A pesar del tiempo

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Si hay algo que aprender del amor es que en ocasiones se pierde, es un juego en el cual ponemos en riesgo todo lo que somos, cuando pierdes puede venir alguien a arrebatar todo. Claro estaba que desde su separación sufrían más de lo que estaban dispuestos a aceptar ¿Tenían que seguir fingiendo?

Desde que Camilo comenzó una relación formal con Anaid simplemente Isabela no a tenido una gota de paz, en cualquier momento podía pasar de ser solo una relación inocente a dar otro paso. El solo hecho de pensarlo con otra mujer formando una familia la lastimaba tanto, sentía al tiempo ir tan lento ¿Por qué no se cumplía la visión de Bruno? Todo lo que quería era verlos separados, tal vez sus pensamientos eran egoístas pero no podía evitarlos.

Camilo por su parte cada vez se sentía más culpable de ver a Diana tan ilusionada, sabía de sobra que había intentado verla con ojos de amor, pero no podía, menos con la mujer que realmente amaba tan cerca, solo quería un pretexto para terminar con su novia.

— ¿Puedo hablar contigo? — pregunto Mariano al verla sentada mirando a la nada

— Si, ¿Pasa algo? ¿Y Dolores? — pregunto alertada

— Está dormida, últimamente tiene mucho sueño — dijo apenado

— Entiendo ¿De que quieres hablar?

— De ti, de tú comportamiento, Isa no soy nadie para juzgar lo que haces o dices, pero se que hay algo te tiene mal y creo saber lo que es — hablo bajo

— ¿De que hablas? — comenzó a ponerse nerviosa

— No quería decir nada porque se que la familia no lo aprobará y no digo que yo lo apruebe pero Isa ¿Qué son realmente tú y Camilo? Porque no creo que los primos sé amen de una manera romántica

— ¿Q-uee? — flores rosas surgieron en su cabeza

— Dime la verdad, hace unos días salí de mi habitación por lo la noche iba a la cocina por un vaso de agua y escuché a Camilo hablar solo...

<< — ¿Por qué? Isabela no te daz cuenta de la forma cruel en que me lastimas, para mí mala suerte te amo más que ayer, quisiera tomarte para llevarte lejos de todo y de todos, pero me lo impides, me rechazas ¿Qué soy para ti? — tomo agua y miró con dolor el árbol genealógico>>

— Y-ooo — no sabía ni que decir, confesarle la verdad sería muy arriesgado — No se de que hablas, no se lo que piense Camilo y tampoco me interesa mucho

— Isabela…

— Nada, preocúpate por tu esposa no por mi, yo estoy bien — salió de la casa completamente nerviosa, Camilo había hablado de más

Camino hasta poder estar sola, una vez más estaba mirando hacia el pueblo vecino. Sufría el más grande desamor, había cosas que a este punto su corazón jamás olvidaría, la vida se le estaba quebrando en pedazos, los recuerdos la atormentaban en todo momento, quisiera irse e inventar una nueva vida, decir que lo que tuvieron no fue amor sino una mala broma del destino.

— ¡Ay Isabela! Tu sigues creyendo que el regresará a tu lado, que esto es solo un espejismo, aprende ya lo que jamás podrá ser, este recuerdo se convirtió en prisión, quisiera no saber que existes y que estás con otra que no te quiere ni de lejos como yo — sollozaba

Recargo la cabeza en un árbol a su lado. Ya no soportaba más, ni un segundo más, se dió la vuelta para correr a casa. Ya sabía lo que iba a hacer, lo cuál en definitiva no era darse por vencida.

Mientras Camilo caminaba a lado de Diana sin prestarle la mínima atención, sus pensamientos estaban con Isabela, cada día, cada noche, era lo mismo, ella siempre estaba ahí, sentía un vacío enorme, estaba incompleto, solo ella lograba descontrolar sus sentimientos, su ausencia lo mataba poco a poco, nadie en el mundo podría amarla más que él, eso pensaba, lo sentía ella quería regresar, algo le decía que estaban igual, había mucha más historia por contar, pero entonces ¿Por qué le costaba tanto perdonarla?

El secreto de la reina de las flores y el cambia formas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora