15. Wolf Smile.

129 14 15
                                    

🐈📚🐈📚🐈

Quiero dedicar este capítulo a @anielyxa_356. Muchas gracias por ser una gatita lectora excepcional, por tus estrellitas y tus comentarios y por toda la energía que transmites
Al final del capítulo te dejo un regalito, tampoco es la gran cosa pero espero que te haga tan feliz como a mí me hacen tus comentarios.

🐈📚🐈📚🐈


Akaza Hakuji:

He oído decir que lo que mayor pesar causa a las personas en su lecho de muerte es el hecho de dejar escapar las oportunidades pensando que tenían toda la vida por delante. En esta vida lo único que uno sabe con total seguridad es que va a morir, el cuándo y el dónde son detalles que tan solo los shinigami* conocen.

Una cosa que le encantaba a mi tío eran los días grises, esos días en los que el cielo amanece encapotado y parece que va a ponerse a llover en cualquier momento, según sus palabras, las personas que verdaderamente son sensibles y valoran la belleza, aprecian los días grises en todo su esplendor -si es que algo así es posible-. Desde hace ya algunos años y después de haber visto y vivido muchas cosas con él en carne propia, solo puedo decir de él que era la típica persona que le gustaba dar una imagen impecable de puertas hacia fuera, pero de puertas hacia dentro todo lo que él respectaba estaba totalmente podrido.

Ésa mañana había amanecido vestida de algodón sucio y plomo, por lo que mi tío estaba de un humor inmejorable. De haber sido más pequeño, me hubiera llamado para que desayunara sentado en sus muslos mientras hundía la nariz en mi pelo, a la altura de mi nuca para inhalar como un yonki mi olor. Dentro de su abanico de asquerosidades, ésa era la que, apretando los puños hasta clavarme las uñas en las palmas de las manos, podía soportar. En esos momentos, en los que ya era casi tan alto como él, no me pedía que me sentase en sus piernas, pero si que me sentase a su lado en la mesa tan cerca que nuestros codos se tocaban eventualmente cuando comíamos y le permitía agarrarme de la cintura para apretarme contra su cuerpo, otra cosa que me revolvía el estómago casi tanto como cuando me llamaba a su habitación para "jugar".

Tras desayunar se había despedido de mí besándome con avidez en los labios, restregando los suyos embadurnados en un empalagoso bálsamo labial con sabor a vainilla contra los míos. Cuando salió por la puerta corrí hacia el baño y no solo me cepillé los dientes hasta que sentí mi boca limpia de todo rastro suyo, si no que me duché y enjaboné hasta con tanta fuerza que me dejé la piel enrojecida. Me sequé y sintiendo que me asfixiaba dentro de esas cuatro paredes, me vestí con una sudadera blanca y lisa con capucha, una camiseta gris de manga corta, unos vaqueros negros con desgarrones a lo largo de los muslos y unas Converse rojas. En cuanto puse un pie en la calle y una fría ráfaga de viento azotó mi cara, parte de esa angustiosa sensación se evaporó y eché a andar sin prestar demasiada atención hacia donde me llevaban mis pasos.

Entonces como si de un milagro se tratara, a lo lejos vi a Rengoku, con la cabeza cubierta por la capucha de su sudadera y la mirada levemente ausente. Me había fijado que cuando se sentía preocupado o desanimado por algo, tenía la costumbre de mordisquearse cerca de la comisura izquierda de sus labios de una manera que se me antojaba jodidamente sexy.

Como si él tampoco tuviese un rumbo fijo, al cruzarse a la acera donde yo me encontraba comenzó a caminar dándome la espalda pocos metros por delante de mi. Esta es mi oportunidad, me dije, si consigo hablar con él, si logro que se abra un poco conmigo, poco a poco me lo podré ir ganando. Con esto en mente acorté la distancia que me separaba de él y cubrí sus ojos con las palmas de mis manos.
- ¿Quién soy? -pregunté con la nariz muy cerca de su ropa. Olía ligeramente a sándalo y flores blancas.
- ¿A-Akaza? -preguntó a su vez con tono vacilante y me demoré unos instantes respirando su olor.
- Premio para el caballero -dije al fin apartando las manos de su rostro y colocándome a su lado- como has acertado, déjame que te invite a un té o a algo.
- Algo me dice que casi te hace más ilusión a ti invitarme que a mí el hecho de que me invites -dijo esbozando un amago de sonrisa. Honestamente, me dije sonriendo para mis adentros, preferiría que me invitaras tú a saborearte.
- Algo así -contesté yo evasivo y le pasé el brazo por encima del hombro echando a andar hacia alguna cafetería cercana.
Por el camino el único que llenó el silencio con un despreocupado monólogo fui yo, Kyojuro escuchaba y de vez en cuando realizaba algún comentario al respecto, pero no fue hasta que nos sentamos frente a frente en la mesa de una acogedora cafetería de aspecto ligeramente rústico con paredes y suelos de madera, lámparas de hierro forjado y pequeños tiestos con flores frescas en el centro de las mesas que no se relajó lo suficiente como para iniciar él mismo una conversación.
- He descubierto que quizá sea la persona más torpe del mundo en lo que a sentimientos se refiere -dijo tocando levemente con su índice el pétalo encarnado de una flor. Entorné los ojos y me acodé en la mesa inclinándome hacia delante.
- Cuéntame, ¿por qué piensas eso? -pregunté animándolo a continuar. Rengoku frunció el ceño más para sí mismo que otra cosa y habló lentamente, como si estuviera poniendo en orden sus ideas al tiempo que las palabras escapaban de su boca. Cuando terminó de hablar, una parte de mi se moría por estrangular con mis propias manos a Uzui Tengen, mientras que la otra sonreía con una mueca lobuna mientras se frotaba las manos.

*Shinigami:
Dioses o mensajeros de la Muerte en el folclore japonés.

Dosgatosescritores:

En primer lugar @anielyxa_356 este es tu regalito. Sé que no soy un gran dibujante pero espero que te guste.

A los demás, prometo haceros los vuestros conforme vaya actualizando, ¡promesa de meñique!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

A los demás, prometo haceros los vuestros conforme vaya actualizando, ¡promesa de meñique!

Ya sé que dije que estos capítulos servirían para desarrollar el UzuRen, pero para que la historia tenga sentido, también he considerado que es importante que este capítulo corriera a cargo de Akaza aunque ahora queráis arrancarme las orejas.

Por si no lo habéis notado, me gusta escribir personajes que lleven dentro de sí una amplia gama de matices. Al igual que en la vida real, no todos los buenos son santos y por su parte la gente no tan buena, son absolutos demonios.

Dadle tiempo a esta historia, prometo que poquito a poco las cosas se irán aclarando y desenredando.

Sin más que decir por el momento me despido de vosotros deseándoos siempre todo lo mejor.

¡Hasta muy pronto gatitos lectores!

Ilumina Mi Oscuridad. 📿HimeSane🌪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora