11. Galletas de Chocolate.

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📿Himejima Gyomei:

Había amanecido lloviendo como si el cielo hubiera tomado la decisíon de diluir el mundo debajo de él. La lluvia me ha gustado desde siempre. El constante repiqueteo de las gotas, el olor a tierra mojada y la sutil frescura que emana de esta.

Hay gente a la que le disgusta, que piensa que los días de lluvia son tristes y depresivos. Grises. Pero yo me quedo con la opinión de que esos días son días de serenidad, días para estar tranquilo leyendo un libro con un té calentito en las manos o simplemente escuchando el impacto de las gotas.

De camino a la facultad, en el autobús traté de imaginarme como sería. Para alguien como yo, algo así era un esfuerzo colosal y a un mismo tiempo un estímulo increíble. Si no has visto el mundo que te rodea, tienes una oportunidad increíble y única de crear uno a tu medida, con los elementos que se te antojen, un mundo de sonidos, olores y matices que quienes son capaces de ver no pueden apreciar.

Tal vez me puse demasiado filosófico, dándole demasiadas vueltas a algo demasiado simple. Hay ocasiones en las que se me va la pinza y me pongo así.

En el pasillo, de camino a mi clase, Shinaguzawa me llamó y me di media vuelta en la dirección en que me llegaba su voz. Aguardé a que llegase a mi altura y reemprendimos juntos el camino. Era raro, muy raro que alguien que parecía detestarme de buenas a primeras le hubiera dado por estar a mi lado. Nunca he sido una persona con prejuicios hacia otras, así que decidí preguntarle a qué se debía ése repentino cambio.

— Creo que debemos hablar de algo tú y yo —respondió. Supongo que la cara de desconcierto que se me quedó tuvo que ser memorable por el suspiro de molestia que soltó.
— ¿Disculpa? —dije totalmente desubicado— a penas hemos cruzado palabra.
— Tú viniste al concierto de mi banda —replicó como si con esa simple frase explicase todo.

El concierto había sido increíble, todos los componentes del mismo tenían un talento increíble, tanto que costaba creer que fuera una banda prácticamente recién nacida como me habían dicho. El sonido de los instrumentos era claro y limpio incluso en las canciones más pesadas y oscuras y Shinaguzawa tenía una capacidad asombrosa para cambiar de registro sin esfuerzo aparente, pero eran las letras las que me habían cautivado hasta las lágrimas.

— Fue precioso...
— Estás hablando de una banda de metal, tío... —dijo con una nota de incomodidad en la voz.
— ¿Y qué? Metallica, Slipknot, Stratovarius, Dimmu Borgir e incluso Pantera también lo son y eso no les ha impedido crear canciones que son verdaderas joyas —repuse.
Escuché que sus pasos se detenían y tras avanzar yo un par más me detuve y me di media vuelta.
— Estás jodidamente mal de la azotea, mira que compararnos con semejantes bestias... —dijo y no pude evitar sonreír.
— ¿Entonces tengo que decir que tocásteis de una manera bestial?
— ¡N-no loco! —dijo como avergonzado haciéndome dar media vuelta y empujándome por la espalda para que continuase avanzando. — Ya hablaremos de esto más tranquilamente durante el almuerzo...

🥗🥤🥪

Shinaguzawa se había pedido una ensalada César y una Coca-Cola Light mientras que yo me decanté por un sándwich vegetal y un zumo de naranja.
— ¿Me explicas cómo demonios puedes alimentar semejante cuerpo con tan poca comida? —preguntó mientras me guiaba en busca de una mesa libre.
— No porque sea una persona alta ya tengo que comer como un vikingo —contesté con una sonrisa.
— No es solamente que seas tan alto como un puto armario, es que estás mamadísimo... —replicó con una pizquita de envidia.
— Bueno, eso ya es cosa de genética y algo de deporte...
— A cada segundo me caes un poquito peor —gruñó y yo dejé escapar el aire por la nariz con una risita. No parecía ser en realidad tan ogro.

Ambos tomamos asiento en una mesa algo más alejada del resto y mientras se aliñaba su ensalada le pregunté acerca de su banda, cómo se había formado y todas esas cosas. Él me contó que había llegado a ella bastante tiempo después de que la guitarrista, el batería y el bajista se conocieran y que él había entrado a formar parte de la banda hacía unos meses, sin llegar a profundizar demasiado en el tema, como si quisiera evitar por todos los medios tocar temas que pudieran derivar hacia algo más personal.

Luego, como si ya se hubiera decidido a abordar el tema, guardó silencio durante unos segundos antes de decir:
— ¿Tanto te afectó la canción como para que te echaras a llorar?
Incliné la cabeza hacia un lado sin entender.
— ¿Cómo es que te diste cuenta de eso? —pregunté más sorprendido que incómodo.
— Alguien como tú destaca bastante —dijo como si fuera la cosa más obvia del mundo. 
—Me impacto mucho, la verdad, además, entiendo que no debe de ser fácil hablar de algo así… Admiro de todo corazón tu valentía…
Escuché por debajo del bullicio que se estaba empezando a formar a causa de la gente entrando en la cafetería como tragaba saliva.
—Me caes mal…
—Me sabe mal escuchar eso, pero no puedo cambiar el tipo de persona que soy —repliqué.
—¿Por qué no te callas un poco y me dejas terminar? —soltó y yo alcé una ceja pero lo dejé continuar.— No te entiendo, no logro comprender cómo logras mantenerte siempre tan entero pese a todo y luego emocionarte por una simple canción.

Guardé silencio por unos instantes. Normalmente las personas a excepción de mis compañeros de piso reaccionaban compadeciéndose de mí o alejándose.

Normalmente, las personas huyen como de la peste de las personas como yo, me imagino que por temor a tener que enfrentarse a situaciones que no son capaces de controlar. La manera de actuar de Shinaguzawa me había desconcertado desde el primer momento, aunque quizá una parte de mi tal vez esperaba que en algún momento apareciera alguien como él. Aún así tenía muy presente que por muchos obstáculos que aparecieran en mi camino, nada ni nadie me haría renunciar ni a mis sueños ni a mis metas, porque literalmente estaría anteponiendo los prejuicios y temores de otros a mi vida, a mi propio futuro. Había luchado tanto, había sufrido tanto que a estas alturas achantarse sería la peor traición que pudiera cometer contra mí mismo. 
—No me queda de otra, además hay en el mundo personas con problemas peores que los míos y aún así luchan por salir adelante —respondí antes de darle un sorbo a mi bebida.— En cuanto a tu canción, si es algo que ha salido de ti, no deberías ponerle la etiqueta de simple, porque nada de lo que salga del corazón de las personas es simple. Si esa noche lloré al escucharla es porque me pareció admirable convertir una experiencia tan dura en algo tan bello como una canción.

Silencio.

—Has dicho que mi canción es bella… —dijo con un jadeo ahogado.
— Al menos a mí me lo pareció —respondí encogiéndome de hombros con sencillez.
—Nunca antes me habían dicho algo así… —susurró.
—La belleza es algo subjetivo.
—Me refiero a la manera en que lo has dicho, muchas gracias —su voz había abandonado por completo ese deje brusco y se escuchaba ligeramente rasgada y por alguna razón se me antojó hermosa.

Negué con la cabeza. No era necesario agradecer nada. Ambos continuamos comiendo. Algunas veces intercambiamos palabras, otras ninguno hablaba y sin embargo sentía que se habían quedado cosas en el tintero, cosas que ojalá que llegase el momento adecuado para decirlas. Al menos me había quedado algo claro. Shinaguzawa Sanemi no me odiaba de gratis, de hecho es que no me odiaba en absoluto, y eso era más que suficiente para mí.

Ambos terminamos de comer y nos despedimos.

—¡Himejima! —me llamó antes de que llegase a doblar una esquina. Me detuve y giré la cabeza el la dirección en que me llegaba el sonido de su voz.
—Dime…
—¿Te gustan las galletas de chocolate? —preguntó.
—Eso es como preguntarle a un oso panda si le gusta el bambú —contesté.
—¡Cojonudo! —exclamó con la delicadeza que le era tan característica.— Dile a tus compañeros de piso que esta tarde te vienes a mi casa, espérame a la salida.

Y antes de que me diera tiempo a decir nada, se alejó. ¿Podía decir que había hecho un nuevo amigo o era demasiado pronto para realizar semejante afirmación?

Ilumina Mi Oscuridad. 📿HimeSane🌪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora