IV

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Ese fin de semana podría ser un respiro de alivio para Doyeon. Al menos, no tenía que preocuparse durante dos días de ir a clase y, sobre todo, no miraría las noticias.

Despertó mejor de lo que se esperaba, había descansado bien. Aunque cuando fue a mirarse en el espejo del baño, su cabello estaba completamente despeinado y tenía los ojos entrecerrados. Cualquiera que la viese pensaría que apenas ha dormido tres horas.

Se peinó, además de lavarse la cara con un poco de agua para espabilarse. Y cuando salió del baño que ella tenía, su mirada se dirigió a su móvil, que estaba en la mesita vibrando porque la estaban llamando.

Al estar recién despierta, tardó un poco en reaccionar. Corrió para ver quién era, contestando enseguida.

--- ¿Nana?

--- Al fin puedo oír tu voz. ¿Sabes lo preocupada que me tenías?

Doyeon se sintió culpable. Ayer faltó al trabajo, del cual Nana era la dueña, debido a la situación. No quería arriesgarse a que ese hombre la hubiese perseguido hasta su puesto de trabajo, metiendo a sus personas más cercanas en el ámbito público. De hecho, estaba aliviada de que sus amigos se fueron pronto y no salieron con ella en las fotos de la biblioteca.

--- Lo siento. Todo se ha complicado estos días, no he podido-

--- Lo se, Annie me contó todo ---se hizo un silencio que duró unos pocos segundos---. Aún así, ¡tendrías que haberme llamado, jovencita! Estás metida en un aprieto.

Doyeon suspiró. Mientras hablaba, caminaba hacia la cocina. Cuando abrió la puerta de su habitación para salir, se giró hacia Snowball, haciendo unas señas con su mano para que la siguiera---. Lo sé, Nana. ¡Juro que no he podido llamarte antes! Tengo tantas emociones encontradas, tantos pensamientos. . .

--- Oh, mi niña ---hubo otro silencio durante el tránsito en el cual Doyeon bajaba las escaleras y llegaba a la cocina--- ¿Sabes qué? Deberías dejar de trabajar temporalmente hasta que esto se solucione.

--- ¿Me estás despidiendo?

--- ¿Qué? ¡Claro que no! Pero si la prensa sigue así, no solo va afectar al negocio, sino a ti. Además, no te preocupes. Tú puesto lo cubrirá alguien con un contrato temporal hasta que vuelvas. Pero. . . todo esto es tan complicado, se puede alargar meses.

--- ¿De verdad crees que debería dejar el trabajo temporalmente?

--- ¡Claro que sí! Tienes que cuidarte bien, mi niña. Cuando esto se solucione, volverás ---aunque Doyeon no la podía ver, sentía que estaba sonriendo--- ¡Pero tienes que llamarme! ¡Quiero saber de ti!

--- ¡Lo prometo! ---exclamó, más animada---. Gracias, Nana. No se que haría sin ti.

--- No digas eso. Yo solo te cuido como tú me cuidas a mí. Eres como mi hija, Doyeon ---esas palabras hicieron que una sonrisa se plasmara en el rostro de la joven. Sin embargo, la ternura del momento se fue con las siguientes palabras de Nana---. Y dime, ¿cómo está siendo tu convivencia con él? Es guapo, ¿no?

--- ¿Eh?. . . ¡Nana, ese no es el tema!

--- ¿Cómo que no? Vives con un muchacho joven, rico y guapo. ¿No te gusta?

--- ¡¿Qué?! ¡No, que asco! ---hizo una mueca, arrugando un poco su nariz---. Parece que nos llevamos un poco mejor. . . ¡Pero no nos gustamos! ¡De hecho, quiero que se acabe todo esto cuanto antes para poder volver a mi casa y no verlo!

--- ¿Sabes? Yo también pensaba lo mismo de mi marido cuando lo conocí ---dijo en un tono algo melancólico, soltando una pequeña risa.

--- ¡Pero no es lo mismo, Nana! Además, somos de clases sociales diferentes, somos opuestos. ¡No congeniamos!

𝐄𝐗𝐓𝐑𝐀𝐎𝐑𝐃𝐈𝐍𝐀𝐑𝐘 𝐘𝐎𝐔 ━ 𝐒𝐡𝐮 𝐒𝐚𝐤𝐚𝐦𝐚𝐤𝐢 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora