La vida es una rueda

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-¿Como esta la presión arterial?

-Bien señor.

Sentía dos voces desde fuera,me fue difícil distinguir la voz de Lían.

-¿Alguna alucinación?- preguntó Lían a la otra persona.

¿¡Alucinación!? ¿De que hablaba?

-No señor,todo en orden.

-Abrela- espetó Lían.

Cuando se abrió la máquina Lían estaba a mi lado.

-¿Como te sientes Jorge- me preguntó.

-¿Bien?- fruncí el ceño- o al menos eso creo.

-¿Carl,como está su pulso?- preguntó al hombre que me había traído.

Entonces Carl era su nombre.

-Todo bien señor- respondió.

-¿Ya puede moverse?- preguntó Lían.

-Estuvo durante 3 días inconciente- se encogió de hombros- ya deberia poder moverse.

Lían se acercó un poco a mi.

-Jorge- me miró a los ojos- ¿puedes mover las manos?

Las intenté mover y no había nada mal en ellas sólo que ahora eran un poco más fuertes y sin arrugas.

-Muy bien- sonrió- ahora intenta mover las piernas.

No lo creía pero si podía mover las piernas.

-Levantate- dijo Lían.

Me senté sobre la máquina,Lían se encontraba a un par de metros.

-Intenta caminar hacia mi- espetó.

Me levanté y pude caminar hacia el como si nada,me sentía increíble.

-Ahora trabajas para nosotros,no puedes acercarte a las personas de antes,no puedes hablar de quien eras antes,nada de tu vida de antes,te daremos una nueva identidad- caminó hasta la puerta- ahora sigueme.

Caminamos por el pasillo y entramos en una puerta.

Agarró una jeringa y me la clavó en el hombro.

-¿Qué es?- pregunté.

-Microbots,es para controlar las neuronas,los nervios y etcétera para evitar las alucinaciones- dijo dandome la espalda- debes inyectar en tu cuerpo una cierta dosis todos los días.

Cuando salimos tomamos el ascensor que daba al cuarto de información.

Salimos de allí y fuimos al despacho de Lían.

-Toma- me dio una llave- es la llave de tu habitación aunque de todos modos ya está configurado tu escáner de retina.

La llave tenía escrito C-36.

-Es en el décimo piso- dijo sin mirarme- allí lo tendrás todo y si falta algo puedes llamarme.

Buscó debajo de su mesa y sacó lo que parecia mi nueva identificación.

-Toma- dijo extendiendo la mano.

¿Carlos Eduardo?

¿De donde había sacado ese nombre?

-Ese es tu nombre ahora,tendrás 27 años y volviste después de la guerra a la ciudad- mi miró- ¿a qué esperas? ¿no piensas ir a tu habitación?

-Esta bien- dije un poco atormentado- me marcho.

Salí de su despacho y se quedó solo.

Ya mi vida había cambiado por completo,cero Jorge,cero Dilan,cero vida de antes,ahora solo era ¿Carlos? y trabaja para La Línea.

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