CAPITULO DIECISÉIS

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Capitulo 16.

Azriel despertó y de nuevo no encontró a Eco por ningún lado, se dio una ducha y después se fue a la sala donde se encontraban el día anterior.

Cuando no vio a nadie comenzó a caminar por el lugar mientras mandaba a sus sombras a buscar a Eco, cuando la encontró fue a hacia ella, estaba con Eder en el comedor desayunando en silencio. Pronunció un "buenos días" y ambos contestaron, se sentó en la silla justo a lado de Eco.

—¿Cómo te sientes? —preguntó mientras tomaba un mechón de cabello que le estorbaba cuando dio un bocado.

—Mejor, debió ser solo un bicho —contestó Eco pero era mentira, la verdad es que se sentía peor que ayer, solo no quería preocuparlo porque tenían que regresar con los demás.

Eco no pasó desapercibida el ceño fruncido que le dirigió Eder, pero lo ignoró.

—¿Regresarán hoy? —preguntó Eder, comía la fruta en su plato, miraba hacia el frente.

—Si, creo que podrían necesitarnos —ya no podía comer, había perdido el apetito, solo comió para no dar sospechas—. Gracias por recibirnos Eder.

El solo asintió. —¿Te volveré a ver? —su voz se escuchaba esperanzada.

—Tal vez, pero no prometo nada —Eder se puso de pie—. ¿Me puedo llevar el libro?

—Si, es todo tuyo.

—Me iré a listar. Desayuna Azriel, te espero en la habitación —salió del lugar y solo hasta que el sonido de sus pisadas desaparecieron Azriel le preguntó.

—¿Sabes por qué esta enferma? —preguntó, obviamente no se creía que ya estuviera bien, su rostro la delataba además de que su plato estaba casi lleno, también el hecho de que sus sombres le decían que mentía y otra otra cosa que lo alarmó mucho.

—¿Cómo sabes que lo está? Ella dijo que no —Eder siguió comiendo.

—El lazo, puedo sentirla, pero ella casi siempre oculta sus emociones de mi, pero esta vez ni siquiera de dio cuenta de que la sentía, así que esta débil.

—Te lo diré, pero no le digas que lo sabes —Azriel asintió—. Ella te lo explicará a detalle, yo te lo resumiré: Te necesita, necesita a su compañero, te necesita física y emocionalmente y eso solo sucederá cuando ambos por fin acepten el lazo.

Azriel se sonroja, por supuesto que ha deseado tener relaciones sexuales con ella pero primero quería que ella aceptara el lazo porque sabía que con una vez, el ya no podría parar, querría tomar más de ella, lo quería todo. No soportaría saber que ella no estaría dispuesta a darle todo, por lo que no la presiona y le da su tiempo a pesar de que no es lo que él quisiera hacer.

El quería preguntar más, pero no quería que las respuestas vinieran de Eder, sino de Eco. Así que en vez de contestar solo continuó con su desayuno.

Una hora más tarde se despidió de Eder y se dirigió a su habitación que compartía con Eco y tocó antes de abrir la puerta, estaba plantada en el sillón cerca de la ventana leyendo, traía sus cueros que le asentaban de maravilla.

Ella volteó su cabeza y le sonrío y siguió con su lectura. Tomo asiento de laste de ella y Eco aprovecho para acercarse más a el, Azriel pensaba que fue un movimiento que ni ella se dio cuenta, como si su cuerpo actuara por si solo. Sonrió y se inclinó para poder darle un beso a su frente.

—¿Qué lees? —Azriel preguntó.

—Sobre el cuarto objeto del Dread Trove —Eco no quería explicar a detalle sobre eso, realmente era un poder cruel y saber que ella era capaz de eso no ayudó—. Me lo dio Eder, junto con otros libros que podrían ayudarme.

Una Corona de Lagrimas y SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora