El secreto de la reina de las flores y el cambia formas.

Mi buen amor

Isabela caminaba por el pasillo, escucho risas provenientes del cuarto de Camilo, se acercó un poco, reconoció la voz ¡Diana! Le dolió en el alma saber que estaba con el a solas en el cuarto. Se dió la vuelta para ir a su habitación pero la puerta se abrió.

— ¿Isa? — dijo Diana aún entre risas

— Hola Anaid — sonrió de lado

— ¿Venías aquí? — señaló a la habitación

— No, solo estaba dando vueltas, ya sabes de vez en cuando cambió la tonalidad de las flores

— Si, ¡tu don es tan perfecto!, tanto como tú

— Cl…claro — Odiaba que llamarán perfecto a su don y mucho más que la llamarán a ella perfecta

— Bien, pues buenas noches, me retiro es algo tarde, ya tendría que estar en mi casa — le dió un beso en la mejilla a Camilo se se dirigió a las escaleras

— ¿No la vas a acompañar? — Isabela cruzo los brazos

— Sabe la salida — Respondió el en tono serio y metió las manos a sus bolsillos — ¿Venías aquí no es cierto?

— No tengo nada que hacer en tu habitación — Volteo hacia el patio dónde se despidió con la mano de Diana antes de que saliera

— ¿A qué venías? — La jalo del brazo para hacer que entrará a su habitación

— ¡¿Qué te pasa?! — una vez dentro soltó su agarre

— Déjame escucharte ¿A qué venías? — Cruzo los brazos y la vio a los ojos

— Ya te dije que yo no venía aquí — camino con la intención de salir pero Camilo la detuvo tomándola del brazo

— Isabela, no hagas todo más difícil, tu misma decidiste terminar con esto, ¿Por qué me atormentas así?, Estoy tratando de seguir con mi vida, dijiste que soy joven y podría encontrar a alguien para ser feliz, entonces ¡¿Por qué vienes a buscarme?!

— Yo … — Lo volvió a mirar a los ojos

— ¡¿Para que me buscas?! Isabela, no te das cuenta de todo lo que e pasado por ti, ¿Tanto tengo que sufrir para que tú estés feliz? No es justo, no te entiendo, ¿Por qué haces esto?

— Quiero que seamos los primos de antes — Habló en tono bajo

— ¿Qué? — la soltó y miró confundido no podía creer que le estuviera pidiendo eso

— No tenemos porque dejar de ser primos, ambos admitimos que lo que pasó fue un error, podemos finjir que no pero nuestro lazo de sangre está ahí, no tenemos porque sacrificar la relación que teníamos, podemos ser buenos primos y algún día en el futuro ya no recordaremos esto — con su tono de voz suplicaba, no tanto que hiciera caso para reanudar la relación de primos, sino que en ese momento el tuviera un arranque de locura como siempre y la besara para acabar con ese mártirio

El sonrió de una forma que a ella le dolió, su mirada entonces fue como una cuchilla directo al corazón de la mujer que estaba frente a el, se dió la vuelta y puso las manos sobre una pequeña mesa que tenía, mientras que ella sentía el olor de otra mujer en el habitación del hombre que amaba.

— Me destrozaste Isabela, ¿Y ahora quieres que sea tú primo de siempre? — golpeó la mesa y volteo a verla — Entonces primita dime ¿Cómo borro esto que siento? — llevo su mano al pecho dónde está su corazón el cual solo latía intensamente al tenerla frente

— Camilo, esto para mí tampoco es fácil pero el tiempo…

— El tiempo, la sangré, todas tus malditas excusas ya me las sé, ¡LÁRGATE! — señalo la puerta — No vuelvas a buscarme — hizo una pausa para tomarla del mentón — No me busques sino es para regresar