Dibujos

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Camilo la siguió besando, a como sus instintos lo pedían fue dejando besos por su cuello y clavículas. Es así como se fueron guiando hasta estar frente a la cama.

Isabela hizo que se quitará la ruana y la aventó por algún lado, desabrocho sus camisa paso lento e hizo lo mismo que con la prenda anterior, seguidamente beso su cuello y mordió ligeramente, sin perder ningún detalle de sus reacciones.

Él comenzó a bajar el cierre del vestido pero se detuvo a la mitad.

— ¿Pasa algo? — pregunto ella

— Quiero que seas mi mujer, pero realmente tengo miedo de no ser lo que esperas — explico con nervios

— Hazlo camaleón, se que estaré satisfecha porque es contigo — dejo un beso delicado en sus labios

Solo entonces él termino de desabrochar su vestido he hizo que cayera al suelo, la miró con un ligero sonrojo, era lo más hermoso que habían visto sus ojos, una diosa echa mujer. Ella sintió algo de pena y dirigió su mirada al suelo, ante eso el se acercó para guiar su rostro y lo besará. Comenzó a acariciar su espalda llegando a sus glúteos, la tomo de las piernas he hizo que se recostara sobre la cama.

— ¿Me dejas contar tus lunares con besos? — dije el un poco más atrevido

— ¿Cómo?

— Así — Se acercó a su rostro y dejo un beso sobre el lunar cerca de su ojo — Uno — siguió, contando y besando a lo que ella solo suspiraba — once — terminó de contar para después verla a los ojos

— ¿Estás seguro? — se sentó un poco y se desabrochó el bra dejando ver un lunar en su seno izquierdo, él se sonrojo ante lo que hizo pero igual se acercó a dejar un beso más quitándole completamente la prenda

— doce — escaneó lo que tenía frente a él, quería guardar en su mente cada parte del cuerpo de su amada

— Sigue buscando — guío su rostro a su última prenda

Él entendió y con algo de pena se acercó a bajar aquello, deslizó la prenda delicadamente para darse cuenta de que muy cerca de su parte íntima tenía un lunar del lado derecho, dejo un beso ahí — trece — con algo de temor y por curiosidad paso sus dedos suavemente entre sus pliegues a lo que ella se mordió el labio — Florecita, estás…muy húmeda…— comenzó a dejar besos en sus piernas, sentía su deseo ir en aumento, recordó aquella ocasión en la que le dejo una marca en la pierna, la miró un momento <<¿De dónde viene tanto miedo? Solo hazlo Camilo>> pensó y comenzó a dejar más besos y ligeras mordidas — ¿Estás segura de ésto? — volvió a mirarla

— Completamente camaleón…

Camilo se paró un momento para quitar sus últimas prendas, cierto amigo ya estaba despertando, tomo aire y volvió a dónde estaba. Comenzó a tocarla nuevamente, entonces metió un dedo, la vió poner un gesto de incomodidad a lo que se quedó quieto, cuando vio que cambió su gesto, comenzó a mover su dedo lentamente, escucho pequeños jadeos, a lo que lo movió un poco más rápido y después metió otro dedo, de nueva cuenta comenzó despacio para después acelerar, Isabela comenzó a gemir ligeramente. El fue más rápido imitando estocadas.

— Ya no puedo más, seré cuidadoso mi amor — saco sus dedos y se posiciono

— No me digas “mi amor…"

— ¿Por qué?...

— Solo lo dices porque estás teniendo sexo conmigo

Tenía un punto, el sonrió y dejo un beso en su mejilla a la par que tomo su miembro, lo coloco en su entrada y comenzó a entrar en ella intentando ir lo más lento posible.

El secreto de la reina de las flores y el cambia formas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora