CAPITULO SIETE

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Capitulo 7.

Al siguiente día, después del desayuno, Eco subió a su habitación para cambiarse a los cueros de combate. Cuando bajo las escales Feyre estaba hablando con Nesta sobre no bajar la guardia, Cassian y Rhys hablaban y Azriel permanecía en silencio a la espera de irse.

Eco como todas las prendas de aquí, incluso su ropa de hoy se le ceñía como una segunda piel, lo cual podría ser una desventaja o ventaja.

Azriel la corrió con una mirada hambrienta, Eco lo notó y le dio una media sonrisa mientras se sonrojaba con los recuerdos de la noche anterior.

Ninguno se había dado cuenta del silencio hasta que Cassian carraspeó.

—¿Alguno de ustedes sintió el temblor de anoche? —Cas dijo dandole una mirada a Eco, que se sonrojó y desvió la mirada avergonzada, y otra a Azriel y este lo fulminó con la mirada.

Rhys iba a reírse pero Feyre le dio un codazo en las costillas, Nesta solo frunció el ceño, estaba muy nerviosa como para pensar en lo que había dicho Cassian.

Azriel solo extendió sus manos a Nesta y Cassian, pero a Echo se le retorció el estomago pensar en la idea de Nesta tocándole, así que por impulso ella tomo a Nesta de la mano.

—Yo la llevaré a ella —sonrió, un poco.

Nesta asintió.

Feyre se acerco a ellas. —El Medio no se parece a nada que hayas experimentado antes, Nesta. No bajes la guardia ningún momento.

Dicho esto, le dirigió una mirada a Eco que ella entendió "Cuídala, por favor" y asintió.

Azriel y Echo desaparecieron del lugar, llegaron a un lugar llena de una luz gris y acuosa, el olor era a... muerte, pura muerte. El agua era negra, no se podía distinguir nada.

Todos se estremecieron, menos Eco. Ella no estaba tranquila, estaba nerviosa pero estaba tan acostumbrada a la muerte que ya no le ocasionó ningún estremecimiento.

Nesta le apretó la mano, claramente muerta de miedo.

—Ni un solo insecto —observó Azriel—. Ni un pájaro.

Echo también notó el miedo en el lazo, eso la inquietó más que cualquier otra cosa, y quería hacer cualquier cosa para detener el estremecimiento que le recorrió el cuerpo de su compañero.

—¿Quién enterraría muertos aquí? —Nesta habló con cierta incredulidad.

—No los pusieron en la tierra —dijo Cassian, con la voz apagada—. Eran entierros en el agua.

—Este es un lugar maligno —susurró Azriel. El verdadero miedo brillaba en los ojos de color avellana del sombrío habitual.

Eco no permitiría que le pasará nada, no mientras estuviera ella para detenerlo. Así que le envió esa seguridad a través del lazo y Azriel se relajó visiblemente.

—¿Qué clase de criatura habita aquí? —Nesta preguntó.

—Cosas que cazan en el agua y se dan un festín de carne —Cassian comentó con sarcasmo.

—Un kelpie —Eco habló.

—Nadie ha visto un kepie en mucho tiempo —replicó Cassian.

—Eso no significa que hayan desaparecido.

—¿Qué es un kelpie? —Nesta estaba muy nerviosa, Echo no supo que hacer para calmarla.

—Es una criatura antigua. Los humanos lo llaman: caballos de agua, nixies. Eran cambiadores de forma que habitan en los lagos y ríos y atraían a la gente desprevenida a sus brazos. Y después de ahogarlos, se daban un fetín. Sólo las vísceras llegaban a la orilla —Cas contestó mientras veía a su alrededor. 

Una Corona de Lagrimas y SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora