CAPITULO DOS

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Capitulo 2

Eco sabe que ha cometido un error con mostrarle el rostro a Azriel, de todos modos es un espía ¿Y si hablaba con su alto lord?

Hace un apenas dos años desde que había llegado a esta dimensión. Nunca a visto al alto lord de la corte noche, ya que ha evitado cualquier posible encuentro con el. Solo sabe de el por lo que la gente habla. Ha querido preguntar, tengo mucha curiosidad porque como fue que se convirtió en alto lord pero preguntar no da la imagen que ella quiere transmitir así que se abstuvo de hacer preguntas.

Así que tiene muy poca información de ellos, el cantor de sombras es muy conocido por este ciudad por lo que fue sencillo saber de él, incluso lo he visto un par de veces pero siempre manteniendo su distancia, hay algo en el que hace que quiera acercarse, lo que significa peligro total, porque no podía permitirse estar cerca de ellos.

¿En qué estaba pensando? El trabaja para mi her... para el Alto Lord.

Se corrigió ella misma, el no era su hermano, al menos no en esta dimensión, ella no pertenecía aquí. Por lo tanto no debía acercarse a nadie, sería demasiado peligroso para ella.

Pero no pudo evitar el encuentro de hoy, no se había dado cuenta de que era él hasta que fue demasiado tarde. Y ya estaba encima, como una loca.

Un escalofrío le recorrió el cuerpo cuando recordó aquel encuentro. Tal vez solo sea que no ha tenido sexo en estos últimos años, antes que llegara aquí, si tuvo encuentros con un par de chicos en su mundo, pero aquí no podía permitirse eso.

Pero su cuerpo permaneció caliente, las piernas le hormigueaban, y sus alas estaban especialmente más sensibles de lo que ya lo eran. Trató de pensar en otra que no sea en el cuerpo de ese sexy espía.

No sabe cuando tiempo paso hasta que el golpe en su puerta la saco de sus pensamientos, ella abrió no sin antes disfrazar su olor a excitación y ocultar sus alas.

Pero lo que vio detrás de su puerta no le gustó, un hombre alto y corpulento la miraba con cierto dolor disfrazado de furia, aquellos ojos violetas que tanto tiempo había extrañado la miraban, evaluándola de pies a cabeza.

Eco sabía que la reconocería, era imposible que no lo hiciera, pues él era igual que al Rhysand de su dimensión, así que ella no debería de ser tan diferente a su versión de aquí.

Una parte ella quería que el supiera que estaba aquí, quizá por eso no se molesto en ocultarle la verdad a Azriel. Quizá por eso dejo que viera su rostro, porque sabía que con los poderes damaeti lo vería en su mente.

Pero ahora teniéndolo aquí enfrente de su casa, se dio cuenta de lo egoísta que era esa decisión, del dolor que eso le traería a Rhysand, de lo mucho que le afectaría.

Escogió este mundo porque sabía que el estaría vivo aquí, pero no sabía si la historia es la misma en todos los mundos. Una parte de ella quería asegurarse de que el estaba bien aquí. Y por lo poco que escuchó supo que encontró a su pareja, Feyre, o como le dicen la Rompemaldiciones, aunque no sabía cual era el resto de la historia, se conformó con saber que era feliz y decidió no entrometerse.

—Vanadey —la voz de Rhysand sonaba rasposa, como si le costara hablar.

Y su corazón se apretujo más al escuchar aquel nombre, hace demasiados años que nadie la llamaba así, la ultima vez fue Esa noche cunando su madre le dijo que se escondiera antes de que la encontrarán y aunque lo hizo no sirvió de nada.

Y le costó un infierno hacer lo que estaba apunto de decir:

—Alto Lord —fingió sorprenderse y hizo una pequeña reverencia.

—Vanadey —gruñó enojado y ella sintió como unas garras raspaban los muros de su mente, pero no podía entrar, ella era muy poderosa, jamás iba a poder hacerlo sin su consentimiento.

—Oh creo que se equivoca mi Lord, mi nombre es Eco —imitó la voz más dócil que pudo.

—Mentira. Huelo tu poder, son capas y capas. Muéstrate —Rhysand ordenó y se acercó hacia ella.

Azriel se tensó, su cuerpo queriendo interponerse entre ellos pero se abstuvo porque Rhysand tenía razón, el poder emana de ella como si fuera agua.

A Eco también se le olvido que el era el alto lord y que también el es demasiado poderoso, pero ya que ella ahora "pertenecía" a su corte, estuvo apunto de obedecerlo.

Ella se quedo inmóvil, el olor de Rhysand era familiar, demasiado familiar que cerró los ojos por varios segundos absorbiéndolo.

Pero cuando abrió los ojos Azriel la había tomado de la muñeca y se habían tamizado.

Mierda, mierda.

Reaparecieron en una casa de la ciudad, el cielo estaba oscuro, había poca iluminación en la casa, pero aun así la reconoció. Esta era su casa, su hogar.

La garganta se le cerró, lagrimas queriendo salir de sus ojos, estaban en una terraza, y ella dirigió su vista al cielo estrellado. Velaris, la corte de los sueños.

Miró hacia abajo y vio a la ciudad, brillando y las personas siendo felices aquí como siempre a sido. Ya no puedo detener las lagrimas, salieron de sus ojos. Los recuerdos la abrumaron, aquellas sonrisas que alguna vez estaban en los rostros de su familia.

Ella no quería que la descubriesen, pero que su hermano quisiera traerla aquí la tomo desprevenida y con la guardia baja, este lugar era demasiado especial, Eco simplemente no pudo fingir.

A Azriel no sabía por qué pero  verla llorar le destrozó, quería que se detuviera pero no sabía que hacer, sus sombras no paraban de susurrarle y algunas de ellas se dirigieron hacia ella y la envolvieron en un abrazo, entonces ella sollozó más.

Rhysan y Cassian estaban detrás observando todo, Cas estaba con los ojos muy abiertos mientras que Rhysand no paraba de dar vueltas mientras sostenía su cabeza.

Nadie sabe cuento tiempo paso hasta que ella habló:

—Lo siento —su voz grave por el nudo en su garganta—. No debí venir, lo siento mucho.

—¿Qué? ¿De qué hablas? —Rhysand gruñó.

Azriel y Cassian los dejaron solos para que pudieran hablar.

—Yo no soy quien crees que soy.

—¿No? Dime entonces como es que erres idéntica a mi hermana muerta. Quita tu glamour. 

Entonces ella quito el glamour y sus alas grandes y negras aparecieron y sus ojos cambiaron de su color negro habitual y sin vida a un violeta brilloso.

Una Corona de Lagrimas y SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora