy a ir al grano. Nuestra fuente ha dejado de proporcionarnos información fundamental sobre la UA.- Camina de lado a lado pero se detiene y se gira en dirección a Kaminari. -Pero eso ya no es un problema,- Mira a Denki por encima del hombro. -ya que te tenemos a tí.- Se detiene un segundo para examinar su nivel de pavor. -Y vas a cantar como nunca antes en tu vida.- Termina despacio, desafiante.

No hay cosa que Denki odie más que un villano que se toma muchas pausas en sus discursos. Y Shigaraki acaba de subir al top del ranking. Lo bueno es que ya sabe lo que quieren de él. Lo malo, que no sabe si podrá aguantar sin revelar nada de la UA. Si lo harán sufrir lo suficiente como para que acabe hablando.

Sufrir.