En sus desgarradas palabras él encontró el calor de una luz que creía que no iba a volver a sentir jamás.
La oscuridad a la que sus prejuicios lo arrastraron amenazaba con convertirlo en el monstruo que todos deseaban que fuera, pero esa presencia...
Quiero dedicar este capitulo a@ITANA 1 muchas gracias por dedicarle tu valioso tiempo a mi historia. Voy a continuar metiéndole horitas y amor para que la disfrutes tú y todos los que vengan después a tope. No te olvides de leer este capítulo hasta el final, hay un regalito para ti 😸
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Uzui Tengen:
Gilipollas.
Gilipollas.
Gilipollas.
Me había quedado petrificado en cuanto vi que Kyojuro se levantaba de la mesa y se iba. ¿Qué mierda estaba pasando? Para mí es más que evidente, contestó la voz de mi conciencia y me la imaginé como una señora repelente apoyando las manos en las caderas y mirándome desde unas horribles y nada vistosas gafas de gruesa montura de pasta. Maldiciendo mi propia estupidez me levanté de la mesa y le dije a toda prisa a Himejima que iba a salir.
Bajé las escaleras a todo correr, saltando peldaños e incluso derrapando por el pasamanos. Jadeando un poco alcancé la calle y miré en derredor. No veía a Kyojuro por ninguna parte. A unos metros me pareció verle y como un desesperado corrí llamándolo, pero cuando lo alcancé y lo tomé del antebrazo, me di cuenta de que me había equivocado de persona y un quinceañero con la cara llena de granos y voz chillona me amenazó con llamar a su padre, como si de verdad se creyera que me iba a fijar en él.
Frustrado y furioso conmigo mismo retrocedí sobre mis pasos y una vez llegué a casa cogí mi móvil que me lo había dejado cargando y durante unos minutos me estuve decidiendo si escribirle un mensaje o no. Me aterraba a niveles estúpidamente absurdos cagarla definitivamente con él. Escribí varios intentos que al final borraba antes de atreverme a enviarlos. —Uzui-san —la voz de Himejima hizo que despegara la mirada de la pantalla del teléfono— ¿si pregunto si sucedió algo anoche, estaría siendo demasiado indiscreto? —No, no lo estarías siendo —respondí con un hilo de voz, tratando de que no se me notara lo jodido que me sentía.
Mi compañero entró con cuidado en la habitación y debido a su tamaño, esta pareció hacerse aún más pequeña. En otras circunstancias una situación así me hubiera resultado demasiado extravagante, pocas veces había visto a personas tan altas como yo, por no decir que Himejima era la única que me superaba que había visto en toda mi vida. Cuando se sentó a mi lado, miró en mi dirección dándome a entender que si quería hablar, él sería todo oídos. La bondad genuina de ese chico logró que me relajase lo suficiente como para contarle lo que había pasado la noche anterior, cómo me sentía y cuando acabe solté un profundo suspiro. —Soy la clara definición de la palabra gilipollas… —dije ocultando apesadumbrado la cara entre mis manos. —Todas las personas cometemos errores, Uzui-san —dijo y dejé caer las manos en el hueco entre mis piernas derrotado. —Pero hay errores que quizá no se puedan reparar… Himejima se levantó de golpe y se colocó frente a mí mirando en mi dirección aunque no pudiera verme. —¿Rengoku-san te gusta de verdad? —preguntó y por el tono de su voz supe que su pregunta no había sido formulada con la intención de saber si tenía sentimientos hacia Kyojuro, si no más bien para reafirmarme en ellos.
Rengoku Kyojuro me gustaba, no, no era eso, aunque físicamente fuera el ser humano más hermoso que había visto en mi vida, lo que más me había fascinado de él era su carácter cálido, el hecho de que fuera una persona de palabra, cariñoso, un poco desastre, cabezota, decidido y tuviera ese punto de ingenuidad que amaba tanto como a veces me desesperaba. —Es más que eso Himejima —dije y por la expresión que adquirió su rostro supe que me había entendido perfectamente. —Aunque no pueda verte, sé que eres una persona que adora la extravagancia —comenzó a decir— una persona que se rinde fácilmente sin haber presentado batalla, es un mediocre. Mediocre, mediocre, mediocre… Esas palabras resonaron en mi mente como un mantra maldito. Apreté los puños y me puse en pie como propulsados por un resorte. —Muchas gracias Himejima por abrirme los ojos —dije honestamente agradecido y él sonrió antes de dar media vuelta y salir de mi cuarto.
Al final conseguí escribirle y enviarle a Kyojuro un mensaje.
» Kyojuro, necesito hablar contigo, no tardes en regresar.
Kyojuro leyó el mensaje, vi que escribía un par de veces como si se decidiera entre responderme o no, al final me dejó en visto, por lo que me pasé casi toda la maldita tarde pegado al condenado móvil a la espera de algo, lo que fuera, prefería cualquier cosa, que me mandase, incluso a la mierda, antes que esa horrible sensación de estar en el limbo.
Con el fin de sobrellevar mejor los nervios me encerré en mi habitación, me puse a ordenarla o mejor dicho, mover mis cosas de un lugar a otro sin encontrar un sitio apropiado con tal de buscar una excusa que me mantuviera distraído del teléfono. Para la hora de la cena todavía no había vuelto y yo ya tenía los nervios a flor de piel. Exasperado agarré lo primero que pillé en el armario me vestí con lo primero que pillé en el armario y avisé a Himejima de que saldría a buscarlo. No esperé a obtener respuesta, cerré la puerta a mi espalda y bajé las escaleras mientras marcaba su número y me llevaba el aparato a la oreja. Me respondió al tercer tono. — Tengen… —¿Dónde estás? —le pregunté saliendo a la calle. —Llegando a casa —respondió decaído. —Dime dónde estás ahora, necesito hablar contigo —dije suavizando mi tono de voz. Se produjo un pequeño silencio, el corazón me latía en las sienes y los oídos. —Estoy justo en frente de Candy Bear's — Candy Bear’s era una tienda de golosinas que no se encontraba muy lejos de allí, eché a andar mientras le pedía que por favor no se moviera de allí.
Dosgatosescritores:
Muchas gracias a todos los gatitos lectores que habéis llegado hasta aquí y en especial a @ITANA 1 espero continuar viéndote mucho tiempo por aquí y que te sigan gustando mis historias como hasta ahora.
Mi dibujo no es una obra de arte, pero que sepas que lleva mucho cariño, ¿eh? 😸
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Hahahaha, disculpadme por ser un pasteloso empedernido.
Ya centrándonos en la historia, espero que nadie le tire tomates caducados a Himejima, algunas veces las personas necesitamos que nos tiren un poquito de las orejas para que espabilemos y nos demos cuenta de las cosas.
Por otro lado, ¿qué habrá pasado entre Kyojuro y Akaza? ¡Ahhhhh, no sé...! Bueno sí que lo sé, que para algo soy el autor, pero no os lo voy a contar que eso es spoiler y no los queremos, ¿verdad?
Solo diré, preparaos, porque van a haber emociones. 🤭
