⚡️El enfrentamiento⚡️

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Los años que Joris ha estado al servicio de El Diablo, le han servido para conocer La Cúpula lo suficiente como para guiarnos con agilidad y rapidez al piso donde Malcom y su madre están capturados. Mientras corremos y entramos al ascensor, Rafael y él se dan una mirada rápida y una sonrisa cómplice.

No sé por qué se me pasa por la mente la idea de que no son confiables, pero al instante borro eso de mi mente.

Rafael es el mejor amigo de mi hermano y nunca me haría daño. Él no es como los de aquí, sin embargo, Joris no lo sé. No tengo tiempo para elegir a mis aliados, mucho menos de despreciar una ayuda solo porque mi instinto empieza a vibrar diferente.

—Creí que te habíamos perdido —comenta Rafael.

—Pues no —responde Joris con una sonrisa—. Tienes Joris para rato.

Ambos sonríen, luego ponen cara seria.

—Y, ¿cuál es el plan? —pregunta nuestro nuevo aliado.

Rafael me mira y yo levanto los hombros ligeramente.

—Tú y yo vamos a atacar, mientras Tarah intenta rescatar a Malcom y su madre —me mira otra vez—. ¿Recuerdas lo que te dije arriba?

No me causa sorpresa que a Rafael se le ocurran las cosas rápido, pues es un agente de élite y su mente debe estar entrenada para responder con precisión y rapidez.

—Sí —respondo—. Que trate por todos los medios de que Malcom me dé la ruta para salir de Los Sótanos.

—Muy bien —ahora mira a Joris—. ¿Y cómo salimos de aquí una vez rescatemos a los prisioneros y tengamos la ruta?

—Solo hay dos salidas que podemos usar: las escaleras de emergencia y los ascensores, pero ambas estarán custodiadas por mafiosos. Tenemos que salir luchando.

—Es demasiado riesgo.

—Tal vez, las escaleras de emergencia sean las más viables, pero toda la atención estará concentrada en nuestro escape.

Rafael empieza a caminar en círculos.

—Necesitamos una distracción.

Yo pienso un poco. ¿Cómo podemos hacer para distraerlos? No se me ocurre nada.

Seguimos bajando, los números en rojo van descendiendo y ya estamos cerca del piso donde está Malcom. De pronto, me miro en la pared del espejo que hay delante y veo la esfera flotando en la caja de cristal. Se me ocurre una idea peligrosa.

—Tengo una idea —digo sin tanto entusiasmo. Ambos me miran.

—¿Cuál? —me pregunta Rafael.

—No veo la necesidad de que nosotros peleemos con ellos, cuando es obvio que nos superan en número y nos matarán en un santiamén —hago una pausa y miro fijo a Rafael—. Dices que necesitamos una distracción, pues creo que tenemos una. Lo que quiero decir, es que enviemos un mensaje a Ovax de que tenemos la esfera, pero que no podemos escapar de La Cúpula, que necesitamos refuerzos. Si tanto necesita esta esfera para sus drones, supongo que no dudará ni un segundo en enviar a sus mafiosos a rescatarnos.

La cara de Rafael se ilumina. Empieza a asentir mientras Joris me da una mirada de aprobación.

—Buen punto —dice Joris—. Muy inteligente como el agente Colin.

Cuando menciona a mi hermano, siento que la sonrisa se me va borrando muy lento. ¿Qué hubiera hecho Colin en estos casos? ¿Cómo sería todo si estuviera aquí, justo aquí en el ascensor con nosotros? ¿Me estuviera abrazando? ¿Me tomaría de la mano para sentir la calidez de su piel? ¿Me estuviera cubriendo con su cuerpo para que nada me haga daño? ¿Me daría una sonrisa mientras yo miraba sus dientes de conejo que tanto me gustaban? Bajo la mirada y suelto un suspiro silencioso para que ninguno se dé cuenta.

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