Kilómetros de distancia

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El tiempo transcurría de mejor manera para unos más que otros.

Camilo vió el vientre de su florecita crecer, sabía que ahí estaba alojando a lo más hermoso que podrían tener, Isa a veces se sentía insegura por la forma en que su cuerpo cambiaba, pero Cam siempre hacía todo para recordarle que se veía sumamente hermosa.

Su vida iba siendo mejor, gracias a Isa los sembradíos daban mucha producción por lo cuál Cam logró pagar su deuda y ahora recibía su pago, claro cumpliendo con dar lo de su alojamiento y para la comida cuando se necesitaba.

Por otro lado los Madrigal, Pepa y Julieta se quedaron con un duelo muy difícil, poco a poco dejaron el enojo de lado y ahora eran madres preocupadas ¿Dónde estaban? ¿Estaban bien? ¿Comían? ¿Lograron encontrar un lugar seguro? Para ellas no había respuesta de nada. Y aunque entre ellas seguía habiendo mucha incomodidad, ahora se acercaban un poco más.

Alma había terminado por obedecer a Bruno y dijeron al pueblo que se habían marchado juntos en la madrugada porque querían viajar y no recibieron el permiso por eso se fueron sin avisar.

Él mismo Bruno se encargaba de mantener vivo el recuerdo de sus sobrinos, después de que se fueron el decidió pedirle a Laura que vivirán juntos y ahora vivían en Casita. Laura en algún momento no podía creer que se hubieran atrevido a tanto pero no los juzgo pues sabía que tenían sus razones, se dedicó a apoyar a la familia cuánto pudo.

Félix y Agustín se hablaban por compromiso pues ya no eran cercanos, cada uno se culpaba a sí mismos por no prestar atención a sus hijos. Félix sentía que le faltó estar más con Camilo para mantenerlo ocupado, así de alguna manera evitar lo que hizo, Agustín sentía que debió estar con su hija, viendo con quién estaba o que hacía.

Mirabel no sentía enojo por ninguno, solo los intentaba comprender ¿Por qué lo habían hecho? Tal vez confundieron su amor de primos por uno romántico eso quería creer ella.

Luisa los extrañaba mucho, Isabela y ella ya eran unidas y justo cuando todo parecía de maravilla otra vez estaba lejos, Camilo era su primo preferido, siempre compartían mucho, no los culpaba por enamorarse, ella estaba segura de que simplemente les faltó conocer personas y por eso se refugiaron así.

Dolores no perdonaba a Isabela, creía firmemente que todo había sido su culpa pues al ser mayor sentía que solo se había aprovechado de su hermano de la peor manera, ella lo extrañaba mucho, siempre estaban juntos y ahora le hacía falta su presencia. Deseaba algún día volver a verlo y preguntarle ¿Por qué? Si ambos lo tenían todo. Por su parte Mariano jamás le dijo que él ya tenía la sospecha pues sabía que su matrimonio podría terminar.

Antonio fue el que más comprensivo se portó, tal vez porque era un niño y no sabía a grandes rasgos lo que habían hecho y los efectos que tendría en su vida. Eso creían todos, pero Antonio era muy inteligente, sabía lo que pasaría en su ausencia, comprendía porque todos lo veían como un pecado, también entendía el amor de su hermano y prima, pues él lo supo todo siempre, gracias a sus amigos estuvo enterado de cada paso, se enteró de cuánto sufrieron por estar separados y lo mucho que se amaban, para él, el amor no era algo malo. Aquella noche en la que fue a su habitación solo lo hizo por molestar pues sabía que debían estar "hablando" como de costumbre. Él deseaba que regresarán, quería volver a jugar con su hermano y tener tardes divertidas en el cuarto de Isa por las enredaderas en las que se columpiaba pues sentía que volaba. También quería conocer a ese bebé del que todos hablaban.

Una mañana de marzo vió nacer a la primogénita de Dolores y Mariano, una pequeña más parecida a su madre que a su padre. Toda la familia se puso feliz y por ese día no hubo ningún dolor, solo una familia feliz recibiendo a la pequeña Emma, como decidieron nombrarla.

El secreto de la reina de las flores y el cambia formas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora