Una Corona de Lagrimas y Sombras

CAPITULO CUATRO

Capitulo 4

Eco estaba muy nerviosa. Ellos lo sabían, o por lo menos lo sospechaban pero no estaban demasiado lejos de descubrir la verdad.

—¿Me dirás que sabes del Dread Trove? —Rhys habló con frialdad.

A Eco le dolió el tono de voz pero lo ignoró.

¿Sería prudente decirles la verdad?

Ella no lo sabía, pero aun así se encontró hablando, no sin antes construir un muro invisible al rededor para que absolutamente nadie escuchara sobre esta información. Pero cuando estaba a punto de hablar una mujer pequeña entró, Eco vió la frialdad en sus ojos color gris, caminaba con seguridad pero cuando dirigió su vista hacia a ella, pudo notar cierta vacilación en sus pasos pero la mujer lo disimulo rápido.

—Ella es Amren mi segunda al mando —Rhys las presentó y estas dieron un asentimiento en reconocimiento.

—Yo soy Eco —ella habló.

—Lo sé, muchacha.

Rhysand habló.

—Esta bien, continuemos. Habla Eco.

—Se que son tres objetos que contienen un poder sumamente peligroso, es La Corona, La Máscara y el Arpa.

—En El Libro, leí algo que en su momento no captó mi atención, hasta ahora. Decía algo sobre una Reina bendecida por La Madre, una mujer que sería digna de poseer los dones de los tres objetos, ¿Sabes algo al respecto? —preguntó Amren arqueando una ceja.

Eco dió un largo suspiro. —Maldecida querrás decir —no es que ella no quisiera sus poderes, con el tiempo le habían servido en muchas ocasiones, pero no siempre los ocupo para el bien, tenía una estable relación con ellos pero aún así.

—Cuando era niña no tuve control alguno sobre ellos, muchas veces los usaba sin siquiera darme cuenta, por lo que mis... padres me llevaron con un hechicero para saber que era lo que me pasaba, entonces aquella persona trató de matarme, mis padres decidieron mantenerlo oculto pero no tomaron en cuenta con que el hechicero susurraría al viento, aquellas palabras fueron escuchadas por gente enemiga, después de pasar toda mi niñez hasta llegar a la adultez en un lugar donde reprimirían mis poderes regresé a casa, a Velaris, pero cuando íbamos a un viaje mi familia y yo...

—Pasó Esa Noche —la interrumpió Rhys tragando saliva— Amren nos dejarías por favor.

Amren se retiró sin decir ni una palabra, cuando los puertas fueron cerradas Eco volvió hablar.

—Se suponía que esa noche yo tenía que morir... no tú.

—¿A qué te refieres? —Rhys preguntó... sonando confundido y un poco frustrado por no poder entrar en su mente.

—También he viajado a otros mundos, en todos ellos yo estoy muerta... tu eras el único que sobrevivía esa noche. Tu padre había decidido no ir al viaje por trabajo en la corte pero tu si fuiste. En mi mundo, padre tan poco fue al viaje pero yo me logré comunicar inconscientemente con él para pedirle ayuda, así que el logró llegar pero le tendieron una trampa y lo terminaron matando... aún no recuerdo del todo esa noche, sigue estando un poco borroso —Eco sentía que regresaba aquel lugar, así que cambió de tema.

—Días después un hombre me encontró, Sam, el me ayudo con mis poderes y se convirtió en un padre para mi, con el paso de los años me vengué de toda la familia de la corte Primavera, los mate a todos menos a uno.

—Tamlin —murmuró Rhys y Eco asintió—. ¿Por qué viniste aquí?

—Porque en muchos mundos tu... —ella carraspeó cuando un nudo creció en su garganta—. En muchos de ellos tu te volviste alguien cruel y vengativo, en otros tu terminaste quitándote la vida —ella desvío la mirada para que el no viera las lagrimas que amenazaban con salir—, pero en este tu encontraste las fuerzas para seguir con tu vida, encontraste algo por lo que luchar y la encontraste a ella.